Mostrando las entradas con la etiqueta Diario de América. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Diario de América. Mostrar todas las entradas

octubre 01, 2008

El Frankestein de la Economía



La torpeza de los bancos centrales esta vez, la Reserva Federal de los Estados Unidos, también conocida como Fed es evidente en el curso de la historia desde que se creó el primer banco central hace más de 95 años. Esta inutilidad es descripa por Marta Colmenares para Diario de América.

Casi que cada vez que la FED interviene para “ayudar” a la economía, a la postre termina pasando todo lo contrario, por eso es que hay ciclos de “Boom” y “Bust”, ciclos en que la economía entra en auge para terminar estrellándose. Pero estos ciclos suelen ser moderados, y de tres a cinco años de duración.

Lo que pasó con este ciclo es que todo el sistema financiero quiso aprovechar el crédito fácil incrementando muchísimo la cantidad de personas, familias y negocios tomando más créditos cuando al mismo tiempo la cantidad de dinero real que fue para esos préstamos era la misma, es decir, las instituciones financieras incrementaron el total del dinero que dieron en préstamo teniendo básicamente la misma cantidad de dinero. Leer más >>>>

mayo 23, 2008

El Peligro de los Héroes

La historia está colmada de hechos violentos pero enseñarla como algo glorioso, un hito y algo que debe ser venerado y objeto de admiración resulta sumamente destructivo y una buena receta para perpetuar y acentuar el mal.

Alberto Benegas Lynch (h)


Si se insiste en recurrir a la expresión “héroe” debería aplicarse a personas excepcionales como Ana Frank, entre muchas otras.

Leer el artículo: http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=3954

marzo 15, 2008

Hemiplejia Moral




Este artículo fue escrito por Alberto Benegas Lynch (h) en el Diario de América.


















Si bien resulta moralmente peor que robe el gobernante encargado de velar por la propiedad de la gente que lo haga el ladrón común, es igualmente condenable cuando se trata del máximo mal, esto es, el secuestro, la mutilación y la matanza.
Los terroristas de las FARC mantienen en la jungla colombiana a cientos de personas secuestradas en jaulas, como animales.


Constituye una monstruosidad que en la jungla colombiana los terroristas de las FARC mantengan a cientos de personas secuestradas en jaulas, como animales. Todo lo que se haga para liberar a algunos será siempre bienvenido por todas las personas con algún rastro de decencia. Pero la carnavalada mediática montada por el patético ejemplar del Orinoco, no se condice con la gravedad de la materia.

Por otra parte, me pregunto que sentido tiene que Kirchner haya sido “garante” de lo que hasta el momento es una estrepitosa entrega fallida. El interrogante surge debido a que el es quien ha apañado a terroristas Montoneros y del ERP al límite de convocarlos a su gobierno. Como es de público conocimiento, además de torturar, mutilar y asesinar, aquellos grupos terroristas recurrían sistemáticamente al secuestro como método, al efecto de lograr sus objetivos finales de imponer un sistema totalitario en la Argentina.

Entonces, a menos que se me escape algo, llama poderosamente la atención que la misma persona sea convocada como uno de los “garantes” para la antes mencionada empresa, porque en este contexto se necesita alguna autoridad moral para desempeñarse al frente de semejante misión. Esto va también para el canciller Taiana, precisamente uno de los Montoneros en el gobierno de Kirchner, ahora confirmado por su mujer. La peculiar convocatoria de marras solo se explica porque el que invita es quien quiere atropellar con el canallesco “socialismo del siglo XXI” (como si pudiera modificarse un régimen opresivo con un aditamento del calendario).

Sin duda que es una grotesca hemiplejía moral, por una parte, el condenar con razón los procedimientos aberrantes de quienes combatieron al terrorismo dando lugar a la figura del “desaparecido” en lugar del establecimiento de juicios sumarios, firma de actas y la existencia de responsables y, por otra, poner de manifiesto un salto lógico inaceptable al no condenar a los terroristas que iniciaron la masacre y mucho menos ponerlos en posición de gobernar.

El derecho internacional y los respectivos precedentes protegen la vida de todas las personas, sea en tiempo de paz o de guerra, y no hacen mención de diferencia alguna al condenar como delitos de lesa humanidad los ataques sistemáticos y planeados a ese derecho por parte de grupos organizados, provengan del aparato estatal o de fuerzas irregulares, del mismo modo que, como señala el juez estadounidense Andrew P. Napolitano, las Convenciones de Ginebra y los Protocolos adicionales no hacen diferencia entre ellos para el debido proceso y las consecuentes garantías procesales.

En cambio, la Corte Suprema de la Argentina desconoció hasta el momento estos precedentes diferenciando dos tipos de terrorismos y de matanzas alegando la imprescriptibilidad solo para un grupo, con lo que, en los hechos, resultó en un escudo protector para el terrorismo guerrillero. Es auspicioso que ahora surge del dictamen del Fiscal General de la ciudad de Rosario, Claudio Palacín, en el caso del secuestro y asesinato del coronel Larraburre, que las acciones delictivas de las bandas terroristas se tipifican como crímenes de lesa humanidad y, por ende, imprescriptibles. Esto no es lo mismo que lo que también acaba de ocurrir en la Sala Primera de la Cámara Federal de la ciudad de Buenos Aires donde, a raíz de la matanza en el comedor de la Policía Federal, se insiste en eximir de la ante dicha tipificación a la planificación de exterminios sistemáticos por parte de las organizaciones terroristas. Es de esperar que en las instancias superiores que aun falta recorrer en suelo argentino se reconozca lo establecido en el derecho internacional.

Pero la hemiplejía moral o la moral tuerta está mas extendida aun, así, en el caso argentino, se desconoce el terrorismo de Estado impuesto, por ejemplo, durante la presidencia de Cámpora y la gobernación de Bidegain y, en el campo internacional, los mandatarios argentinos del momento no solo desconocen el terrorismo de Estado en la isla-cárcel cubana durante el último medio siglo, sino que cantan loas de admiración a ese régimen hediondo (hay una fotografía de una de las visitas de Castro a la Argentina donde aparece Kirchner con cara y gesto mimoso, acurrucado en el pecho del barbudo criminal, que resulta una afrenta al decoro y a la civilización).

Entonces, una cosa es la justa condena a procedimientos inaceptables para combatir el terror y otra bien distinta es que muchos gobernantes pretendan tomar por idiota a la gente y que se apunte a liquidar las nociones mas elementales del derecho... aunque muchos de los patrocinadores de esa tesitura alardean de ser defensores de los “derechos humanos”, un concepto por cierto pastoso ya que constituye una redundancia mayúscula que toma en solfa al idioma y a conocimientos jurídicos básicos, puesto que solo los humanos son sujetos de derecho (no así los minerales y los vegetales). Es tan torpe como decir “subo arriba”o “la circunferencia redonda” y otros pleonasmos de similar tenor.

Por último, debe subrayarse que si bien resulta moralmente peor que robe el gobernante encargado de velar por la propiedad de la gente que lo haga el ladrón común, es igualmente condenable cuando se trata del máximo mal, esto es, el secuestro, la mutilación y la matanza, por tanto, “la teoría del demonio” es aplicable por igual a todos los que cometen estos actos deleznables de forma organizada y sistemática, puesto que no puede haber dos demonios, como que no puede haber dos máximos males (porque ya son máximos y, por tanto, ocupan todos los espacios del mal).

febrero 24, 2008

El Mérito del Gran Ladrón


En las democracias estatistas y antiliberales de América Latina, la explotación que padecen los pueblos a manos de la clase política muestra que el gobierno del gran ladrón y de las bandas de maleantes sigue vigente después de miles de años. Algunos dictadores han sido más favorables al desarrollo que los gobernantes democráticos. Por eso no es extraño que los desilusionados de la democracia sientan añoranza por la dictadura.


Por Porfirio Cristaldo Ayala

La muerte de Alfredo Stroessner causó pesar a muchos paraguayos. ¿Por qué un pueblo que vive en democracia siente afecto por un dictador que los oprimió, robó y torturó durante 35 años? La democracia estatista que surgió luego de la caída de la dictadura empobreció y hundió en la inseguridad al país y decepcionó a la gente. Para entender esta paradoja quizás sea útil recordar el origen de los gobiernos como ejércitos invasores o bandas de asaltantes que saqueaban los poblados.

Desde el comienzo de la civilización siempre ha habido parásitos que utilizando la fuerza viven a expensas de las mayorías. Los invasores victoriosos o “gran ladrón” en lugar de saquear y matar a los pueblos vencidos en ocasiones se establecían, se volvían gobiernos y los despojaban con impuestos. Pero vivir oprimidos por un gran ladrón es a veces mejor que estar a expensas de bandas de asaltantes o muchos “pequeños ladrones”.

Un dictador o “gran ladrón”, interesado en gobernar un territorio durante muchos años suele preocuparse del bienestar de sus súbditos, ya que cuanto más prósperos son más rentas y riquezas puede quitarles. En cambio, los asaltantes errabundos o “pequeños ladrones” a menudo solo tratan de robar a la gente lo más posible, con celeridad, para luego escapar, como hacen hoy algunos gobernantes “democráticos”.

En las democracias estatistas y antiliberales de América Latina, la explotación que padecen los pueblos a manos de la clase política muestra que el gobierno del gran ladrón y de las bandas de maleantes sigue vigente después de miles de años. Algunos dictadores han sido más favorables al desarrollo que los gobernantes democráticos. Por eso no es extraño que los desilusionados de la democracia sientan añoranza por la dictadura. Una historia parecida se vivió en las colonias europeas de Africa al independizarse en los años 1960.

El dictador o gran ladrón, como Stroessner, es consciente de la necesidad de aplicar políticas de largo plazo como frugalidad fiscal, disciplina monetaria y sólida defensa de la propiedad privada, con el fin de alentar el crecimiento económico y la estabilidad y asegurar la permanencia de sus gobiernos. Un ejemplo fueron las reformas de Pinochet en Chile. Otros dictadores, como Castro, prefirieron consolidarse imponiendo a sus pueblos el socialismo y la igualdad en la pobreza.

La falta de gobernabilidad del último cuarto de siglo de varios gobiernos democráticos que asumieron con poco más de un tercio de los votos y sin mayoría parlamentaria impidieron el avance hacia una democracia liberal, debilitaron el estado de derecho y alentaron políticas populistas de corto plazo probadamente fracasadas, como los monopolios, proteccionismo, redistribución y las expropiaciones arbitrarias en los gobiernos de Chávez, Lula, Kirchner, Duarte Frutos y Morales.

En el estatismo, los gobernantes democráticos, si bien tienen en el Estado un enorme botín, su poder para robar se encuentra notablemente disminuido por la competencia y la disgregación de las fuerzas políticas, al igual que las bandas de asaltantes de tiempos primitivos. Ello les impidió enfrentar la multiplicación de reclamos sociales que promueve el populismo con la aplicación de reformas económicas liberales. Pero lo peor, el debilitamiento del poder político “democratizó” la corrupción en el gobierno.

Los dictadores como Stroessner manejaban celosamente los hilos de la corrupción, asignando a cada jefe militar, ministro, amigo, amante, un “nicho” en donde robar, con franquicias, dólares al cambio oficial, cargos en aduanas o contrataciones y compras del Estado. Los que malversaban por cuenta propia, sin el beneplácito “superior” eran severamente castigados.

La tragedia del estatismo es no solo haber sembrado medidas populistas fracasadas, sino haber desatado una carrera por robar todo en el menor tiempo, como bandas de asaltantes nómadas, arruinando la valoración de la gente por la democracia. La solución a esta desgracia no es volver a la dictadura o al socialismo, sino avanzar a la democracia capitalista, sustentada en las libertades individuales, gobiernos limitados y mercados libres.


Fuente: http://www.aipenet.net/ http://www.diariodeamerica.com/


Porfirio Cristaldo Ayala, paraguayo, es ingeniero eléctrico y consultor de sistemas de energía eléctrica. Es graduado de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, EE.UU. Es presidente del Foro Libertario, editorialista y columnista del diario ABC Color de Asunción y miembro de la Sociedad Mont Pèlerin.

diciembre 02, 2007

La reacción ante el fraude será incontenible


Este magnífico post que escribio Martha Colemares para Diario de América, cuenta como la tiranía venezolana es la repetición de la historia. Hugo Chávez quiere perpetuarse en el poder, como todo tirano se cree el iluminado que va a salvar al pueblo. El tiempo pasa y la historia se repite. Cambian los hechos pero no la naturaleza de los mismos. El referéndum venezolano, no es la validación de una reforma, ni una constitución nueva, sino la abolición de todo estado de derecho. Es la búsqueda del poder en estado puro y pérdida la civilización.




Hugo Chávez, pareciera que en vez de haber nacido en Sabaneta, un pueblo del estado Barinas, fuera oriundo de la gran Grecia, que si bien es cuna de la democracia lo es también de sus inclementes enemigos: la demagogia y la tiranía.

Su poder de seducción con políticas demagógicas le permitió afianzar su arraigo popular, en sus inicios como gobernante, una manera de asegurarse y acumular todo el poder. La miseria que durante sus 8 años de gestión se ha incrementado considerablemente achacada al pasado, tanta ignorancia y el no haber atendido su incontinencia, le hizo el terreno propicio para arraigar su semilla.

Platón ya en la antigüedad describió los procesos degenerativos de la democracia griega con una exactitud que se antoja profética para juzgar lo que ha pasado en Venezuela. Según el filósofo, la demagogia atrae a los ciudadanos porque se afinca en la adulación.

Y así, el demagogo, investido de facultades y con un pequeño ejército en sus manos, se convertía en tirano. La situación terminaba peor, pues a la pobreza se añadía la represión política, los gastos majestuosos con dinero que no tenía y el afán de la guerra. Recordemos que la Guerra del Peloponeso arruinó a la Hélade y cobró muchas vidas.

Hugo Chávez que hasta con guerras alucina, apertrechado de Kalasnikov, de armas letales y de aviones cazabombarderos Sukhoi-30, de la misma manera que logró generar el enloquecimiento de muchos seguidores, al día de hoy se enfrenta a un creciente rechazo popular, con motivo de la consulta de un proyecto de reforma, de este domingo 2 de diciembre/2007, que no es más que el cambio de la Carta Magna vigente. Ya no le siguen ciegamente.

En cuanto a sus opositores, se acostumbraron a irse por las ramas y no a la raíz de la tragedia que ha significado su gestión como gobernante, porque se acostumbraron a debatirse de derrota en derrota como si estuvieran en democracia.

Cuando el problema radica en seguirle la corriente a Chávez y "combatirlo" en el terreno que él ya tiene preparado, es decir, en caer en sus trampas. Por eso es que yo me he dedicado a documentar la causa de los crímenes o presos por razones políticas porque allí es donde están las pruebas de que estamos desamparados en una dictadura militarista y de corte castrista fundamentalista.

Chávez luce como seductor al estilo victimario convertido en víctima y asusta a quienes lo siguen con un cacareo que lleva todos los años de su mandato con el asunto del magnicidio ficticio. De que su vida corre peligro. Y como buen demagogo les dice que por ello requiere de más poder, escoltas personales fuertemente armadas y reservas civiles también armadas a su merced. Impedir pues, el regreso de los “oligarcas”.

Por eso les dice que necesita perpetuarse.

Ya no hace sino arreciar el cuento del golpe que le quieren dar, acusa a los estudiantes y a la sociedad civil de fascistas, dice que Norteamérica quiere matarlo, los oligarcas quieren matarlo, Uribe quiere matarlo, hasta el canal de noticias CNN quiere matarlo. Es que hasta el canal venezolano Globovisión tiene un juicio por instigación al magnicidio.

Pero resulta que fue él quien tomó por sorpresa al ex presidente Carlos Andrés Pérez, el 4 de febrero de 1992 cuando asaltó la democracia. El sí quiso ser magnicida como lo he escrito tantas veces y probablemente, es la única fantasía que es más difícil de cumplir, de las que le faltan. Porque hasta logró la de ser presidente y ahora quiere entronizarse para siempre como Hugo El Emperador.

¿Qué pasa? Que le hace creer a sus “pobres” que si lo matan, los ricos les van a arrebatar las promesas ficticias a través del discursito del pan y hambre para mañana a que los tiene amansados, y es así como logra el odio de sus seguidores a los “escuálidos”, como así, entre otros calificativos, llama a sus adversarios. Enfrentar a unos con otros.

A mi me encanta cuando los seguidores de Chávez me insultan en mi sitio de Internet, o me han expuesto en un programa del canal del estado, con que si "pagada por la CIA", "oligarca", "desestabilizadora", o hasta... ¡"palangrista"!, cuando escribo cosas como que el 11 de abril 2002 no fue ningún golpe de estado, sino una masacre desobedecida (o un auto-golpe desobedecido), porque esos insultos me hacen ver que les duele, que la Verdad les revienta.

Y cosas como esas son las que tenemos que reivindicar, porque ya sabemos que Chávez se mantiene en el poder a punta no de bayonetas, sino de tergiversaciones, descalificaciones, el sometimiento al escarnio de personas que se le han puesto por delante con su gran dignidad y honor.

O a fuerza de intimidar, acaba de decir que a los “escuálidos”, en este proceso electoral nos dejará como “caimán arponeado”. Ya veremos en unos días cuántos seremos víctimas de un arpón.

Hugo Chávez seduce a lo Maquiavelo: “lo importante no es ser virtuoso, sino parecerlo, lo importante no es ser pobre, sino parecerlo”. Para ello se vale de esta explotación del odio de las clases bajas hacia las medias y altas y el cultivo de un estilo vulgar para poder atacar desde esa plataforma a los “oligarcas”.

De ahí su astucia en lucir “brillante” y el “cuido de su imagen con esmero” (entre comillas), haciéndose pasar o sacando su origen de pobre, porque los pobres no entienden de la millonada en ropa que carga encima, si con el reloj que ostenta su muñeca, podrían comprarse algunas casas para los damnificados que hoy duermen a las puertas del instituto gubernamental de vivienda.

Mucho menos entienden de los gastos vergonzosos multibillonarios de sus viajes, de financiamiento a los terroristas del continente, transmisiones del Alo Presidente, su programa radial desde Cuba, sus trueques, etc., etc., evitando cautelosamente cualquier gesto que lo identifique con los ricos. Por ello es temático cuando dice que no toma whisky. Pero ¡como lo toman sus acólitos!

El pensador alemán Ernst Jünger, buen conocedor del proceso histórico que abarca desde finales de la Primera Guerra Mundial, hasta el nacimiento del mundo globalizado en su obra “El Trabajador”, expresó que “En última instancia, el demagogo de todos los tiempos no es un hombre de Estado, sino un publicista. El arte de gobernar va consistiendo cada vez más en producir en todas esas cosas la ilusión de la libertad; por ello es la propaganda, junto a la policía, el medio principal que se utiliza. Un buen demagogo se ufana de ser democrático”.

De ahí que en su fase demagógica, estos reyezuelos apuestan todo a la imagen, después, cuando su postura está afianzada, recurren a la violencia. Entonces, es demasiado tarde para reaccionar. Como en Venezuela, sin justicia social, los poderes secuestrados, crímenes y presos por razones políticas, violación a los derechos humanos, perseguidos, como nunca antes. Y en base a su afán de licantropía política, se llevó al país con militares y todo.

El tirano-demagogo no piensa en la justicia social, seduce al estilo de planes a corto plazo, con seudo-resultados inmediatos, para conservar el poder pues sabe que los pobres piensan en corto. No ejecuta los tratamientos pertinentes, sino los efectistas, como el charlatán que no sabe cauterizar las heridas, sólo administra analgésicos al enfermo y no lo cura nunca.

Por cierto, Platón hacia mención que despreciaba a los demagogos y a los charlatanes de la medicina: “son tipos despreciables que, por ganarse el favor de sus clientes, terminan matándolos”. Lo que decía, el pan de hoy y hambre para mañana. De ahí que necesita hacer más pobres a sus gobernados cautivos.

Está la otra parte, la vacuna contra la demagogia es la clase media. Ella piensa en cortos plazos, pero también es capaz de pensar en términos más largos. Y como los clase media no son pobres, no exigen dádivas, sino condiciones justas, por eso al tirano se le dificulta seducirlos aunque muchas veces a una gran porción los confunde o se le hace fácil intimidarlos.

Mientras que un político íntegro gobierna con justicia, aunque en ocasiones sus acciones no sean populares, o sea mala la gestión, pero en todo caso, lo hacen en democracia, y ya de eso en el pasado tuvimos experiencia.

También seduce al estilo de la perversidad al pretender su legitimación a través del voto, valiéndose para ello del ventajismo político. ¿Quién puede competir contra ese poder? Es lo que viene a ser el harakiri de la democracia.

Ante esto, muchos no botarán su voto este domingo 2 de diciembre. Es la decisión de personas como Alejandro Peña Esclusa, sometido a una censura inaudita por parte de los medios de comunicación, quien desde hace años viene alertando situaciones fraudulentas ya vividas y del castrismo instalado en Venezuela. Actualmente criminalizado por el régimen.

Otros políticos y analistas calificados como Oswaldo Álvarez Paz, Genaro Mosquera, Alfredo García Deffendini, Luis Marín, Ana Mercedes Díaz, Mohamad Merhi, persona honorable, defensor de los derechos humanos, han suscrito el documento del Frente Patriótico, para desconocer el referéndum del próximo dos de diciembre, “porque el vicio de nulidad absoluta de la reforma no debe ser convalidado, y para descalificar el sistema de fraude electoral y deslegitimar y deslegalizar al régimen e implosionarlo constitucionalmente”.

Aunque eso sí, se participará y participaremos en las formas de protesta que se decida implementar.

No olvidemos que Hitler llegó al poder democráticamente y que también, amparado en los votos, se convirtió en dictador. Tampoco es menos cierto decir que las grandes tiranías de la historia no han sido destronadas por los votos. De ordinario, lo que sucede es que el dictador-demagogo precipita su caída, arrastrando tras de sí al pueblo que supuestamente protegía. Hitler no perdió las elecciones, perdió la guerra...

Precisamente, la seducción tiene su fin. Si aun en Venezuela no ha sucedido ante tantas promesas incumplidas, la asfixia del pueblo, hasta la de su misma gente que se siente burlada y también se resiste a perder sus garantías y libertades, quizá, ese fin ahora esté cerca.

Cuando los resultados de esa mayoría que se muestra desbocada a participar en el proceso fraudulento de este domingo 2/12/07, se encuentre que los votos del No mágicamente se convirtieron en SI, pudiera entonces significar, que la reacción ante el fraude será incontenible.
Estamos a pocas horas de saberlo.

Autor: Marta Colmenares

Publicado en Diario de América el 02/12/2007




octubre 25, 2007

El Libro negro del comunismo parte I

El Libro Negro del Comunismo es un trabajo de 800 páginas, publicado en el Diario de América por el columnista Juan Trinado Quintana. Esta el primera parte del libro que se publicará por partes en las próximas semanas.

Juan Trenado Quintana

Se ha podido escribir que la historia es la ciencia de la desgracia de los hombres. Nuestro siglo de violencia (el S. XX) parece confirmar la veracidad de esta frase de una manera contundente, superando al resto de siglos anteriores. Un vistazo retrospectivo impone una conclusión sobrecogedora: fue el siglo de las grandes catástrofes humanas -fue el siglo de dos Guerras Mundiales , el nazismo, sin hablar de tragedias más localizadas en Armenia, Biafra, Ruanda y otros lugares- El imperio Otomano se entregó ciertamente al genocidio de los Armenios y Alemania al de los judíos y gitanos. La Italia de Mussolini asesinó a los etíopes etc. El comunismo se inserta en este tiempo histórico desbordante de tragedias. Es este, el fenómeno trascendental de este breve siglo XX que comienza en 1914 y concluye en Moscú en 1991, se encuentra en el centro mismo del panorama del gran drama del siglo XX.
¿Qué es lo que exactamente designamos bajo la denominación de comunismo? Es necesario introducir aquí una distinción entre la doctrina y la práctica. Como filosofía política, el comunismo existe desde hace milenios ¿Acaso no fue Platón quien en “La República”, estableció la idea de una ciudad ideal donde los hombres no serían corrompidos por el dinero y el poder, donde mandaría la sabiduría, la razón y la justicia? O un pensador y hombre de Estado tan eminente como Sir Tomas Moro, canciller de Inglaterra en 1530 autor de la famosa Utopía ¿acaso no fue otro precursor? La trayectoria utópica da la impresión de ser perfectamente legítima como crítica útil de la sociedad en un sistema en donde existe la libertad de pensamiento y expresión. Sin embargo el comunismo del que hablamos aquí no se sitúa en el cielo de las ideas. Se trata de un comunismo muy real que ha existido en una época muy determinada, en países concretos, encarnadas por dirigentes célebres- Lenin, Stalin, Mao, Ho Chi Minh, Castro etc. Sea cual sea el grado de implicación de la doctrina comunista anterior a 1917en la práctica del comunismo real se puso en funcionamiento una represión sistemática ¿Es inocente sin embargo la ideología? Algunos espíritus apesadumbrados siempre podrán defender que ese comunismo realmente no tenía nada que ver con el comunismo ideal. Sin embargo como escribió Ignacio Silone “verdaderamente las revoluciones como los árboles se reconocen por sus frutos” No careció de razones el que los socialdemócratas rusos, conocidos por el nombre de bolcheviques, decidieran en noviembre de 1917 denominarse comunistas. Tampoco se debió al azar, el que erigieran al pie del Kremlin un monumento a la gloria de los que consideraban sus precursores (T. Moro o Campanella).
Superando los crímenes individuales, los asesinatos puntuales circunstanciales, los regímenes comunistas, a fin de asentarse en el poder erigieron el crimen en masa en un verdadero sistema de gobierno. A los autores de este libro se nos replicará que la mayoría de estos crímenes de este libro correspondían a una legalidad aplicada por instituciones que pertenecían a regímenes en ejercicio reconocidos en el plano internacional. Pero ¿acaso no pasó lo mismo con el nazismo? Los crímenes que exponemos en este libro no se definen de acuerdo a la jurisdicción de los regímenes comunistas, sino con la del Código no escrito de los derechos naturales de la Humanidad.
¿De qué vamos a hablar? ¿De qué crímenes? El comunismo ha cometido innumerables: primero crímenes contra el espíritu, pero también crímenes contra la cultura universal y contra las culturas nacionales. Stalin hizo demoler centenares de iglesias en Moscú. Ceaucescu destruyó el corazón histórico de Bucarest. Pol pot ordenó desmontar piedra a piedra la catedral de Phnom Pehn Durante la revolución cultural maoísta, los guardias rojos destrozaron tesoros innumerables. Sin embargo por graves que pudieran ser a largo plazo estas destrucciones para las naciones implicadas y para la Humanidad en su totalidad ¿qué peso puede tener frente al asesinato masivo de personas, de hombres de mujeres y de niños?. El asesinato por métodos diversos (fusilamientos, horca, ahogamiento, apaleamiento, gas militar, veneno o accidentes automovilísticos), la destrucción por hambre (hambrunas provocadas y /o no socorridas) y la deportación, o sea la muerte que podía acontecer en el curso de transporte (marchas a pie o en vagones de ganado) trabajos forzados (agotamiento enfermedad, hambre, frío). El caso de los periodos llamados “de guerra civil” es más complejo: no resulta fácil distinguir lo que deriva de la lucha entre el poder y los rebeldes y lo que es matanza de poblaciones civiles
No obstante podemos establecer un primer balance numérico que aún sigue siendo una aproximación mínima y que necesitará largas precisiones (que se harán a lo largo de los siguientes artículos):
-URSS, 20 millones de muertos -China, 65 millones de muertos -Vietnam, 1 millón de muertos -Corea del Norte, 2 millones de muertos -Camboya, 2 millones de muertos -Europa occidental, 1 millón de muertos -América latina, 150 000 muertos -África, 1,7 millones de muertos -Afganistán, 1,5 millones de muertos -Movimiento comunista internacional y partidos comunistas no situados en el poder , 10 000 muertos -En total la cifra se acerca a los cien millones de muertos
Este grado de magnitud oculta grandes diferencias entre las distintas situaciones. Resulta indiscutible que en términos relativos “la palma” se la lleva Camboya, donde Pol Pot mató en menos de tres años a la cuarta parte de la población total del país de la forma más atroz. Sin embargo la “experiencia” maoísta sobrecoge por la magnitud de la masa. En cuanto a Rusia, hiela la sangre por su aspecto experimental pero perfectamente reflexionado, “lógico” y político.
En un libro publicado en Berlín en 1924 titulado “El terror rojo en Rusia” el historiador ruso y socialista Serguei Melgunov, citaba a Latzis, uno de los primeros jefes de Cheka (la policía política soviética) que el 1 de noviembre de 1918 proporcionó directrices a sus esbirros “No hacemos la guerra contra las personas en particular. Exterminamos a la burguesía como clase. No busquéis durante la investigación documentos o pruebas sobre lo que el acusado ha cometido, mediante acciones o palabras, contra la autoridad soviética. La primera pregunta que le debéis formular es la de a qué clase pertenece, cuáles son sus orígenes, su educación, su instrucción y su profesión”. De entrada Lenin y sus camaradas se situaron en el marco de una guerra de clases sin compasión en la que el adversario político, ideológico o incluso la población recalcitrante eran considerados –y tratados- como enemigos y debían ser exterminados. Los bolcheviques decidieron eliminar toda resistencia (incluso pasiva) de grupos y colectivos enteros de población
En los años 20 los cosacos fueron eliminados por su condición de tal (genocidio). Los hombres fueron fusilados y las mujeres, los niños y los ancianos fueron deportados. Lenin asimilaba a los cosacos con la Vendée durante la Revolución Francesa. La deskulakización de 1930-1932 fue una reanudación a gran escala de la descosaquización. Por lo que se refiere a la gran hambruna ucraniana de 1932 –1933, vinculada a las resistencias de las poblaciones rurales, provocó en unos meses la muerte de seis millones de personas. Se pone en funcionamiento un instrumento peculiar de los regímenes comunistas, la utilización sistemática del “arma del hambre”. El régimen tiende a controlar la totalidad de alimentos disponibles y, mediante un sistema de racionamiento a veces muy sofisticado, solo la redistribuye en función del mérito o del “demérito” de unos y de otros. Este salto puede llegar a provocar gigantescas hambrunas. Recordemos que en el periodo posterior a 1918, solo los paises comunistas conocieron hambres que llevaron a la muerte (*nota de Juan Trenado, “gracia” me hace al saber esto, que uno de los axiomas sobre el que se asienta el marxismo- teórico- es que el hambre es el elemento de explotación y de alienación del trabajador en el capitalismo)
Además de la cuestión de la responsabilidad directa de los comunistas en el poder, se plantea la de la complicidad y si son estos igualmente asimilados a los crímenes contra la Humanidad. De los años 20 a los 50 los comunistas de todo el mundo aplaudieron hasta romperse las manos la política de Lenin y de Stalin. En 1969 escribía Conquest “El hecho de que tanta gente “avalara” de manera efectiva la gran purga fue sin duda uno de los factores que la posibilitaron”. Centenares de miles de personas entraron en las filas de la internacional comunista y de las secciones locales del “partido mundial de la revolución”. En los 50 a 70, centenares de miles de personas incensaron al gran timonel de la revolución China y cantaron los méritos de la revolución cultural. En una época aún más cercana fueron numerosos los que se felicitaron porque Pol Pot había tomado el poder. Muchos responderán que no sabían nada.... en muchos casos era cierto, pero en otros muchos fue la consecuencia de una ceguera provocada por una fe militante (a partir de los 50 muchos de estos hechos eran ya de sobra conocidos e indiscutibles). Ahora bien, si muchos de estos turiferarios han abandonado hoy sus ídolos de antaño, lo han hecho de manera silenciosa y discreta ¿Qué debe pensarse de la amoralidad profunda que se da en renunciar a un compromiso público en el secreto de las almas sin extraer ninguna lección de ello? Que cada conciencia responda.
Los métodos represivos puestos en funcionamiento por Lenin y sistematizados por Stalin y sus émulos no solo recuerdan los métodos nazis sino que muy a menudo los precedieron. A este respecto Rudolf Hess, el encargado de crear el campo de Auschwitz señalaba el carácter sistemático copiado de los rusos, por el cual se eliminaban a poblaciones enteras empleándolas a la vez en trabajos forzados. Desde finales de los veinte, la GPU (nueva denominación de la Cheka) inauguró un método de cuotas: cada región, cada distrito debía detener y fusilar o deportar un porcentaje dado de personas que pertenecieran a segmentos sociales enemigos. Estos porcentajes eran definidos por la dirección del partido. La locura planificadora y estadística no solo afectaba a la economía sino que también se apoderó del ámbito del terror (normalmente se superaba estas cuotas –como es comprensible, había que hacer méritos ante el partido-)
¿Qué se sabía de los crímenes del comunismo? ¿Qué se quería saber? ¿Por qué ha sido necesario esperar a finales del S.XX para que este tema acceda a la condición de objeto de estudio científico?¿Por qué no se le ha otorgado la misma atención que a los crímenes Hitlerianos?¿Por qué mientras los nombres de Himmler o Eichman son conocidos mundialmente como símbolos de la barbarie contemporánea , los Dzerzhinsky, Yagoda, o Yezhov son ignorados?. En cuanto a Lenin Ho chi minh o incluso Stalin aún siguen teniendo (aunque parezca mentira) derecho a alguna sorprendente reverencia en Europa y América Latina
Las razones de esta ocultación son múltiples y complejas. En primer lugar ha tenido su papel la voluntad de los verdugos de borrar las huellas de sus crímenes y de justificar lo que no podían ocultar. El informe secreto de Jruschov de 1956 que constituyó el primer reconocimiento de los crímenes por los mismos dirigentes comunistas, es el intento de un verdugo que intenta salvarse el, imputándoselos todos a Stalin- posteriormente continuó con las mismas estructuras, los mismos hombres y las mismas ideas asesinas-.
Cuando no podía ocultar los hechos los verdugos se las ingeniaron para justificar los hechos maquillándolos groseramente. Después de haber reivindicado el terror, lo erigieron en figuras alegóricas de la Revolución así por ejemplo “cuando se corta la madera, saltan astillas” “no se puede hacer una tortilla sin cascar los huevos”, etc.
Sin duda lo peor fue alcanzado por la perversión del lenguaje. Ahora bien, la propaganda comunista es fácil de corregir... pero es difícil restaurar si es que por propia voluntad se ve defectuosamente. Frente a la propaganda comunista, occidente dio muestras de una ceguera excepcional, enredado a la vez por la ingenuidad frente a un sistema particularmente retorcido y criminal
Además de todo esto, la ocultación de la dimensión criminal del comunismo se relaciona con razones más específicas:
1. La primera tiene que ver con la idea misma de revolución y sus símbolos. Todavía hoy -bandera roja, internacional, puño en alto- resurgen en cada movimiento social de envergadura. El Ché Guevara vuelve a ponerse de moda. Se tiene por tanto una verdadera falta de conciencia del significado de símbolos y la historia de estos
2. La segunda razón tiene que ver con la participación en la victoria sobre el nazismo, que permitió a los comunistas enmascarar bajo un patriotismo ardiente sus objetivos finales que tenían como meta la toma del poder. El antifascismo se convirtió en una etiqueta definitiva y le ha sido fácil, en nombre del antifascismo hacer callar a todo aquel que se opusiera a el.
3. La última razón, la más sutil y la más delicada de expresar. El genocidio de los judíos ocupó todo el espacio reservado a la percepción del terror en masa durante el s. XX. Sin lugar a dudas fue horroroso, pero en medio siglo todo el espacio trágico fue ocupado por el drama judío (películas, reportajes, etc.).
El primer gran cambio se da en 1956 con el informe Jrushchov. Su objetivo de fondo, salvarse él. En 1961 propuso erigir un monumento a las victimas de Stalin y la publicación de “un día en la vida de Iván Denissovich” de Aleksandr Solzhenitsyn. En 1964 Jruschov fue brutalmente depuesto de todos sus cargos. El informe de 1956, transformó de golpe la condición de la idea comunista en el universo. Ahora la voz no procede de occidente sino de Moscú. Hubo que esperar hasta 1979 a que el partido comunista de Mao reconociera grandes errores, lo que hasta 1957 eran “grandes” méritos, los vietnamitas no abordan la cuestión y Castro aún hoy, sigue en su paraíso comunista con 11 millones de presos políticos (en la isla) millones de exiliados, y miles de fusilados o encarcelados. Hasta este momento la denuncia de crímenes comunistas solo había procedido de “los enemigos”, los anarquistas o los disidentes trotskistas. La voluntad de testificar a los huidos de las matanzas era grande... sin embargo se les escuchó poco o nada. En los años ochenta la gran obra de A.Solzhenistsyn –Archipielago Gulag y después el “Ciclo de los nudos” de la revolución rusa- provocó un verdadero trauma en la opinión pública. Pese a todo a Solzhenistsyn le fue difícil atravesar la costra de la mentira que invadía a la opinión pública.
A día de hoy no solamente los archivos confirman estos hechos y testimonios, sino que permiten ir mucho más allá. Los archivos internos del sistema de represión de la antigua URSS, de las antiguas democracias populares y de Camboya, arrojan luz sobre una realidad aterradora: el carácter masivo y sistemático del terror
A lo largo de los seis artículos restantes resumiré las 800 hojas del terror correspondientes a los cinco bloques (más las conclusiones) en los que se divide “El libro negro del comunismo”. Este libro es sin lugar a dudas un monumento a la memoria y a la Historia del siglo XX y de sus víctimas:
Bloque I “Un Estado frente a su pueblo. Violencias, terrores y represiones de la URSS”
Bloque II “Revolución mundial, Guerra civil y terror”
Bloque III “La otra Europa Víctima del comunismo”
Bloque IV “Comunismos de Asia: entre la reeducación y la matanza”
Bloque V “El tercer Mundo”
Conclusiones: ¿Por qué?

Fotos del horror comunista












octubre 19, 2007

Del capitalismo nace la igualdad


Capitalismo o Libre mercado


La igualdad – de derechos- sólo es posible en un marco competitivo racional de libre mercado, donde los sujetos interactúan buscando su beneficio particular por razón de su supervivencia, en donde las elecciones “se toman” por discriminación racional.

La igualdad de derechos es incompatible con la igualdad de resultados y la igualdad de oportunidades ya que en ellas, las cuatro premisas no se dan.

Por Juan Trenado Quintana


Estoy convencido de que entre los lectores habrá alguno que compartirá el título o tesis del artículo, bastantes que sin defenderlo en público actúan y viven como si estuvieran de acuerdo amoldándose a las circunstancias, y muchísimos otros más, que seguramente vean esta afirmación como un disparate o una obscenidad.
Sea cual sea el grupo donde se encuentre, a lo largo del artículo demostraré que libertad e igualdad no son excluyentes (siendo por supuesto principios distintos) y que la mayor cota de igualdad se consigue en el libre mercado. Empezaré por aclarar y definir los términos.
En nuestros días sigue existiendo una confusión generalizada en torno a la igualdad, tendiendo a mezclar tres conceptos.

Igualdad de los hombres ante la ley (a la que se refería Thomas Jefferson)
Igualdad de resultados, que implicaría que todos los hombres tuvieran una misma cantidad... ¿de qué? En general los defensores de la igualdad de resultados se refieren a cantidades iguales de dinero para todos, pero... ¿Por qué ha de ser esa la única medida?¿Por qué no aspirar a la misma cantidad de belleza, cabello o trabajo? Es un hecho que la búsqueda de igualdad de resultados presupone una decisión que sólo puede implantarse cuando un grupo impone sobre otro su visión del mundo. La auténtica igualdad de resultados es algo lógicamente inalcanzable en un mundo caracterizado por la diversidad. Los intentos por conseguirla han desembocado en calamidades sociales ya que conseguir resultados iguales, uniformizar la sociedad, supone tratar a los hombres de forma desigual.

Igualdad de oportunidades, entendida como igual asignación de probabilidades a todas las personas para triunfar en la vida. Los que utilizan igualdad de esta manera en la mayoría de los casos (implícitamente) se refieren a igualdad ante la ley o igualdad de derechos. De no ser así, los esfuerzos por crear una auténtica igualdad de oportunidades pueden ser tan dictatoriales como los medios para crear la igualdad de resultados. La discriminación, mal llamada positiva, es una distinción irracional de unos colectivos sobre otros. El envoltorio de esta discriminación siempre es el mismo, la igualdad de oportunidades. Se llega a esta discriminación mediante la sobrevaloración de un grupo por el mero hecho de ser de un determinado sexo, raza, condición, o clase cercenando la igualdad de derechos ante la ley del resto que no son así y que soportan las cargas por cuestión de nacimiento o naturaleza.

La clase de igualdad adecuada para una sociedad libre es la igualdad de derechos (igualdad ante la ley). Como afirma claramente la declaración de Independencia de Estados Unidos. Los derechos no son privilegios otorgados por el Gobierno. Son algo natural e invariable, inherente a la esencia del hombre. Son propiedad del individuo por el mero hecho de su condición de ser humano, por la capacidad de responsabilizarse de sus actos. Por lo tanto no son conferidos por los hombres y no son otorgados por los Gobiernos. Los hombres crean Gobiernos para defender los derechos que ya poseen.

Pasando al segundo concepto de la proposición, Capitalismo o libre mercado, lo definiré como el ámbito donde los particulares (agentes económicos) intercambian bienes y servicios como consecuencia de la libre voluntad. Voluntad cierta puesto que cualquier acuerdo en el que exista error, intimidación o mala fe es nulo (El Estado garantiza precisamente por esa igualdad de derechos que todos son tratados ante la ley de la misma manera y que, por tanto, el consentimiento es real).

Una vez definidos sucintamente igualdad y libre mercado enunciaré cuatro premisas necesarias y lógicas (aunque no por ello políticamente correctas) para demostrar que la igualdad sólo puede darse en el terreno del liberalismo (en la acepción de la palabra en lengua española).

Premisa A: TODA ELECCIÓN IMPLICA UNA DISCRIMINACIÓN

Esto es así puesto que la no discriminación en el sentido absoluto llevaría al estatismo o lo que es lo mismo, la no acción. No se llevaría a cabo ni se tomaría ninguna decisión. Cuando elijo un coche, discrimino una marca sobre otras por el precio o por el diseño, o si le pido salir a una chica al cine es porque su sonrisa, inteligencia o su simpatía me enamoran y me hacen discriminarla favorablemente en la elección, con relación a otras féminas. Incluso la elección aleatoria es discriminatoria en sentido inverso (no interviene mi voluntad sino motivos y causas ajenas a mi en la elección y determinación del hecho).

La voluntad remite a lo querido y es determinado por la “causación” de lo querido (Spinoza). Sin ánimo de entrar en la INFINITA red de causalidades determinativas de la voluntad, encontraremos en todo caso que la elección determinativa ha supuesto en todo caso una exclusión de un elemento sobre otro.

Premisa B: EXISTEN DISCRIMINACIONES BAJO CRITERIOS RACIONALES Y DISCRIMINACIONES QUE SE REALIZAN CON CRITERIOS IRRACIONALES

En esta premisa intento dividir los motivos de la elección de un hecho en dos grupos, aquellos que tienen un componente racional (beneficio, razón de mérito, inteligencia, esfuerzo, comodidad, etc.) y aquellas causas que son “irracionales” (por ejemplo razones sentimentales de amor – odio, envidia, miedo, angustia, locura, ignorancia, etc.). Por ejemplo, contratar a un vendedor porque es listo y hace bien su trabajo es una discriminación racional sobre otras personas que quieren ese puesto y no lo son o son menos capaces. Si ese empresario contratara para ese puesto a una persona por el hecho de ser un familiar suyo sin valer ni ser apto para el cargo, o contratar a un hombre por el hecho de ser hombre o a una mujer por el hecho de ser mujer, sería una elección irracional. Centrando la cuestión en el aspecto financiero y tributario del Estado, quitar el dinero a aquellos que lo han producido (bajo la coerción de la cárcel en caso de negarse) para dárselo a otros que lo necesitan (teóricamente) más, podrá ser una decisión buena o mala, pero sin duda el dar algo a alguien de otro, por el mero hecho de ser o estar, es irracional.

Premisa C: EN UN MARCO DE COMPETENCIA SI NO SE TOMAN DECISIONES RACIONALES “SE MUERE” Y RACIONALMENTE LA EMPRESA QUIERE SOBREVIVIR (beneficio)

Sin duda, en el llamado libre mercado existen decisiones lógicas y elecciones irracionales o menos afortunadas. Estas últimas, las malas elecciones las acaba sufriendo y pagando la empresa en su balance y cuenta de resultados. Cuando el empresario contrata a un inútil por el simple hecho de ser un amigo, conocido o familiar le esta pagando por algo que no hace, hace mal u otro haría mejor, por lo tanto está teniendo una pérdida. Si es al contrario y no contrata a alguien válido por prejuicios de raza, sexo o edad (etc.), el empresario está desaprovechando una oportunidad de beneficio. En todo caso, la pérdida o la equivocación la sufrirá el empresario que libremente tomó la decisión irracional, y eso es algo que en un mercado de competencia abierta el empresario no se puede permitir. En España, por ejemplo, el 85% de las pequeñas y medianas empresas se disuelven a los dos años de haber nacido.

Premisa D: “SÓLO SE PUEDE COMPETIR EN IGUALDAD CON OTRO EN EL PLANO RACIONAL”

Todo lo que se escapa de esta premisa es peligroso para la igualdad. Competir o tomar una decisión cuando están por medio sentimientos o prejuicios ilógicos es inestable e inseguro. La subjetividad reina en este mundo (tan humano por otra parte) y como consecuencia la desigualdad en las valoraciones y la toma de decisiones. Por ejemplo, un procesado amigo del juez no competiría en igualdad de condiciones si otro juez, no vinculado, fuera el encargado de juzgarle.

Si aceptamos las cuatro premisas tenemos que:

“La igualdad – de derechos- sólo es posible en un marco competitivo racional de libre mercado, donde los sujetos interactúan buscando su beneficio particular por razón de su supervivencia, en donde las elecciones “se toman” por discriminación racional. Y que esa igualdad es la que garantiza que nuestras capacidades (que atienden a unas necesidades o causas) van a ser valorados adecuadamente, respetando los derechos que tenemos por el mero hecho de existir (garantizados – y no dados- por el Estado)”.
“Si lo anterior es cierto, la igualdad de derechos es incompatible con la igualdad de resultados y la igualdad de oportunidades ya que en ellas, las cuatro premisas no se dan”.

Publicado en el Diario de América el 23/08/2007

Los políticos y la socialización de la culpa





El principio inspirador de la culpa no es principalmente, hoy en día, la trasgresión de la moral. El principio determinante de esta nueva culpa, son los políticos y sus correas de transmisión mediáticas, que dicen y deciden el ámbito de lo pensable y lo impensable, lo que es cierto y lo que no, lo que tiene sentido y lo que es delirio.
Los políticos y sus correas de transmisión mediáticas son el principio inspirador de la culpa.


Por Juan Trenado Quintana


“Raskolnikov experimentó súbitamente la sensación de una parálisis general, como ocurre durante esas pesadillas en el que uno se cree perseguido por enemigos y parece que están a punto de alcanzarle, mientras se encuentra como clavado en suelo sin poder moverse ( ... ) Raskolnikov miraba aterrado al cerrojo esperando verlo saltar de un momento a otro (...)salió de la casa, Raskolnikov no tenía su cabeza segura, cuanto más andaba, más se oscurecían sus ideas ...Tenía la sensación de que le iban siguiendo, sin embargo, quedó sorprendido al llegar al malecón y ver tan poca gente , y temiendo que se fijaran en él en un lugar tan solitario , y a pesar de que apenas tenía fuerzas para andar, no dejó de dar un gran rodeo para volver a su casa...” ( Fragmento de “Crimen y castigo” de F . Dostoievsky).


Muchos de los que posen sus ojos sobre estas líneas habrán reconocido en seguida el clásico “Crimen y Castigo”. Para aquellos que no lo hayan hecho aún, sin ánimo de desmenuzar tan extraordinario libro, simplemente diré que se trata de una novela psicológica sobre la generación del sentimiento de culpa en la persona, cuando esta no actúa según unos principios morales. El sentido de culpabilidad parte de la distinción, en sus diferentes grados, de las categorías, bueno- malo, deseable – indeseable, moral- inmoral. Es incuestionable que en occidente la rectitud, la responsabilidad de la actividad moral ha estado (¿esta?) íntimamente unida a la noción de pecado. Y que por tanto se encuentra en las raíces de lo que somos y hemos conseguido (aunque actualmente reneguemos de ello). Tenemos lo que fuimos y tendremos lo que somos. Es decir si occidente es lo que ha llegado a ser, el único lugar donde cabe la defensa de los Derechos Humanos precisamente por su naturaleza o razón de ser, del conjunto de experiencias de los siglos pasados. La pregunta inmediata es ¿qué sucederá (qué tendremos) si se produce un cambio substancial en el presente?... El tiempo, una vez más, dictará sentencia.
Por ello creo (pese a Freud y sus seguidores) que la “ecuación”: Posibilidad de que yo me sienta culpable = Tendencia a la responsabilidad individual. En términos generales no es negativa. Es más, la responsabilidad individual implica, casi siempre, progreso a largo plazo. O dicho de otra forma, no se puede progresar (en casi ningún campo) si no se es responsable de los actos cometidos.

El proceso de globalización que se inició en el último tercio del siglo XX no solo ha tenido efectos positivos como el intercambio de personas, información, capitales y mercancías con el consiguiente incremento de la riqueza. También la globalización ha tenido y tiene un lado oscuro... la cara de la moneda donde han bailado y comido prácticamente todos los partidos europeos y parte del partido Demócrata americano. Y es el hecho de que la globalización ha producido una difuminación del sentimiento individualizado de culpa en la sociedad occidental. Incapacitando de esta forma la voluntad de las personas en la creación de su propio destino. Requiriendo a gritos la ayuda de la administración. Pero a pesar de todo, este desvanecimiento de la noción de bien y mal, no ha producido una mengua de la culpa... solamente la ha transformado, produciéndose una mutación. La ha colectivizado.

De esta forma comprobamos que el principio inspirador de la culpa no es principalmente, hoy en día, la trasgresión de la moral. El principio determinante de esta nueva culpa, son los políticos y sus correas de transmisión mediáticas, que dicen y deciden el ámbito de lo pensable y lo impensable, lo que es cierto y lo que no, lo que tiene sentido y lo que es delirio.

Los gobernantes han pasado a ser chamanes y sacerdotisas que contemplan los augures de su estrategia política . Leen y proyectan la culpa en la masa de personas dependientes e imponen una penitencia o sacrificio (generalmente en forma de impuestos ...que “curiosamente” les mantiene en su poder e influencia) Impuestos y tasas que por supuesto, lavarán la imagen sucia que se nos impone previamente.

Por ello, y como consecuencia lógica de mi argumentación. Nos encontramos con que el movimiento de mayo del 68 ha contribuido a la globalización de forma mucho más determinante que cualquier multinacional, acumulación de capital o el desarrollo de las tecnologías (EL 68 fue el punto de inflexión entre el socialismo real, causante de más de cien millones de muertos y el socialismo progre actual / socialismo-carnaval) puesto que este último nada en ese océano de culpa (con permiso del cambio climático y demás apocalipsis de bolsillo), desarticulando los mecanismos de independencia que están en las raíces de occidente. Me produce cierta gracia, la violencia/ odio de los llamados “movimientos anti-globalización”ya que estos no son más que colectivos penitentes que se flagelan por ese gigantesco sentimiento de culpa global generado. Lo único que hacen es potenciar el proceso, eso si, desde su cara más siniestra.

La solución a todo este panorama se podría resumir en una sola palabra “liberalizar”. Sencilla solución en teoría, pero difícil de llevar a la práctica por esa fuerte pulsión de culpa global. Solamente cuando la persona se encuentra sola en el camino, (sin ningún poder tuitivo que le dirija de la cuna a la tumba) en la consciencia de sus necesidades y sus capacidades, comprende que tiene dos posibilidades: o rebozarse en el fango y tener una existencia vacía o ser moralmente responsable y forjar su propio destino dentro de sus limitaciones, a imagen de su moral y de sus sueños.

Fuente: Diario de América

septiembre 23, 2007

EL VERDADERO LIBERALISMO- PARTE I

El Liberalismo es una doctrina orientada hacia la conducta del hombre en este mundo, en el mundo material. No promete la felicidad, sólo promete la satisfacción más completa de sus necesidades materiales.

Por Ricardo Valenzuela

Desde hace años he yo expresando mi gran frustración por la capirotada ideológica que México vive en estos momentos. Es obvio y notable que México atraviesa por tiempos de cambios, el mundo entero los está viviendo. Hemos iniciado el siglo XXI abandonando la era de la economía industrial para abordar la era de la economía de la información, del conocimiento, de la computadora como la herramienta básica de nuestro desarrollo, del capital intelectual como la inversión más productiva, una era en la cual se habla, inclusive, de finanzas nucleares y dinero cibernético.
Sin embargo, a pesar de estar ya inmersos en la era de la información, jamás había yo atestiguado tanta gente desinformada, despistada, confundida y, lo más grave, tan dogmática en cuanto a la afirmación de sus ideas deformadas. Al inicio del tercer milenio el deporte favorito de profesores, intelectuales, políticos, periodistas, empresarios, profesionales, líderes, etc., es arremeter en contra del “neoliberalismo”. La receta favorita de tales filósofos, encontrar una “tercera avenida” y en cada esquina nos encontramos al nuevo Keynes tropical inventando la nueva poción del salvamento.
Recientemente tuve la oportunidad de disfrutar un programa de televisión de ese gran liberal, John Stossel, en relación a este controversial tema. Ha sido para mí una de esas raras oportunidades de ver luz ante las agresiones dementes que han cobrado forma los últimos años. En primer lugar, Stossel, refiriéndose al problema de la socialización de los servicios de salud alrededor del mundo, hace una afirmación por demás sabia: “el neoliberalismo no existe”, es un término inventado por los filósofos de banqueta enemigos del verdadero “liberalismo”. Entonces, ¿contra qué arremeten nuestros intelectuales? ¿Contra algo que no existe? ¿Contra algo imaginario? Porque ellos nunca definen al enemigo, solo arremeten contra ese ser imaginario y maligno: “el neoliberalismo”.
Ante las alabanzas al sistema socializado de salud en Canadá, Stossel nos muestra cómo los canadienses tienen que esperar hasta seis meses para un servicio médico de urgencia, un año para un dentista. El problema es tal, que ha nacido una industria de pacientes construyendo puentes hacia el servicio médico privado de los Estados Unidos. “El gobierno por tradición es inepto porque no tiene competencia”, afirma Stossel, luego pregunta ¿por qué todos los líderes de países socialistas vienen a Estados Unidos para solucionar sus problemas de salud?
Lo que nuestros amigos intelectuales llaman neoliberalismo, es lo que Adam Smith conoció como monarquía o feudalismo, es decir, el Rey y sus señores feudales repartiéndose la riqueza, las propiedades, los negocios, las concesiones, los territorios de las colonias. Cerrando los mercados a la competencia para que los señores feudales puedan seguir exprimiendo a los “súbditos” con monopolios, oligopolios, etc., es la economía de la edad media o de la época colonial en la Nueva España afinada con computadoras, jets ejecutivos, guardaespaldas y apartamentos en Park Avenue, en Nueva York. Eso sí, una gran retórica de su amor por los mercados y el combate a la pobreza.
“La emergencia del LIBERALISMO en el siglo XVII fue una reacción en contra de los monarcas y los aristócratas que vivían del trabajo productivo del pueblo”. David Boaz.
Lo que los señores intelectuales identifican como las agresiones globales del neoliberalismo, es sólo un sistema controlado e intervenido al cual los verdaderos mercados libres se están desmantelando. Es el sistema en el cual por años el Estado ha definido quiénes son ganadores y perdedores, los premiados, los desposeídos. Son los mercados aprisionados en el mismo traje por muchos años, ahora el chico (el mercado) ha crecido, ya no le queda el traje y lo está rompiendo por todos los ángulos. Son los mercados calificando el capitalismo CRONY de Japón, el capitalismo familiar de Indonesia, el capitalismo gangsteril de Rusia, el capitalismo tropical y corrupto de toda América Latina, el capitalismo del narcotráfico en Sudamérica, el capitalismo mexicano de Slim.
Los intelectuales claman que el “neoliberalismo” es cruel pues sólo toma en cuenta aspectos materiales. Bueno, yo no sé el neoliberalismo, pero el “liberalismo” es una rama de la ciencia económica que simplemente trata de resolver necesidades materiales crecientes con recursos muy escasos, en un ambiente de libertad. ES TODO, no se trata de moralizar a la sociedad o extirpar el pecado. Para eso tenemos la religión y las familias, la economía en sí es material, debe de ser material, es la satisfacción de necesidades materiales, no espirituales ni morales.
El Liberalismo es una doctrina orientada hacia la conducta del hombre en este mundo, en el mundo material. No promete la felicidad, sólo promete la satisfacción más completa de sus necesidades materiales. Los mercados en un ambiente de libertad, no hay duda, ofrecen oportunidades para todos y, en una economía competitiva, satisfactores mejores, más abundantes y a los mejores precios para las necesidades materiales del ser humano… y ganancias para los que los produzcan. El liberalismo no consuela al triste, ni divierte al aburrido.
En este ambiente de libertad y “responsabilidad”, el ser humano debe conducirse de acuerdo a sus principios, valores, su ética, sus creencias religiosas que deben de estar implícitas en sus iglesias, templos o sinagogas, pero, sobre todo, con lo que hemos aprendido en nuestros hogares. El Estado y la ciencia económica no tienen ningún campo en la formación moral de las sociedades. El ser humano se comporta en los mercados y en sociedad de acuerdo a sus valores morales y éticos ya incrustados en su interior. El mercado no moraliza ni corrompe al ser humano cuando el corazón está ya corrupto. El hombre debe ser responsable de sus corrupciones internas que construyen su exterior. El mercado no hace juicios morales, son sus participantes los que deben de aplicar esos principios.
La economía austriaca define la Paraxeología como el ofrecer al mundo el conocimiento y la información de las “consecuencias” de los diferentes tipos de acción humana. El orden, la armonía, la eficiencia de los mercados libres y voluntarios. El desorden, el conflicto, la ineficiencia de la coerción e intervencionismo. La Paraxeología sólo nos informa cómo los principios voluntarios de los mercados libres nos llevan hacia la libertad, prosperidad, armonía, eficiencia y orden; mientras que la coerción y la intervención gubernamental nos llevan al conflicto, explotación del hombre por el hombre, ineficiencia, pobreza, y caos. La Paraxeología no hace juicios éticos o morales.

Fuente: Diario de América http://www.diariodeamerica.com/

septiembre 09, 2007

RECORDANDO A LAS VICTIMAS DEL ODIO Y LA ENVIDIA


Hacen seis años. 2833 personas inocentes asesinadas sin culpa alguna. Todos fueron víctimas del odio a los Estados Unidos; su pecado era ser estadounidense; el odio a esa nación: el éxito de una comunidad civilizada.

¿Qué han conseguido los terroristas y los árabes con este salvajismo? La respuesta es: nada. Por el contrario los Estados Unidos emergen con más fuerza. Después de este suceso el sueño americano de sus Padres Fundadores, que deseaban una nación donde gobernasen las leyes y no los hombres cobran más valor.

Desde todos los lugares del mundo las naciones posan su mirada en ellos, herederos de un sueño de libertad se han convertido en los dueños del destino de muchos.

agosto 25, 2007

HUGO CHAVEZ ASESINO, ENFERMO Y PARANOICO

Francisco Arias Cárdenas es el embajador de Venezuela en la ONU, y fue en un principio partidario de Chávez y estuvo involucrado en el golpe de estado fracasado de 1998, pero ahora no se que pasó. Acusa abiertamente a Hugo Chávez de asesino, enfermo y paranoico en el portal del Diario de América.