La libertad reside en las armas. Los constituyentes de los Estados Unidos de 1787, tan celosos de la libertad individual sabían que el hombre estaba indefenso frente a la tiranía, y que la única herramienta que podía disponer para defender su vida, su propiedad y el producto de su trabajo era por medio de un arma, y para ello, el 15 de diciembre de 1791 se adoptó la segunda enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, que ha sido el baluarte del hombre libre contra la tiranía del poder. Tal enmienda dice así: “Siendo indispensable la milicia para la defensa de un estado libre no se negará el derecho del pueblo de tener y portar armas”.
Esa fabulosa cláusula constitucional ha sido la salvaguarda de la libertad y la propiedad en los Estados Unidos. Eso ha salvado a esa nación de caer en una tiranía otra vez como la de Jorge III. Lo más que desean los gobernantes corruptos y demagogos es tener un pueblo desarmado que no pueda defenderse de sus hipocresías e inclemencias. El demagogo siempre usará palabras para endulzar su maldad apelando a la paz, a la no violencia, a la hermandad, o a la justicia.
Eso es lo que han hechos los rufianes que gobiernan Argentina actualmente. Ahora que han conseguido desarmar a la población con todas las populacherías enmascaradas en valores humanos y altruistas, caerán sobre las propiedades de los chacareros, comerciantes y empresarios como aves de rapiña y saquearán todo lo que encuentren a su alcance. Ese es el propósito de quienes abogan por la prohibición de portar armas. Desean robar, apoderarse del producto del trabajo ajeno y asegurarse de que su víctima esté indefensa, contra su malicia.
Hemos vuelto a la Argentina primitiva e incivilizada, donde los indios salvajes saqueaban las ciudades con malones montados a caballo, quemaban los cultivos sembrados por gente trabajadora y robaban el ganado. Las formas del robo y el saqueo han cambiado con los tiempos, pero la naturaleza del saqueo se mantiene idéntica: han cambiado al caballo por el inspector de impuestos y las fuerzas de choque; el ganado robado por las retenciones; y la boleadora por la agresión física de los pandilleros al servicio del gobierno.
El pueblo argentino no necesita un gobierno para beneficios de unos y perjuicios de otros. No es un acto de justicia saquear el producto del esfuerzo realizado por gente trabajadora en beneficios de vagos, con el pretexto de la justa distribución de la riqueza o de la “justicia social” que los tiranos tanto declaman.
Un gobierno debe trabajar para beneficio de toda la población y principalmente para la gente respetuosa de las leyes y derechos de los demás individuos. No hay derecho alguno a rapiñar los bienes producidos honestamente, no es propio de una nación civilizada.
Un acto de esa naturaleza como pretende justificar el gobierno argentino, no ayuda en nada al progreso de la nación. No fortalece la confianza que los habitantes necesitan para establecerse en el territorio, con sus industrias negocios o plantaciones. Medidas políticas de esta naturaleza sólo llevaran a todo el país a un infierno de miseria desolación y tiranía.
Mi experiencia con la ozonoterapia
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A propósito de este reportaje, quiero contar que hace 35 años, en 1989,
debido a mi miopía avanzada, glaucoma, vista cansada y principio de
cataratas, de l...
Hace 4 días.
2 comentarios:
Cuando los K caigan llegaran otros con ganas de refundar la Argentina.
Y cuando vean que para tener poder politico necesitan el chori y la coca, van a caer en la tentacion.
Y despues del chori y la coca, vienen los planes sociales y las casas para los sindicatos.
Y para eso necesitan mas plata.
Y cuando ni las casas alcencen, querran sueldos de por vida en la administracion publica.
Y para eso van a necesitar plata.
Lo que estaria bueno es que alguien agarre la manija y no la quiera tener mas de 4 años.
Alguien que acepte que los cambios necesarios, seguramente no le alcanzaran para la reeleccion.
Podrá ser? O preparo el pasaporte?
Nada cambiará mientras los contribuyentes que mantienen estos parásitos no defiendan su dinero y paguen sumisamente los impuestos al estado. La solución es la rebelión fiscal, cuando los parásitos del fisco venga a cobrar impuestos matarlos a balazos. Pero por la paz, y por las estúpidas y malditas enseñanzas religiosas que nos han enseñado y heredado de España, por el cual se debe bajar la cabeza, callar y obedecer eso no pasa. Y los ladrones tranquilamente saquean porque los nabos que producen no saben defender lo que les pertenece.
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