noviembre 26, 2008

La estatización de las A.F.J.P. y la opinión de José Piñera



Cada vez que se escuche la palabra solidaridad debemos temer. El plan del gobierno argentino de apoderarse de los ahorros provisionales de 10 millones de argentinos, con el pretexto de asegurar su jubilación, y de usar los fondos para fines sociales no tiene nada de solidario ni de social, es más, tiene todos los caracteres de una acción vandálica de la peor calaña.

Pero no es solamente el hecho de saquear los ahorros de millones de personas lo grave del asunto, sino las calamitosas consecuencias que la estatización traerá para el desarrollo económico del país. Millones de personas estarán condenadas a vivir en la pobreza, por la falta de inversiones que la economía necesita imperiosamente para el desarrollo. ¿Quién invertirá en una nación donde no se respetan los derechos de propiedad? El derecho de propiedad es un requisito básico, fundamental, para el desarrollo. El estado debe defender la propiedad privada, debe proteger al ciudadano y asegurar que cada uno goce del producto de su trabajo, en vez de actuar como un saqueador más. Las excusas usadas por los partidarios de la estatización, todos también partidarios del gobierno en mayor o menor grado, no están preocupados por los futuros jubilados ni por el bienestar de la gente. El único interés que los mueve es defender su parasitaria vida a expensas de otros ciudadanos. El estado es el refugio donde este ladronismo parasitario siempre se ha sentido seguro, usando el poder legislativo, y la justicia para acomodar todo a sus intereses y apoderarse de la riqueza ajena fácilmente con falsos argumentos moralistas.

Con los vergonzosos precedentes de violaciones a leyes, tratados, acuerdos y derechos de propiedad, que han sido la consecuencia del atraso económico que padece Argentina, y por la que debería estar trabajándose duro para reestablecer el honor de la Nación, cancelando las deudas contraídas anteriormente, este acto de barbarie termina por hundir definitivamente el crédito de la Nación.

Mucha gente festeja esta barbarie porque ignoran por completo las consecuencias que se aproximan, no ven más allá de sus propias narices, y la misma estrechez de visión es la que tiene todo el equipo gobernante. Lo que acaban de hacer no es un hecho más, es una tragedia realmente.

Es triste ver que el futuro de un argentino decente sea irse al extranjero, si desea tener un mejor estándar de vida, porque cualquier cosa que produzca en su país es pasible de ser arrebatado.

En 1983, cuando se hablaba del regreso de la democracia, millones de personas creyeron el fin de una serie de gobiernos atropelladores y prepotentes, no se imaginaron que tendríamos una porquería tan grande como gobierno, que no tiene una gota de democracia. La democracia es libertad de elegir, libertad de usar y gozar de su propiedad; de vivir tranquilo sin ser molestado. El Estado en lugar de asegurar todas esas libertades y derechos se ha convertido en el peligro para ellos. No es el Estado de quienes debemos confiar nuestras vidas y propiedades sino de quienes debemos defendernos. Para desgracia, las elecciones en lugar de traer gobiernos mejores los traen cada vez peores. Desde 1983 hasta la fecha ha sido una salvaje involución. Argentina desde 1983 hasta la fecha se ha vuelto más salvaje, más incivilizada, no parece una nación, sino una gigantesca chusma. El día de las primeras elecciones después del gobierno militar no regresó la democracia, sino un monstruo.

En este audio que puse más arriba en este post, José Piñera, ex Ministro de Trabajo y Seguridad Social de la República de Chile a principio de los años 80, quien diseñó el exitoso sistema de capitalización de ahorros previsiones, habla para Cadena 3 de Buenos Aires, acerca del sistema que él diseñó y que permitió a ese país duplicar su tasa de crecimiento económico. Las mentiras dichas en el Congreso argentino justificando el saqueo legalmente autorizado quedan al descubierto con los ejemplos que se enumeran en este reporte y que me constan como veraces, porque he visitado el país de Chile varias veces y he visto con mis propios ojos, el fenomenal empuje económico que goza ese país y del que carecen todos los demás, además de la calidad institucional que tiene esa nación.

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