octubre 09, 2007

Millones de firmantes contra Chávez se les violó la privacidad de sus datos.

Ayer recibí una carta de un amigo mío que vive en Venezuela. Mi amigo que no mencionaré su nombre real para protegerlo de una posible represalia, lo llamaré Pepe en este post. Pepe comparte los mismos ideales de libertad individual que yo, nació en Argentina y se mudó a Venezuela hace algunos años cuando esta nación era una de las más prosperas del continente, pero después de unos cuantos años de residencia en Venezuela, el promisorio futuro de esa nación se terminó y avanzaron sobre ella las tinieblas y la desesperanza. Pepe, un romántico libertario no cree en socialismo, para decir verdad, ningún ser sanamente mental puede creer en una ideología inmadura y enfermiza que es el socialismo; el socialismo es trastorno mental severo.

Cuando se celebró el plebiscito revocatorio del mandado de Hugo Chávez como presidente de Venezuela hace pocos años, Pepe firmó la petición para que se realice ese plebiscito, y esta firma de Pepe ha sido para él la espada de Damocles. Pepe no tiene trabajo, porque ha pasado a ser un marginado en Venezuela como mucha gente que firmó la petición, su situación económica es difícil porque se quedó sin empleo y nunca más consiguió otro, y por ahora no le queda más alternativa que emigrar otra vez.

El caso de Pepe es similar al de mucha gente. El tirano que gobierna esa nación latinoamericana, tiene archivos con datos de todos sus adversarios políticos; datos conseguidos a la vez por el cruzamiento de datos de diversos orígenes. Por esas bases, el tirano puede monitorear todos los actos de sus adversarios, como por ejemplo: saber a que entidades están asociados; saber que compran y cuanto pagan, y que actividades realizan. Por ejemplo, por cada compra que realiza una persona, debe quedar registrado su nombre en el recibo y ese dato luego pasa a formar parte de las bases de datos del gobierno, entonces, sin un adversario compra un artículo en una tienda que el gobierno considera de lujo, recibe en su domicilio un ejército de inspectores de impuestos a hostigarlo. Estos son métodos que Chávez utiliza solamente para sus adversarios.
Las personas que firmaron la petición para llevar a cabo el plebiscito revocatorio, han pasado a ser ciudadanos de segunda clase, sin derechos políticos. Las represalias vienen también por denunciar abusos en medios de prensa o haber manifestado su oposición al régimen por cualquier modo.

Pero no todo en el horizonte venezolano es negro. El Socialismo del Siglo XXI, es un pretexto para convencer al populacho; la reforma constitucional que planea Chávez, es una forma más de darle legalidad a sus ambiciones de quedarse en el poder hasta el fin de su vida, mientras tanto los problemas económicos y financieros de Venezuela se complican cada vez más.

Les invito a leer este artículo publicado hoy en Diario de América, haciendo clic en el hipervínculo más arriba en este post, que tiene relación directa con la carta que mi amigo Pepe me envió.

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