Por Roberto Cachanosky
Cuando un modelo se agota y entra en cuenta regresiva, los discursos no modifican el escenario. Eso sólo es posible con un cambio de políticas.
¿Quién puede invertir en un país en el cual su presidente da cuatro discursos en una semana, todos ellos cargados de amenazas, descalificaciones, contradicciones y temas que no tienen nada que ver con los problemas reales de la gente (por ejemplo, como mencionar al golpe de Estado 1976 mientras se habla de las retenciones al campo)? ¿Quién puede invertir en un país en el cual el representante de las fuerzas de choque del gobierno es sentado en un sitio de honor junto al presidente luego de haber usado la fuerza bruta para agredir a quienes piensan diferente? ¿Quién puede invertir en un país en el cual el titular del Ejecutivo, en vez de buscar las soluciones a los problemas, convoca a un acto de apoyo a su gestión y crea una escenografía de cartulina para tratar de convencer a la gente de que cuenta con el apoyo popular? ¿Quién puede invertir en un país donde el esposo del primer mandatario lanza sus tradicionales diatribas y luego habla de amor y de diálogo? ¿Quién puede invertir en un país en el cual el secretario de Comercio se cree un iluminado que puede exigirles a las empresas a qué precios tienen que vender y qué rentabilidad tienen que obtener de sus inversiones? Leer más
DIALOGO CON EL ECONOMISTA AGUSTIN MONTEVERDE SOBRE LA ECONOMIA ARGENTINA
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