Ayer el presidente George W Bush pronunció su último discurso sobre el "Estado de la Unión" ante el Congreso de los Estados Unidos. En el mensaje dejó clara la preocupación por la recesión en que está entrando la economía de ese país, pero dejó en claro también ante un congreso mayoritariamente demócrata y ansioso por hacer populismo, que la intervención del gobierno en la economía no es lo más indicado para estimularla. Es una lástima que en el octavo y último discurso de Bush se haya pronunciado un mensaje pro mercado libre,pero es mejor tarde que nunca. Estas son las palabras textuales del presidente ante el Congreso de los Estados Unidos.
"En el trabajo que tenemos por delante, nos debe guiar la filosofía que hizo grande a nuestra nación. Como estadounidenses, creemos que las personas tienen el poder de decidir su destino y dictar el curso de la historia. Creemos que la guía más fidedigna para nuestro país es la sabiduría colectiva de los ciudadanos comunes y corrientes. Y por lo tanto, en todo lo que hacemos, debemos confiar en la capacidad de la gente libre de tomar decisiones sensatas y darle el poder de mejorar su vida, su futuro. Para forjar un futuro próspero, debemos confiarle a la gente su propio dinero y darle el poder para que haga que nuestra economía crezca."
"Y los miembros del Congreso deben saberlo: si algún proyecto de ley que aumente los impuestos llega a mi despacho, lo vetaré."
"Entonces, esta vez, si me remiten un proyecto de ley de asignaciones que no reduce a la mitad el número y costo de proyectos especiales, se lo devolveré con mi veto."
"La fuerza. el secreto de nuestra fuerza, el milagro de Estados Unidos, es que nuestra grandeza no radica en nuestro gobierno, sino en el espíritu y la determinación de nuestro pueblo."
"Al confiar en el pueblo, nuestros fundadores apostaron a que se podría construir una gran y noble nación en base a la libertad que radica en el corazón de todos los hombres y mujeres. Al confiar en el pueblo, las generaciones posteriores transformaron nuestra frágil y joven democracia en el país más poderoso de la Tierra y en un modelo de esperanza para millones. Y mientras continuemos confiando en el pueblo, nuestra nación prosperará, nuestra libertad estará segura y el estado de nuestra nación permanecerá sólido."
Una cosa que nos diferencia a los tercermundistas del primer mundo al que pertenecen los Estados Unidos es, que el presidente de la nación pide autorización a las cámaras para ingresar a la sala de sesiones, y no entra hasta que obtiene la autorización. Muy diferente de Argentina, en donde el presidente entra al congreso como entraban los reyes anteriormente con total arrogancia y sin tener en cuenta la autoridad del Congreso.
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