La política de derechos humanos del gobierno argentino no tiene el carácter de tal. No es lo que su nombre indica, es más, Néstor Kirchner y su gobierno, están demostrando en los hechos que no les interesan los derechos humanos. El gobierno está integrado por varios terroristas, que tienen asesinatos en sus prontuarios, y no sienten culpa alguna por los hechos cometidos, ni niegan ser autores de esos hechos.
Luis Patti, un ex comisario de la Policía Federal Argentina, ha sido arrestado por orden de un juez por supuestos crímenes cometidos durante el gobierno militar. Por esto mismo ya fue arrestado anteriormente y resultó exonerado por falta de pruebas. Como dice Adrián Ventura, periodista del diario La Nación, Patti no es un peligro político para Kirchner, electoralmente tiene muy poco peso, pero representa un símbolo del gobierno militar, y el gobierno le saca máximo provecho por fines políticos y electorales. La mentira repetida constantemente, y los sobornos dados a la prensa son el modo de envolver a sus víctimas, de desprestigiarlas, de convertirlas en ogros de la comunidad.
Los delitos de los que se le acusa a Patti, como homicidio y privación ilegítima de la libertad, no son juzgados con la misma vara, cuando los subversivos hacían lo mismo con sus presas. Los crímenes cometidos por el otro bando, no son juzgados, sino por el contrario, todas las leyes sancionadas apuntan en la dirección de otorgarles inmunidades y privilegios. Como ya dije, varios ministros del gabinete de Kirchner, como también los jueces que ha nombrado, han pertenecido a bandas terroristas que han cometido toda clase de crímenes, y de los más aberrantes, por cierto.
El poder judicial argentino, ha desaparecido en los hechos; ha perdido su independencia y se ha convertido en un banda chantajista y extorsiva contra los adversarios de Kirchner y de las bandas subversivas. Tampoco tiene independencia el Congreso Nacional, que ha demostrado en cuatro años, que no es capaz de oponerse a ninguna petición de Kirchner; no ha llamado a dar informes a ningún ministro; no ha rechazado ningún proyecto, mucho menos a revocado un veto presidencial; ha permitido que los ministros mientan descaradamente ante el pleno de las cámaras; ha negado la incorporación a su seno de miembros electos legalmente y permitido que en su lugar otras personas sean partes de las cámaras cuando no tienen derecho a ser parte de ellas; ha dado aprobación a escrutinios fraudulentos, y lo peor de todo, es que le ha otorgado al presidente la suma del poder público en materia financiera, para usar los fondos públicos sin rendir cuenta de los mismos, y cuyos fondos son usados como arma para destruir la división de poderes y destrozar el estado de derecho, y para enriquecer a funcionarios y amigos del poder.
Luis Patti, un ex comisario de la Policía Federal Argentina, ha sido arrestado por orden de un juez por supuestos crímenes cometidos durante el gobierno militar. Por esto mismo ya fue arrestado anteriormente y resultó exonerado por falta de pruebas. Como dice Adrián Ventura, periodista del diario La Nación, Patti no es un peligro político para Kirchner, electoralmente tiene muy poco peso, pero representa un símbolo del gobierno militar, y el gobierno le saca máximo provecho por fines políticos y electorales. La mentira repetida constantemente, y los sobornos dados a la prensa son el modo de envolver a sus víctimas, de desprestigiarlas, de convertirlas en ogros de la comunidad.
Los delitos de los que se le acusa a Patti, como homicidio y privación ilegítima de la libertad, no son juzgados con la misma vara, cuando los subversivos hacían lo mismo con sus presas. Los crímenes cometidos por el otro bando, no son juzgados, sino por el contrario, todas las leyes sancionadas apuntan en la dirección de otorgarles inmunidades y privilegios. Como ya dije, varios ministros del gabinete de Kirchner, como también los jueces que ha nombrado, han pertenecido a bandas terroristas que han cometido toda clase de crímenes, y de los más aberrantes, por cierto.
El poder judicial argentino, ha desaparecido en los hechos; ha perdido su independencia y se ha convertido en un banda chantajista y extorsiva contra los adversarios de Kirchner y de las bandas subversivas. Tampoco tiene independencia el Congreso Nacional, que ha demostrado en cuatro años, que no es capaz de oponerse a ninguna petición de Kirchner; no ha llamado a dar informes a ningún ministro; no ha rechazado ningún proyecto, mucho menos a revocado un veto presidencial; ha permitido que los ministros mientan descaradamente ante el pleno de las cámaras; ha negado la incorporación a su seno de miembros electos legalmente y permitido que en su lugar otras personas sean partes de las cámaras cuando no tienen derecho a ser parte de ellas; ha dado aprobación a escrutinios fraudulentos, y lo peor de todo, es que le ha otorgado al presidente la suma del poder público en materia financiera, para usar los fondos públicos sin rendir cuenta de los mismos, y cuyos fondos son usados como arma para destruir la división de poderes y destrozar el estado de derecho, y para enriquecer a funcionarios y amigos del poder.
Todo lo que deciden los jueces y los legisladores son bajadas de línea directa del poder central, todo es tendiente a favorecer a la subversión terrorista; y el soborno es la regla general para ganar adhesiones, para aprobar leyes, para conseguir fallos judiciales favorables, y para ganarse el apoyo de la prensa; en fin para acrecentar el poder a cualquier costa y destruir todos los cimientos de una comunidad civilizada.
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