enero 29, 2011

El mito de la baja carga tributaria de Costa Rica | elcato.org

Juan Carlos Hidalgo señala como es errónea la idea de que pagando más impuestos se consigue un mejor nivel de vida para la población. Explica en el mismo cómo en el caso de Costa Rica, la creación de nuevos impuestos no significó un aumento de los recursos monetarios del gobierno, sin embargo, éste tuvo un aumento en un periodo en que no se crearon nuevos impuestos, sin que fue por causa de un crecimiento del producto bruto.

El mito de la baja carga tributaria de Costa Rica | elcato.org

enero 23, 2011

Video para un Estatista ( Handout for a Statist ) por Stefan Molyneux

El Ocaso del Estado: El Principio de No Agresión.



El ocaso del estado: El principio de no agresión



Una vez, se creyó que la Tierra era el centro del universo, con los planetas, las estrellas y el Sol orbitando alrededor de ella. A medida que las observaciones mejoraron, extrañas complicaciones comenzaron a estropear este modelo, particularmente la órbita de Marte. Mientras la Tierra gira alrededor del Sol, Marte a veces parece retroceder a medida que lo superamos.


En un fútil intento por resolver este problema, se crearon teorías terriblemente complicadas de círculos dentro de otros círculos, enredando las matemáticas en un creciente caleidoscopio de interminable complejidad. Algunos valientes pensadores -y debían ser valientes en esos días- probaron colocando al Sol en el centro del Sistema Solar. Ah, entonces todo cobró sentido de inmediato.


El loco enredo del Sistema Ptolemaico de círculos dentro de círculos y de ecuaciones sobre más ecuaciones, se evaporó en un instante. Sólo necesitaban de unas pocas ecuaciones para una precisión perfecta.


La misma simplicidad, claridad y precisión les fueron reveladas a los navegantes cuando aceptaron que el mundo era redondo, en vez de plano, y a los físicos, cuando aceptaron el argumento einsteiniano de que la velocidad de la luz es constante.


Los sistemas basados en premisas falsas siempre se tornan cada vez más complicados, mientras se acumulan infinidad de correcciones y ajustes para intentar que parezcan más correctas. Tras algunas generaciones, estos errores acumulados se tornan tan ridículamente complejos que el sistema entero se vuelve insostenible y un tanto embarazoso. Incluso el inexperto capta que debe haber algo fundamentalmente equivocado en todo este lío, y algunas almas valientes sacan un papel en blanco, dejan de lado sus preconceptos, y comienzan de cero, basándose en la razón y la evidencia, y no en los errores acumulados de la historia.


El principio central de todos los sistemas de la moral humana es el Principio de No Agresión. Todos lo aprendemos cuando somos niños: No golpees, no empujes, no lastimes, no robes. Aprendemos que la violencia, la intimidación y las amenazas están mal, son inmorales, y que sólo empeoran cualquier problema que estés intentando resolver. Esa es la regla que se nos enseña cuando somos niños, y es una buena regla: consistente, lógica, empírica. Pero luego, cuando crecemos, si tenemos el coraje de verlo, entendemos que no es así como se maneja la sociedad adulta, en absoluto.


En la sociedad adulta, debes pagarle con dinero a un grupo de hombres y mujeres o ellos llamarán a otros hombres y mujeres con disfraces azules para que vengan y te lo quiten. Y, si tratas de defenderte de este robo, te dispararán. Esta es la realidad de las sociedades con gobiernos. Tu sociedad.


En las sociedades estatistas, el libre intercambio entre adultos libres, que no es del agrado de algunos, puede hacer que te disparen. Si consigues un empleo e intentas evitar el pago de un plan fraudulento de “jubilación”, puedes ser secuestrado y fusilado si te resistes. Si rompes cualquiera de los cientos de miles de reglas inventadas sobre el intercambio y el comercio, eres arrestado. Si no quieres financiar a dictadores extranjeros, eres arrestado. Si no quieres pagar por una guerra nefasta, eres arrestado. Es una historia que nunca acaba.


Cuando éramos niños, nuestras maestras nos decían: “No uses la violencia”, pero si, siendo adultos, no pagamos el salario de una maestra del Estado, somos arrestados. A medida que crecemos, cuanto más miramos alrededor, más nos damos cuenta de que cada “ley” es un arma, y las armas están en todas partes en el mundo adulto, y de que el uso de la violencia para obtener lo que quieres es la base de la sociedad en la que vivimos.


Entonces, ¿en qué quedamos?, ¿la violencia es buena o mala?

Nuestro sistema estatista se ha tornado tan ridículamente complicado porque tiene, como el modelo geocéntrico del sistema solar, un error fundamental en su raíz misma. Este error es la creencia de que la violencia es la mejor forma de resolver problemas sociales complejos; la ilusión de que si se apuntan suficientes armas contra suficientes personas, si se crea suficiente deuda usando a los no-nacidos como garantía, si se secuestran y esclavizan suficientes almas libres, el mundo será cada vez mejor, mejor y mejor. ¿Cómo nos está funcionando?


El código tributario, agresiones en contra del libre intercambio y el consumo personal, la multiplicación interminable de leyes que gobiernan cada aspecto de nuestras vidas, éstos son los círculos dentro de círculos del modelo geocéntrico del Sistema Solar. El único final para esa complejidad cada vez mayor, es el colapso total.


Cuando reconozcas que las crecientes complicaciones revelan errores fundamentales en la raíz de un falso sistema, verás que el Principio de No Agresión necesita ser puesto en el centro de nuestras virtudes, de nuestra moral, de nuestra sociedad como un todo. Como el Sol mismo, necesita estar en el centro de todo lo que hacemos. El Principio de No Agresión no puede “orbitar” alrededor de una jerarquía primitiva y violenta, que de hecho hemos heredado de simios y cavernícolas.


Piensa en ello: una sociedad sin violencia organizada, sin la amenaza de la coerción del Estado, sin secuestros institucionalizados, sin robos, sin encarcelamientos… Sin impuestos, y sin el robo devastador de la moneda fiduciaria estatal (falsificación).


¿Te sientes mareado? Deberías.

Cuando el Sol fue puesto en el centro del Sistema Solar, donde de hecho se encuentra, fue desorientador para todos en esa época. Tal como la relatividad de tiempo y espacio de la física de Einstein fue desorientadora. Tal como la evolución es desorientadora para muchos, y la física cuántica juega con la mente de cualquiera que realmente la capta.


En la fase de las antiguas falsedades, la verdad es a menudo vertiginosa y confusa y ajena y extraña. Cuando ponemos el Principio de No Agresión en donde debe estar: en el centro de la moral y la sociedad, las creencias que sostuvimos por decenas de miles de años súbitamente se evaporan. El antiguo error del Estado moralmente justificado se desintegra en los átomos de maldad que lo componen. La vertiginosa y creciente complejidad de leyes sobre leyes, armas sobre armas, asesinato sobre asesinato, todo este horrendo desastre es develado como intentos desesperados para encubrir el crimen fundamental de la violencia institucional justificada.


El mito del “contrato social” es develado como un arma apuntada al cuello del no-nacido. Las leyes son expuestas como prejuicios bien provistos de armas. Los impuestos se develan como robo, el hacer lobby como soborno, el arresto como secuestro, los gobiernos y los ejércitos como las pandillas criminales más exitosas, y las escuelas como campos de adoctrinamiento, alimentados por la violencia, para niños indefensos y dependientes.


Es desconcertante, es confuso, es aterrador, es vertiginoso, y es… verdad.


La luz solar de la razón, de la moral y la verdad es esencial: debe estar en el centro de todo lo que hacemos, porque en la sociedad, así como en el mundo, el Sol puede estar saliendo o poniéndose, quizás hacia una noche sin otro amanecer.


Que la tenue luz de nuestro mundo moderno sea la de un ocaso o la de un amanecer… eso… depende de ti.


Autor: Stefan Moulyneux
Fuente: Free Domain Radio

La Reforma Política y el Voto Electrónico

Hay una creciente demanda del público por la instauración en Argentina de un sistema de voto electrónico para terminar con el problema de la “Lista Sábana”, es larguísima lista con nombres de candidatos a cargos públicos, de los cuales el elector no conoce a casi nadie.

Soy exceptivo respecto a este sistema. No imagino como debería elector votar y cómo deberían contarse los votos al final. Si bien la instauración de este sistema soluciona el problema de emitir una clase de boleta para cada partido y todos los vicios que ello acarrea como robo de boletas, falsificación, y un inmenso número de fiscales para controlar los escrutinios, de los cuales los partidos pequeños que no poseen recursos económicos ni gente suficiente para fiscalizar la votación quedan vulnerables frente a los grandes partidos que no tienen ningún pudor en falsificar actas y arreglar las cosas en su propio beneficio.

Cuando se trate de elegir diputados, que es la parte problemática del actual sistema, donde por ejemplo la provincia de Buenos Aires debe elegir 35 diputados en cada turno electoral, y cada partido político debe presentar una boleta propia con una lista de 35 personas, el publico pide votar por un sistema que incluya tachas, es decir que el voto de cada elector debería computarse en dos sentidos: uno, el primero a favor del partido, el cual debería computarse en el cociente repartidor; la tacha que elector hace a un candidato de la lista sería un segundo voto, pero negativo que sólo debería restarle al candidato tachado, pero no al resto y esto debería reordenar la lista partidaria en forma inversa, según los votos negativos o tachas de cada candidato Y, he aquí el meollo del problema, como computar los votos en un sistema electoral tan complejo. Este sistema provocará muchos roces, invita a políticos inescrupulosos a hacer trampas, el robo de boletas sería reemplazado por las tachas. Qué pasaría con los electores que impugnen toda la lista excepto un candidato. El resultado sería que tendríamos una Cámara menos representativa todavía de la que tenemos. Este sistema de votación electrónica para diputados no me parece factible; parece funcionar muy bien en la imaginación de la gente, pero no en la práctica. De hecho, el voto electrónico ningún país europeo lo aplica. Estados Unidos ha aplicado un sistema de voto mecánico, con máquinas construidas en los años 50 y que finalmente fueron retiradas después del problema electoral del año 2000.

El voto electrónico hasta aquí va ganando terrenos en democracias de mala calidad como Venezuela y Brasil. En Venezuela el sistema ha permitido al régimen político espiar a los electores que votan a favor o contra el régimen. Este sistema fácilmente manipulable ha permitido identificar voto con votante, lo cual es un gran peligro en las sociedades gobernadas por gobiernos autoritarios e inescrupulosos como el nuestro o el venezolano. Hugo Chávez lo ha usado contra la gente que votó contra él, hostigando a los electores con ejércitos de inspectores fiscales, en sus empleos, negocios, o con persecuciones judiciales, o imponiéndoles decretos que le han la vida imposible. En Brasil, paradójicamente el sistema funciona mejor entre las comunidades de indios analfabetos de la selva que en los distritos de clase más alta de Rio de Janeiro o San Pablo. Los políticos sin vergüenza han tenido una gran herramienta para manipular a las masas analfabetas.

Supongo que un sistema electoral más sencillo es dividir cada provincia en distritos electorales de igual población (nominalmente) y en cada uno de ellos elegir un diputado por mayoría simple de votos. Por ejemplo la provincia de Buenos Aires puede ser dividida en 35 distritos con dos diputados cada una, renovándolos alternativamente por mitades como lo establece la Constitución; o bien divida en 70 distritos electores con un diputado cada uno y procediendo a renovar en un turno los distritos pares y en el otro turno los impares.

El sistema de distritos uninominales no es extraño. Gran Bretaña lo aplica para la elección de diputados desde 1832; Francia lo aplica para la totalidad de sus diputados nacionales, regionales y locales; Alemania para la mitad de sus diputados nacionales y casi todos los estados alemanes lo aplican también para los miembros de sus legislaturas; en Canadá y los Estados Unidos es el único sistema que se aplicó siempre para cualquier clase de cargo legislativo. En Argentina, la provincia de San Juan, lo aplica para la elección de los miembros de la cámara baja. Este sistema permite que cada diputado se identifique con sus electores y estos con aquél.

En Argentina ese sistema se aplicó a principios del siglo XX pero fue abolido poco tiempo después argumentando que los diputados se sentían perdidos respecto a la representación de su título, una excusa que no es creíble, pues el sistema electoral aplicado en esa época no era favorable al gobierno de entonces que lo eliminó por conveniencia propia. El sistema de distritos uninominales, no obstante tiene un inconveniente, pues la Constitución dice: “considerando a las provincias como distritos electorales de un solo estado…”; esto podría interpretarse como que las provincias no pueden ser divididas en distritos electorales y que sus diputados deberían ser elegidos en globo; pero no parece ser una regla absoluta, pues la Suprema Corte debería analizar este artículo y determinar qué la Constitución quiere decir y sentar jurisprudencia al respecto. Eso no ha sucedido nunca debido a que el sistema ha regido en un breve lapso de la historia argentina.

Otro inconveniente que puede ser motivo de disputa es que es un sistema esencialmente bipartidista y da como resultado una representación que no se corresponde proporcionalmente al número de votos de cada partido. Nada impide que haya tres o más partidos o candidatos, pues este sistema permite que se presenten candidatos independientes, pero el resultado es que el partido que obtuvo el primer lugar resulta con una mayoría de diputados que es proporcionalmente mucho mayor que la resultante de sus votos. El segundo partido obtendría un considerable número de diputados pero en proporción menor al número de sus votos, y los terceros partidos quedarían prácticamente fulminados, no obstantes los que se presenten como independientes podrían ser elegidos por los electores de un distrito individual y con grandes oportunidades de ser electos.

La representación proporcional de las fuerzas políticas en la cámara es un mito, no es verdad que sea necesario obtener una representación exacta de diputados respecto al número de votos. Esa preocupación de la exactitud matemática no existe en ningún que mencione más arriba; lo que se busca es una representación verdadera de elector y elegido que el sistema uninominal permite y el de lista no.


La representación de las provincias en la Cámara y la necesaria regularidad de los Censos

Una cosa que no se discute, es el prorrateo de bancas que cada provincia debe tener en la Cámara de Diputados. La Constitución ordena realizar censos cada diez años y prorratear el número de diputados a elegir cada diez años después de terminado cada censo. Ese mandato constitucional no se respeta. La representación actual se basa en el censo de 1980 que además tiene un sistema de cláusulas de dudosa constitucionalidad que establece por ejemplo; que ninguna provincia podrá elegir después de un censo un número de diputados menor al que tenía en el prorrateo anterior; que cada provincia debe tener como mínimo cinco diputados (cláusula que ha provocado una aberrante distorsión en la representación que debe tener cada diputado respecto de una provincia a otra). La Constitución estableció doble representación: una territorial (Senado) y otra demográfica (Diputados). La actual representación basada en la ley de 1983 ha ignorado esos preceptos constitucionales estableciendo representación territorial en los diputados, que no debería ser. Un diputado por Buenos Aires representa más de 200.000 habitantes; un diputado nacional por Tierra del Fuego apenas 21.000 habitantes. Esto quiere decir que la Cámara de Diputados representa cualquier cosa menos la población de cada provincia.

Una ley debería establecer fechas fijas para la realización de censos, como en los Estados Unidos, que se estableció en 1789 el primer día abril de todos los años terminados en 0. Y un sistema automático de prorrateo de bancas para las provincias conforme a la población y que ese número sea el más exacto posible. La regla matemática D’Hont actualmente aplicable para el prorrateo de bancas entre los partidos también es aplicable para distribuirlo entre las provincias según su población. Deben abolirse todas las cláusulas que dispongan representación territorial en la Cámara de Diputados, porque esta es una función que cumple el Senado.