diciembre 26, 2007

La división del poder y el autoritarismo en Bolivia


El poder es una amenaza para la libertad, por eso Montesquieu que había descubierto tres características del poder desarrolló la teoría de la división del poder en tres partes: la ejecutiva, la legislativa y la judicial. Todas estas ramas ejercidas por distintas personas de modo que el poder no esté centrado en una sola persona. Pero también el poder puede ser dividido dentro de estas ramas, por ejemplo: el legislativo, en dos asambleas, para que el poder legislativo no recaiga en una sola asamblea que puede ser dominada por un grupo; el poder judicial está dividido en cortes de primera instancia, cortes de apelación, cortes de casación, etc., el ejecutivo está dividido en ministerios, secretarías, direcciones, etc. El Poder también puede ser dividido verticalmente, por ejemplo: entre gobierno nacional, gobiernos de provincias o estados, y gobiernos municipales.

El federalismo es un resguardo a la concentración del poder. El federalismo parece adonde se inclina la comunidad boliviana. Esto choca con el autoritarismo creciente del presidente Evo Morales, que quiere dominar todas las riendas del poder político.

El proyecto de constitución de Evo Morales intenta imponer por las buenas o por las malas a la comunidad boliviana, chocan claramente con el movimiento autonomista de los departamentos del oriente boliviano. El movimiento autonomista no es una declaración de secesión; solo busca tener derecho a designar sus propios funcionarios, estatuir sus propios impuestos locales y tener jurisdicción sobre las cuestiones de índole doméstico. El movimiento autonomista busca convertir a los departamentos bolivianos en instituciones similares a las provincias argentinas o los estados de los Estados Unidos.

Este movimiento reduce las facultades del poder central, y esto es lo que molesta a Evo Morales, que tiene una idea muy primitiva del poder político. El anhelo de Evo Morales es restaurar el esplendor de un imperio que nunca existió. La nueva constitución es en los hechos una anti-constitución. No es una constitución para limitar el poder, como ha sido siempre el propósito de las constituciones, sino concentrar el poder en una sola mano. Tampoco la nueva constitución asegura el resguardo de derechos, sino que desconoce derechos adquiridos, e impone la superioridad de una raza sobre otra.

No está claro cual va a ser el final de esta crisis. Evo Morales amenaza con usar la fuerza armada contra sus adversarios. La constitución está siendo aprobada por métodos fraudulentos y antidemocráticos; pero los aliados de Morales parecen estar tomando distancia del él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los estatutos no llegan a ser declaraciones de secesión, pero ante los ojos del gobierno de Morales, son actos atrevidos de rebelión contra su mandato. El vicepresidente Álvaro García Linera ha advertido que el gobierno planea "usar todo su poder para controlar a los 'separatistas'".

Es uno de los párrafos del artículo de elcato.org, y define a la perfección la diplomacia interna de los para-líderes latinoamericanos, que ven en Hollywood a la Rebelión de las Masas como algo con un final feliz donde los oligarcas son quemados en la plaza.

Al parecer, el lugarteniente del dictador Morales copió sus dichos de alguna parte de La Guerra de las Galaxias, porque su odio a los "separatistas" y su imperialismo inexistente parece copiado del de Darth Sidious (Emperador Palpatine).

A estos muchachos les hace falta más Ayn Rand y menos Hollywood, que tiene a Oliver Stone al frente de su cruzada populista.