enero 29, 2009

Valiente Mujer



Qué es el Islam y qué es Occidente. Lo explica esta mujer, llamada Wafa Sultán de nacionalidad siria, de profesión psicóloga que reside en los Estados Unidos, en una conversación con un clérigo musulmán.

Es sorprendente ver los gestos que hace el clérigo y como intenta descalificar su opinión por considerarla un hereje.

Fuente: Blogbis

enero 20, 2009

El tiempo deBarak Obama




"I do solemnly swear (or affirm) that I will faithfully execute the Office of President of the United States, and will to the best of my Ability, preserve, protect and defend the Constitution of the United States."

Estas serán las palabras que deberá pronunciar Barak Hussein Obama, hoy cuando sean las 12:00 en punto en el Distrito Federal de Columbia, sede de la Capital de los Estados Unidos de América. Esta breve frase es el requisito obligatorio que la Constitución de esa nación dispone para ser puesto en las funciones ejecutivas que le corresponden como Presidente, y ese juramento debe ser tomado por el Presidente de la Suprema Corte de Justicia ante la presencia de los miembros de ambas cámaras del Congreso.

Toda asunción de un presidente aumenta las expectativas de la gente en cualquier país del mundo, especial cuando la persona elegida para el cargo tiene algún carisma especial que lo hace distinguir de cualquier otra persona. Esa es la característica que tantas expectativas ha producido Barak Obama: provenir de una clase social que hasta no hace muchos años quien pertenecía a ella parecía ser alguien que no tendría ninguna posibilidad de progresar en su vida. Fuera de los Estados Unidos, las expectativas son más grandes y van a desear incluso convertir a los Estados Unidos en una nación tercermundista. Nadie lo dice expresamente, pero se deduce que desean eso. En el fondo de esos deseos, quieren la destrucción de país.

Sin embargo los Estados Unidos de América han sido una sociedad que ha evolucionado constantemente. No han ido de fracaso en fracaso o han vivido décadas o siglos incluso sin progresar un ápice. El mundo debe aprender de ellos. Los Estados Unidos son una celebración de la vida, un ejemplo de la superación personal, y un ejemplo de civilización. Casi todo lo que hoy en día se ha inventado en el mundo, casi todo lo que los individuos usan para mejorar sus vidas, ha sido inventado en los Estados Unidos. La libertad humana es lo que ha permitido ese formidable desarrollo.

Los Estados Unidos comenzaron con los inmigrantes que huían de la miseria, del abuso del poder de los reyes y sobre todo de gente que huía por persecuciones religiosas y del abuso de poder ejercido por los miembros del clero. No obstante que padecieron dichos males después en su mismo territorio, no renunciaron a la búsqueda de libertad que los primeros colonos buscaban ansiosamente desde un principio. Vencieron la inquisición en su propia tierra, y vencieron el poder absoluto de la corona británica. Se organizaron primero como Confederación apenas un año después de conseguir la independencia de Gran Bretaña y doce años más tarde emprendieron esa gran empresa que es hoy en la actualidad Los Estados Unidos de América, cuando el 17 de septiembre de 1787 la Convención Constituyente que por mandato del Segundo Congreso Continental sancionaba un documento que le daba nacimiento a un nuevo estado: “The Constitution of the United States of America”.

Vencieron poco a poco la miseria en que vivía casi toda la población. Extendieron la ley a lo largo de los territorios inhóspitos y crearon todas las condiciones necesarias para que el progreso se instale en esa tierra y produzca un constante mejoramiento de las condiciones de la vida humana.

Los Estados Unidos son una nación exitosa, no hay duda. Han sabido construir un imperio en base al progreso, al avance tecnológico, y a la extensión de la ley y la libertad, en vez de hacerlo como lo hicieron otros imperios antes en la historia: por la dominación y el uso de la fuerza armada.

El mundo ha abierto muchas expectativas respecto de Barak Obama, muchas más incluso que las que tiene dentro de los Estados Unidos. El mundo quiere que los Estados Unidos renuncien a sus valores que lo han hecho grande como Estado y como Nación y adopte cualquier otro que se parezca más a la de cualquier otro lugar. El imperialismo de que se queja la gente de otros países no es, porque ese país sea un estado invasivo o usurpador, sino que el éxito de esa comunidad que es la de los Estados Unidos dejan como evidencia el fracaso de otros modelos de organización de estados.

En una ocasión tuve una conversación con un hombre que no conocía, en un lugar público y se quejaba de que las computadoras, y los autos eran instrumentos de dominación del “imperialismo yanqui”. Le pregunté porque usaba computadoras y se transportaba en autos, si creía que eran instrumentos de dominación y no obtuve una respuesta satisfactoria sino un insulto. Y así es siempre cada vez que alguien acusa a los estadounidenses de imperialistas.

Horas antes de que Obama sea juramentado como presidente, escuché muchas opiniones de personas que no son habitantes de los Estados Unidos, sino de países latinoamericanos, y pude observar que mucha gente desea para ese país un presidente populista, que le guste transgredir las leyes, que sea un hombre marginal para quien la ley no le interesa, que sea como en Argentina se dice: “nacional y popular”, alguien que ve la forma de sobrevivir en la vida arrebatándole a otro sus pertenencias. Veo una fantasía de la gente que desea que Barak Obama sea un marginal como Hugo Chávez o Evo Morales. Pero no creo que eso sea factible, primero porque Obama pese a ser negro (afroamericano como les llaman ahora), no ha sido una persona que ha vivido al margen de la ley durante su vida. Ha sido una persona esmerada, que ha sido educado por una buena familia, que ha tenido educación universitaria y que ha demostrado haber sido una persona exitosa en su vida. No son los méritos que muestran Hugo Chávez ni Evo Morales, que han llegado a presidente por acciones siempre reñidas con la ley, y en otras claramente fuera de la ley.

No son los ciudadanos de los Estados Unidos como los ciudadanos de otros países, especialmente los latinoamericanos, carentes de valores cívicos. Los estadounidenses son expertos en el manejo de los asuntos públicos, han nacido como pueblo de esa forma, han ejercido la democracia y el debate desde que los primeros colonos venían sobre el Mayflower, no han copiado nada, lo han desarrollado todo ellos solos. Han demostrado al mundo más de una vez, que en asuntos públicos no hay ningún país de la tierra que tenga la madurez que ellos tienen.

El populismo no tiene lugar en los Estados Unidos. El populismo es un rasgo de inmadurez cívica que muchas veces se torna en “no civilización”. Esas etapas de inmadurez han quedo atrás, han sido superadas. Y los Estados Unidos pondrán como siempre lo han hecho atención en resolver sus problemas. A ellos nunca les ha interesado mucho el mundo, no hay nada interesante que ver fuera de sus fronteras. Además Estados Unidos ni antes ni ahora han necesitado de la aprobación del mundo para hacer lo que se han propuesto como meta. Lo han hecho solos, por si mismos; no han pedido ayuda, ni aprobación de nadie, porque no la necesitan. Y el cambio de presidente en los Estados Unidos, será un insignificante cambio de nombre en la firma de los documentos públicos. La política no la determina el presidente. En Estados Unidos el presidente no es el mandamás como hay en otros países. El rumbo de la política la determina la misma población de ese país. La constitución y sus instituciones son los medios para determinarlo.
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Este señor es un buen mequetrefe de alquiler.



Aníbal Mequetrefernández,
Eres el embustero más grande.
Y eres el tipo más cara dura
Desde los tiempos de la dictadura

Como ministro de Interior
eras de lo peor
Como ministro de Justicia
eres inmundicia

Como portavoz del gobierno no sabes que decir
Eres todo un señor profesional para mentir
Como libretista de cine eres el hazmerreir

Como productor de cine has llegado bien lejos
Como el culebrón del atentado en Rio Gallegos
O el secuestro de Luis Gerez
Que te salió todo al revés

El único papel que haces bien es de chofer
Chupamedias o mequetrefe de alquiler
De una vez por todas déjate de joder.

enero 17, 2009

Poema dedicado a la Juez María Servini de Cubría



María Romilda Servini de Cubría,
como juez de la Nación eres una porquería.

*****

Tu habilidad para atropellar la Constitución,
es tan grande como un camión,

*****

Como persona eras una cagada,
y como una vulgar callejera,
has hecho cualquier cochinada,
para llenar la billetera.

*****

Cada vez que firmas un exhorto
Un argentino honesto sangra por el orto.

*****

Tu fallos judiciales son resultados de sobornos y de aprietes,
y apestan como un sorete,
tan grande como un Boeing 747.


Video dedicado a ella por Tato Bores, cuando la Juez Servini de Cubría prohibío mencionar su nombre en los medios de prensa.



El video ha sido enviado por Pablo.

enero 11, 2009

La evasión impositiva y la curva de Laffer

Arthur Laffer


Casi todos los días escuchamos a un funcionario público hablar acerca de la evasión fiscal y de lo están haciendo o piensan hacer para evitarla. Pero durante años, muchos funcionarios han aplicado diversas medidas para combatir la evasión fiscal sin éxito alguno. El problema de la evasión fiscal en Argentina que ningún funcionario admite jamás es que la presión fiscal es excesiva, imposible de cumplir por el contribuyente. Según el Banco Mundial, la carga impositiva promedio de cada argentino es de 112.9% es decir que supera el monto total de su propio ingreso.

Tal es el caso de millones de personas en Argentina que están en esa situación, son personas expulsadas por el sistema tributario. No se trata de personas “no incluidas” en el sistema o "no regularizadas", se trata de gente que no puede regularizarse, porque la rentabilidad de su pequeño negocio de subsistencia no lo permite. La carga tributaria sobre ellos es imposible de pagar. No se trata sólo de una tentación de evadir impuestos sino en la mayor parte de los casos de una necesidad imperiosa. Por lo tanto exigirles el pago de tributos es obligarlos a cerrar sus negocios, dejarlos en un estado más miserable del que están, y pasar a depender de un subsidio pagado por el gobierno, subsidio que el mismo no podrá afrontar debido a la gran cantidad de personas en esa situación. El sistema fiscal argentino por lo tanto es "exclusivo", expulsa gente en lugar de incluirla.

La pretensión del director de A.F.I.P., de acordar con los propietarios de Pymes de incluir a la gente que quede sin sus negocios no ayuda en nada, pues la carga fiscal argentina es imposible incluso para las pequeñas y medianas empresas, especialmente las cargas previsionales. Para las Pymes con baja tasa de inversión, que ni siquiera pueden tener acceso a créditos bancarios para invertir en bienes de capital por no tener alta rentabilidad y ser de alto riesgo, afrontar una carga impositiva y previsional mayor todavía no sería factible. Solamente una empresa con alta tasa de capital invertido en relación al personal empleado y con alta rentabilidad del mismo puede soportar la presión impositiva en Argentina.

Para equilibrar el presupuesto público, ya no se trata de incrementar los impuestos, o de incrementar la cantidad de contribuyentes, sino de otra cosa que la clase política no quiere admitir: bajar el gasto público. Por la vía del aumento de la carga tributaria no se va a conseguir nada, tampoco estableciendo un aparato perseguidor y represivo contra los evasores. La única manera posible de incluir al mayor número de personas en el sistema es haciendo un código impositivo realista, adecuado a la situación económica de cada ciudadano. Y claro también, mantener un gasto público moderado, solamente en las funciones que el estado únicamente puede cumplir, y ajustándose a los presupuestos establecidos.


Quién es Arthur Laffer y la curva que lleva su nombre.

En el año 1975, un desconocido economista hasta entonces, llamado Arthur Laffer, quien dictaba cátedras en la Universidad de Stanford en California, hizo realidad el sueño de cualquier economista: trazar una curva que lleve su nombre. Era una curva tan simple que casi podía ser entendida por cualquier persona, y esa curva explicaba que cuando un impuesto es muy alto, el contribuyente se ve tentado a evadirlo o incluso obligado por las circunstancias a evadirlo para poder sobrevivir y salvar su ingreso. Arthur Laffer se desempeñó como consejero del presidente Ronald Reagan y es consejero actual del Congreso de los Estados Unidos. La Curva de Laffer fue cuestionada por muchos economistas porque carecía de rigor matemático y porque no tenía en cuenta las diferentes clases de impuestos en los diferentes paises y épocas, pero lo que importaba era que tenía un valor pedagógico muy alto, y la rebelión fiscal de los años 80 en los Estados Unidos, tuvo un formidable argumento. Con Arthur Laffer, la rebelión fiscal en el mundo capitalista se hizo respetable.

Según Laffer:Los altos impuestos generan empresarios mutantes, verdaderos malabaristas sin tiempo para planificar una empresa mejor en un mundo cada vez más competitivo. Los impuestos actúan como “desestabilizadores automáticos” “un aumento de impuestos, produce un descenso de la renta disponible y, por tanto, de la producción, por lo que se produce una disminución de la base imponible sobre la que se aplica el impuesto”. “Por el contrario, es posible que una disminución en el tipo impositivo provoque aumento de las rentas, del consumo, de la producción y, finalmente, una mayor recaudación. En éste segundo caso, los impuestos actuarán como estabilizadores automáticos” Afirma que: "una carga impositiva excesiva alienta el ocio, la evasión, el fraude y la actuación empresaria a través de paraísos fiscales". "Cuando la carga impositiva es alta, la mente del empresario o comerciante debe buscar formas de salidas de esa trampa que es alta carga tributaria, en un principio intenta cumplir, luego se endeuda con el fisco y finalmente capitula y apela a una frase “el que paga todos los impuestos quiebra”.

Perseguir a los evasores como hace y ha hecho siempre el gobierno argentino, convertirá a millones de personas en delincuentes fiscales, por el sólo hecho de estar imposibilitados de pagar. No sería la lucha contra la evasión una política para ayudar a los pobres, sino una política para empobrecerlos más y para crear otros nuevos.

A continuación transcribo un párrafo, publicado en Eumed, donde se explica qué es la "Curva de Laffer", cuales son los efectos producidos por causas de los impuestos, que en la ciencia económica se les llama "Efecto Renta" y "Efecto Sustitución" y un gráfico de la Curva donde se ve como la recaudación fiscal varía según las diferentes tasas de impuestos.


La curva de Laffer y los desestabilizadores automáticos

Cuando el gobierno de un país desea aumentar su capacidad recaudatoria, parece lógico aconsejar que suba los impuestos, bien ampliando el número de ciudadanos que tributan, bien subiendo el tipo impositivo medio, que es el porcentaje a aplicar sobre las rentas que se quiere recaudar. (Otra opción del gobierno sería endeudarse). Sin embargo, hay dos hechos que nos hacen dudar de esa lógica.

A) El primero es la posibilidad de que los impuestos actúen como desestabilizadores automáticos: un aumento de impuestos, produce un descenso de la renta disponible y, por tanto, de la producción, por lo que se produce una disminución de la base imponible sobre la que se aplica el impuesto.

B) Por el contrario, es posible que una disminución en el tipo impositivo provoque aumento de las rentas, del consumo, de la producción y, finalmente, una mayor recaudación. En éste segundo caso, los impuestos actuarán como estabilizadores automáticos.

Se están considerando aquí dos fuerzas que actúan en sentido contrario y que reciben el nombre de efecto renta y efecto sustitución: el efecto renta mide las consecuencias derivadas de la disminución de la capacidad adquisitiva de los contribuyentes; el efecto sustitución mide los cambios en las decisiones que toman productores y consumidores como consecuencia del impuesto.

Estas ideas pueden representarse con la conocida Curva de Laffer, que toma su denominación a partir del economista americano Arthur B. Laffer. La curva relaciona niveles de recaudación con el aumento de impuestos. Si medimos el aumento del impuesto, a través de un tipo representativo t, tendríamos una curva con ésta forma:




Cuando el tipo impositivo es t1, la recaudación, al aplicar ese tipo sobre la renta, será una cantidad positiva mayor que cero (Y1). Si aumentamos el tipo, la recaudación seguirá creciendo, cada vez sin embargo a menor ritmo hasta alcanzar un máximo en Y2, para un tipo t2. A partir de ese punto, cualquier intento del gobierno para elevar el tipo impositivo, se traducirá, paradójicamente, en un descenso de la cantidad recaudada. Nótese que para t3 la recaudación ha caído hasta Y3. Si siguiésemos insistiendo en aumentar el tipo impositivo, llegaría un momento en que la recaudación fuese nula.

Ese comportamiento se debe a que un tipo excesivamente alto propicia el fraude y la evasión fiscal hacia paraísos fiscales. También un tipo impositivo alto puede llevar a los trabajadores a sustituir trabajo por ocio, reduciéndose el bienestar colectivo o social. Por eso, se tributa menos y crece menos la economía. De nuevo aquí actúan el efecto renta y el efecto sustitución: el efecto renta ya que al aumentar el tipo y disminuir la renta de los trabajadores, tendrán que trabajar más para recuperarla y el efecto sustitución sobre los que decidan trabajar menos para no tributar tanto. Para un tipo impositivo muy alto, el efecto sustitución puede superar al efecto renta.

Además, los procesos de inspección para detectar el fraude, suelen ser muy costosos. De ahí que, en los últimos tiempos, muchos sean los países que se plantean reducir impuestos, especialmente los directos ligados a la renta, sobre todo si funcionan los estabilizadores automáticos, lo cual suele suceder en las fases expansivas del ciclo económico. Por eso, la curva de Laffer se ha convertido en una bandera para las corrientes defensoras del liberalismo económico que defienden la disminución de la presión fiscal.


Páginas Interesantes
www.elcato.org, www.atlas.org.ar,
www.hayek.org.ar, www.josebenegas.com, www.libertaddigital.com, www.diariodeamerica.com, http://dontiburcio.blogspot.com, http://liberalesargentinos.blogspot.com, http://alberdianos.blogspot.com, www.liberalismo.org, www.juandemariana.org, http://aplacetoreturn.wordpress.com, http://aesyd.blogspot.com

enero 03, 2009

Un poco de humor para comenzar el 2009

Entrevista a Cristina Fernández Kirchner en Uruguay.

enero 01, 2009

Las Leyes Contra las Drogas son Inmorales

En Argentina se está discutiendo en la actualidad acerca de la conveniencia de la legalización de las drogas. Jurídicamente correspondería decir despenalizar la tenencia de drogas, puesto que el principio constitucional establece que todas las acciones humanas son lícitas, excepto las prohibidas por ley del Congreso.

El debate se centra en la cuestión moral. Mucha gente piensa que el consumo de drogas está reñido con la moral y que las leyes deben prohibir. La tentación demagógica de los políticos a legislar es grande. Muchos de ellos se ven tentados también a legislar para dar la imágen al público de que se preocupan por los problemas públicos. Sin embargo la experiencia histórica ha demostrado que las leyes prohibicionistas no dan resultado, y que es aún peor, producen resultados opuestos a los deseados. El más famosos y triste de todos los casos fue la Enmiendo XVIII a la Constitución de los Estados Unidos que prohibió producción, consumo, y transportación de bebidas espirituosas. Los efectos producidos por dicha enmienda, fueron que el negocio pasó a un lugar fuera del control del gobierno, y provocaron una ola de criminalidad en aquella nación que no habían vivido nunca hasta entonces. El legendario gángster Al Capone se hizo famoso gracias a la prohibición de la enmienda constitucional, una disposición legal claramente moralista.

El debate en Argentina está elevándose de temperatura. Mucha gente piensa que con la legalización de las drogas, estas estarían disponibles para cualquier individuo, cuando es evidente que los lugares donde se consiguen fácilmente son las escuelas, universidades y cárceles, lugares donde no hay público de gran poder de compra.

Ayer, visitando el blog del
Dr José Benegas encontré este artículo que he traducido, no se si correctamente, de lo que escribió el Padre John Clifton Marquis de la Comunidad Católica de los Estados Unidos, acerca de las leyes antidrogas vigentes en esa nación, y donde detalla claramente que la legislación no funciona, que está provocando más daño aún, y cómo la ceguera moralista no ve que las leyes son la causa del crimen organizado.


Por el Padre
John Clifton Marquis
de la U.S. Catolic

Los gobiernos federales de los Estados Unidos, del estado, del condado y de la ciudad, han pasado los 50 años pasados escribiendo y decretando leyes antidrogas con los castigos cada vez más severos para los delincuentes. Estas leyes son dioses falsos que prometen una salvación que no pueden producir. Cada año, exigen más devoción a sus devotos: más tiempo, más dinero, más gente, más recursos, Pero, no importa cuan punitivas sean las sanciones (pena de muerte inclusive), el negocio de las drogas se ha extendido uniformente; ha crecido de hecho. Éste es un hecho simplemente histórico.

Las leyes contra las drogas son una cuestión moral. Cincuenta años de legislación contra las drogas han producido exactamente el efecto contrario al que perseguían esas leyes: las leyes han creado una estructura económica muy provechosa para las drogas de la comercialización. Cuando la ley no promueve el bien común, sino de de hecho que por causas de ella se deteriora el bien común, esas leyes deben ser cambiadas.

El resultado innegable es que las actuales leyes de drogas de los Estados Unidos son muy, muy costosas. El corolario en los hechos es que aquella gente cometerá muchos y violentos pecados por el control del dinero que han hecho.

La cuestión moral aquí es hacer lo mejor que se pueda para dar a la comunidad el control máximo sobre disponibilidad de la droga y, el uso consiguiente de la droga. La sociedad no puede curar a cada abusador o alcohólico de la droga; eso es un hecho. Pero la comunidad puede crear una condición social en la cual la gente inocente no caiga como víctima y donde los profesionales del cuidado de la salud tengan una oportunidad mejor (más fondos y gente disponibles) de servir el proceso curativo de los abusadores de la droga.

El principio moral implicado aquí es muy viejo y muy seguro: escoja el menor de dos males. El abuso de la droga es malo. Es un mal de la patente de la persona que abusa de las drogas y de cada uno que está conectado con ella. Pero el abuso de la droga es un problema que la iglesia y la sociedad pueden abordar y, en muchos casos, curar o controlar. En la práctica, nuestras comunidades tienen las herramientas espirituales y psicológicas disponibles. Sin embargo, la mayoría no tiene suficientes recursos humanos y económicos para utilizar esas herramientas con eficacia para ayudar a la gente que la necesita desesperadamente. La mayor parte de los recursos son dentro de un esfuerzo de seguimiento auto preventivo, que es muy natural, pero que no puede tener éxito.

El uso y el abuso de la droga son claramente problemas serios. Son toda una enfermedad moral más intrusa y más cáustica resulta de la presencia de drogas en los Estados Unidos: avaricia. La avaricia es un mal mucho más sutil que la inmadurez, eso conduce al abuso de la sustancia. Como un cáncer, produce los males secundarios tan destructivos como su raíz misma. La gente de los Estados Unidos sabe por experiencia diaria lo destructivo y el estrago infligido sobre sus vidas que las drogas proporcionan. Éste es el mal moral que debe ser borrado.

Estoy dolido por saber que a millones de ciudadanos de los Estados Unidos, la mención de la completa legalización de las drogas suene como una forma de blasfemia. Aquello es porque deliberadamente describo a las actuales leyes de los Estados Unidos como falsos dioses. Ellas son blasfemias. Ellas son el idolatrado Frankestein que los funcionarios electos han creado. Ellos hacen que el comercio de las drogas sea extraordinariamente lucrativo. Ninguna acción de seguimiento ni el nombramiento de los zares de las drogas desconcentrará a los señores de las drogas. Como una nación, los Estados Unidos pueden bien arrestar y condenar miles de mercaderes. Las agencias de aplicación de leyes, pueden encarcelarlos por los desastrosos costos causados al público. Por la clase de beneficios económicos de proveer drogas ilegales, prevén que ahí siempre habrá otros perdedores que tomarán sus lugares. Los pivotes centrales se encenderán.

Los líderes morales no tienen ninguna alternativa pero elegir entre la moralidad auténtica, que realmente es buena, y la moralidad cosmética, que parece simplemente buena. ¡Las leyes de la droga parecen buenas! Pero el defecto trágico de la moralidad cosmética, como el resto de las formas de cosméticos, es que no produce ningún cambio de la sustancia.

El autor de la moralidad cosmética parecería más bien bueno que el coste personal de hacer el bien.

Algunos convencen gente de que cualesquiera y cada problema se pueden solucionar con apenas un poco más de potencia de fuego. Con todo, los Estados Unidos tienen ya el tercer índice más alto del encarcelamiento en el mundo, siguiendo solamente Suráfrica y la Unión Soviética. La aplicación continuada de los leyes de la droga puede hacernos el número uno. Los fondos necesarios para la educación y el cuidado médico serán recortados para mantener las agencias y las prisiones del policía. Los E.E.U.U. las libertades y el proceso judicial se ponen en peligro debido a un manía cada vez mayor para ganar ante el tribunal una forma u otra. Los líderes morales auténticos no pueden permitirse el lujo arrogante del machismo, con su denegación para considerar el “no ganar.” Ganando, el caso para el abuso de la droga, está encontrando la dirección y los métodos que proporcionan la cantidad máxima de salud y de seguridad a la sociedad entera sin tener una curación que sea peor que la enfermedad.

El hecho es que los Estados Unidos nunca hubo crimen organizado hasta la prohibición. El alcohol ilegal (y así muy costoso) creó un nuevo mercado económico con los matones machine-gunning donde uno u otro moría por los beneficios. El porcentaje de los ciudadanos que bebieron el licor duro aumentaron realmente después de que el alcohol fuera proscrito. Cuando el alcohol llegó a ser legal otra vez, el sindicato ahora organizado del crimen tomó simplemente el comercio de las drogas.

El argumento estándar contra la legalización de las drogas (todas las drogas) es: “Hará a gente, especialmente gente joven piense que las drogas son buenas.” La gente implicada en la droga que reparte y la droga que usa ya piensa que ella es buena. Están adquiriendo el dinero o el placer tan altamente estimado por la cultura de E.E.U.U. A este punto, lo que es imprescindible para los líderes en los Estados Unidos realizar es descubrir que piensa la gente joven acerca de lo bueno y de lo malo. Como cultura, la juventud en los E.E.U.U. no compara ilegal con inmoral. Dentro de su cultura (y de su experiencia de lo que han estado haciendo los adultos con las leyes para la generación pasada), simplemente de los medios ilegales “más difícilmente de conseguir,” “fruta prohibida,” o “juguete del adulto.” Los Estados Unidos tienen algunas leyes para la protección de la vida humana. ¿Qué enseña eso a la gente joven sobre la ley? La ley puede muy bien haber enseñado acerca de lo bueno y de lo malo para San Pablo y Santo Thomas de Aquino, pero es apenas es eso, para la juventud de los E.E.U.U.

Otro argumento popular es que las drogas legales estarán demasiado disponibles. La realidad es los E.E.U.U., las escuelas y las prisiones del grado son dos de las áreas más calientes del comercio de las drogas. ¿Cuánto más disponible puede la materia se convertirse?

Legalizar todas las drogas en los Estados Unidos tendría un efecto inmediato y dramático: los haría baratos. En el mercado de hoy, un kilogramo de heroína ilegal o de cocaína ilegal tiene un valor de la calle de varios millón de dólares. Un kilogramo de marihuana ilegal tiene un valor de la calle alrededor de de un cuarto de millón de dólares. Un kilogramo de cocaína legal valdría quizás un par cientos dólares y un kilogramo de marihuana legal sería precio con el tabaco costoso. Mientras las drogas sean ilegales, la obscenidad de la estructura de sus precios perdurará. Las drogas legales no hacen señores de la droga. Las drogas legales suprimen la razón para que la violencia controle el comercio.

No hay duda que alguna gente abusará de las drogas legales; esto sucede con alcohol legal. Es también un hecho humano triste de que alguna gente muy sobria y razonable conduce los coches imprudentemente; juega lejos su dinero ganado duramente; utiliza el talento para el discurso para separar difamar, calumnia, y chismorrear; y dispuesta a hacer una gran variedad de cosas inadecuadas y pecaminosas. La naturaleza humana es, después de todo, herida por la realidad del pecado. Pero la legislación ahora, y nunca ha sido, la fórmula mágica para la calidad.

Los problemas, los daños, y las dificultades que resultarán definitivamente de las drogas legalizadas serán lejanos, y menos destructivos para la sociedad entera que el hurto, el soborno, la violencia, el asesinato, la mutilación, y la auto-degradación que son pan diario en los Estados Unidos hoy en día. En los Estados Unidos los ciudadanos deben tener la integridad y la dolorosa honradez de tener en sus mentes que no están previniendo la adicción al crack o cualquier otra droga en el tiempo. Los métodos actuales no están funcionando.

Humildad, no la arrogancia, ayudará a la sociedad a encontrar la mejor forma de llegar a su meta.
La auténtica definición de humildad es la verdad.

Fuente: http://www.idpi.us/dpr/writings/writings_dl_immoral.htm
Traducido por: Omar Maldonado