mayo 01, 2009

La corrupción política ha llegado a su clímax



Mucha gente aquí en Argentina sabe perfectamente que esta gentuza del sindicalismo, y de la política también, no dicen la verdad; que la solución a los problemas de la comunidad no la pueden dar; que son unos ladrones, estafadores y sinvergüenzas; sin embargo se los sigue eligiendo, son los líderes de la sociedad a pesar de todas las pruebas que indican que no sirven para nada. El peronismo siempre se ha presentado como quien tiene la solución a los problemas de la Nación. Ellos han gobernado este país la mayor parte del tiempo durante siete décadas, sin embargo la pobreza continúa, la corrupción también, y todos los males por los que acusan al capitalismo siguen vigentes, sin embargo la culpa siempre la tiene el otro según ellos.

Los argentinos en su gran mayoría se ahorran el sacrificio de pensar, prefieren repetir los eslóganes elaborados por estos gánsteres que tienen como líderes sociales y políticos. Cualquiera que diga algo verdadero será desacreditado y se le endilgará un mote ofensivo.

Hemos prostituido tanto el lenguaje que las palabras no tienen valor. La mentira se toma como verdad y la verdad como una falsedad y una ofensa. Una palabra no significa lo mismo para un individuo que para otro. Usamos palabras que no existen en el diccionario, y a otras le han cambiado el significado.

Si en Argentina se necesita un acuerdo ampliamente aceptado por la sociedad, que sirva de basamento para un sistema político civilizado, antes debemos procurar restablecer el significado del lenguaje, y llamar a cada cosa por su nombre. La dirigencia es responsable absoluta de este caos en que se encuentra Argentina permanentemente hundida, donde nadie se pone de acuerdo nunca acerca de lo que se desea tener, cómo conseguirlo y el modo en el que toda la gente sea beneficiada, por la sola razón de que no tenemos un lenguaje correctamente hablado.

Y para evitar que este caos siga sucediendo es necesario razonar el voto, tener muy en cuenta a quien debemos elegir para representarnos, acabar de una vez y para siempre con las listas de candidatos y los cónclaves partidarios a espaldas de la comunidad. Los asuntos públicos deben ser discutidos en público, aunque la decisión se delegue a personas conocedoras del problema.

Espero que este clímax de corrupción al que ha llegado la política argentina en este momento, con candidaturas testimoniales, robo de papeletas de votación, persecución por medio del servicio fiscal a los opositores, amenazas a la persona física, violación de la privacidad y de la propiedad privada, etc. termine de una vez por todas. Espero también, que este manoseo insolente al sistema electoral, sea la causa que lleve a su fin el sistema de listas de candidatos y la representación proporcional, y sea reemplazado por un sistema donde el candidato sea elegido en una elección primaria y finalmente en otra votación, el elector escoja una sola persona para un cargo de diputado o senador.

Mientras siga existiendo el sistema de listas, en cualquiera de sus variantes, para la elección de representantes al Congreso Nacional y las legislaturas provinciales, la clase política tendrá la oportunidad de negociar las candidaturas y abrir las posibilidades a un sinnúmero de negocios a expensas de la sociedad. Esta posibilidad que la clase dirigente tanto política como gremial debe desaparecer y la ciudadanía es la única que puede hacerlo.

3 comentarios:

Oscar Alberto Amiune dijo...

¿Por qué el PRO ha decidido poner a Gabriela Michetti encabezando la lista de diputados por Capital Federal? ¿El resto de los candidatos de la lista no tienen entidad propia suficiente para ganarse el voto del electorado? Dicen que el electorado de Capital Federal es el más sofisticado. Pero acepta que una persona conocida encabece la lista para arrastrar más votos. Me queda el interrogante si este es un tema en la agenda de la gente como lo es la inseguridad por ejemplo.

Anónimo dijo...

Me hiciste acordar a uno de los axiomas de 1984:
"La guerra es la paz"
Tengo dos sentimientos encontrados en lo que se refiere a la política argentina. No puedo entender cómo gente tan incompetente e ignorante puede llegar a aplicar mecanismos de control creados por las potencias mundiales, como la manipulación de los medios, la ofuscación de la realidad y la creación de opiniones tan distorsionadas de la realidad.
Los aplaudiría si no quisiera verlos arder primero.

Martín Benegas dijo...

Hay que llamar a las cosas por su nombre hay que respetar el principio de la no-contradicción A es A.