abril 09, 2007

Se vienen tiempos difíciles



Publicada 09/04/2007


Al inicio de la semana / Roberto Cachanosky

La realidad demuestra que Néstor Kirchner no tiene coraje para enfrentar la adversidad y que, ante la menor complicación, huye de la escena política rumbo al sur. Con serios problemas económicos y sociales en el horizonte, la actitud del presidente complica aún más el panorama.

En cuatro años de mandato, el presidente Néstor Kirchner ha demostrado sistemáticamente que, ante las situaciones críticas, huye rápidamente y se refugia en el sur. El miedo a enfrentar una simple conferencia de prensa ya es un clásico. Sólo se expresa desde el atril, sabiendo que a quienes les habla lo van a aplaudir incondicionalmente y sin reparar en lo que pueda decir. Alguien que tiene miedo de enfrentar una conferencia de prensa demuestra una gran inseguridad. Sabe que en esa situación pueden surgir preguntas comprometedoras para las cuales no tenga una respuesta convincente. Por otra parte, las pocas veces que el presidente accedió a un reportaje, se notó claramente la complacencia del entrevistador. Hay otros hechos que también muestran la clásica huida de Kirchner frente a la adversidad. Ocurrió cuando se produjo la tragedia de Cromagnon. También, cuando se organizó una multitudinaria marcha contra la inseguridad y no sólo se negó a recibir un petitorio de los organizadores, sino que jugó con fuego al dejar que Luis D’Elía hiciera una contramarcha a pocas cuadras de la otra. Tampoco asistió al acto por Malvinas ante la posibilidad de ser abucheado. El listado puede seguir. Utilizar la seguridad del atril para desplegar diatribas a diestra y siniestra, decirles a militares que ni habían nacido en 1976 que no les tiene miedo e insultar a otro desde una tribuna no es un signo de audacia o valentía. Más bien, me hace acordar al viejo chiste del tipo que grita: “agárrenme que lo mato”. Lo concreto es que todo indica que Kirchner no parece tener gran coraje para enfrentar los problemas y, ante la menor complicación, desaparece de escena rápidamente. Siendo éste el perfil que viene mostrando, la pregunta es: ¿qué hará ahora que los problemas económicos y sociales tienden a aumentar y a acelerarse? Hasta el momento, la gran pregunta era: ¿qué hará Kirchner después de las elecciones si es reelecto? Hoy, con una inflación acelerándose y el país estallando en varios puntos de conflicto social, vale la pena preguntarse: ¿qué hará el presidente de aquí hasta las elecciones? A pesar de todos los esfuerzos por dibujar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y esconder la realidad inflacionaria, la gente ya percibe con creciente malhumor cómo los precios suben de a dos dígitos mensuales. Por otro lado, Hugo Moyano y su hijo Pablo no paran de complicarle la vida a la gente. Desde la huelga en los peajes, pasando por los piquetes para apoderarse del transporte de granos, los Moyano son como un Pac-man que quieren comerse todo sabiendo que Kirchner no los va a detener porque tiene miedo a un boicot del camionero. Mientras tanto, los “Gordos” intentan recuperar el poder perdido. Por su lado, los manifestantes por las papeleras en cualquier momento desatan un conflicto internacional. La nueva crisis es con los docentes, que han entrado en conflicto en todo el país, con un muerto gracias a la impericia de Kirchner. Es que buscando levantar la intención de votos de su candidato Daniel Filmus, el gobierno nacional no tuvo mejor idea que decretar un aumento de salarios a los docentes sabiendo que serán las provincias, con sus recursos, las que tendrán que afrontar el aumento anunciado. Sacar un decreto diciéndole a otro que pague es muy fácil. Posiblemente, el gobierno haya especulado con que, al comprometer económicamente a las provincias con el aumento, los gobernadores tendrían que ir al pie para financiar el aumento del gasto en los meses anteriores a las elecciones. Pero el tiro le salió por la culata, porque al momento de buscar más votos no se analizó la posibilidad de conflictos como los que se están produciendo y, mucho menos, que esos conflictos pudieran terminar en una muerte. Sumado a todo esto, tenemos un superávit fiscal que tiende a evaporarse por el fuerte aumento del gasto público, mientras el grupo Quebracho hace de las suyas con total impunidad, como ya es costumbre. El primer indicio claro y concreto que tuvimos de que las cosas se le estaban yendo de las manos a Kirchner fue la intervención del INDEC. Semejante decisión sólo puede entenderse en un contexto de alta inflación que compromete el proyecto político del oficialismo. Con el control de precios habiendo fracasado en toda la línea y con una intervención del INDEC que generó una reacción adversa en la gente respecto a la credibilidad sobre la inflación, mi impresión es que Kirchner no llegará a octubre navegando en un mal calmo. El dato relevante es que la tasa de expansión monetaria anual se mantiene en el orden del 20% y que los precios no regulados muestran aumentos cercanos a esa tasa de emisión monetaria. Esto nos indica que la demanda por moneda ya no crece y que los pesos que emite el Central se transforman casi instantáneamente en inflación. Si, al mismo tiempo, Kirchner necesita de la caja que le proporcionan los derechos de exportación para sostenerse políticamente y éstos dependen de un dólar alto que se mantiene a fuerza de emisión monetaria, de aquí a octubre va a tener que llenar el mercado de bonos para absorber liquidez, lo que elevará la tasa de interés y frenará la economía, fundamentalmente el consumo, o bien verá cómo la inflación se le escapa y los conflictos sociales y sindicales tienden a agudizarse. Frente a ese escenario, es posible que primero Kirchner trate de buscar chivos expiatorios, denunciándolos desde el atril. Sin embargo, como el peso de la realidad será muy fuerte, es muy probable que se refugie en el sur esperando que la divina providencia lo saque del desborde al que ha conducido al país. En síntesis, sabemos que Kirchner no está preparado para enfrentar problemas. Que escapa frente al menor conflicto. También sabemos que vamos de cabeza hacia serios problemas económicos y sociales. Con un presidente que pierde el valor cuando no está detrás del seguro atril y busca refugio en el sur, a la Argentina le esperan tiempos difíciles. © http://www.economiaparatodos.com.ar/

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