Raúl Castro ha dicho “la revolución será eterna”. A un año del traspaso de mando de Fidel Castro a su hermano Raúl, las cosas no han cambiado nada en Cuba, pero Raúl se encuentra en una encrucijada, debe hacer reformas estructurales y a la vez no enfadar a su hermano. Raúl Castro ha reconocido la necesidad de hacer cambios estructurales y de conceptos. La vida es dura en Cuba, el salario no alcanza según lo dicho por una encuestada y publicada hoy en La Nación. Hay también otro dilema para el gobierno cubano, las reformas tan necesarias para el sistema acarrean un sinnúmero de consecuencias indeseables como incrementos en los precios y consecuentemente un aumento de la pobreza, también estas reformas ponen en peligro la estabilidad del régimen.
Las estadísticas macroeconómicas de la economía cubana dan resultados negativos: ha caído el ingreso de divisas por una disminución del turismo, y también hay una disminución en las cosechas de caña de azúcar, la principal fuente de ingresos de Cuba, que no alcanza a cumplir los mínimos estándares. El régimen languidece y necesita reformas urgentes, subsiste gracias al apoyo que recibe de Venezuela quien le vende el petróleo a precios preferenciales, pues si debiera pagar las compras de petróleo a los precios del mercado la economía colapsaría. El régimen se sostiene gracias al apoyo de Hugo Chávez actualmente, pero en realidad la economía cubana siempre a subsistido por el apoyo exterior, antes de Venezuela recibió el apoyo de la Unión Soviética.
El principal escollo para las reformas que Cuba necesita es la inestabilidad de Raúl Castro en el poder. Fidel Castro a un año de su retiro temporal no se ha recuperado lo suficiente para tomar el poder otra vez, y Raúl tendrá que hacer frente a la disyuntiva de un sistema a punto de colapsar y la incapacidad de hacer una reforma que no podrá llevarse a cabo sin la desaparición de Fidel Castro de la escena política. A un año del traspaso del mando, hay una creciente decepción en sectores de la comunidad que esperaban reformas profundas al régimen, sin embargo las reformas no han llegado debido a la inestabilidad política de la isla.
El principal escollo para las reformas que Cuba necesita es la inestabilidad de Raúl Castro en el poder. Fidel Castro a un año de su retiro temporal no se ha recuperado lo suficiente para tomar el poder otra vez, y Raúl tendrá que hacer frente a la disyuntiva de un sistema a punto de colapsar y la incapacidad de hacer una reforma que no podrá llevarse a cabo sin la desaparición de Fidel Castro de la escena política. A un año del traspaso del mando, hay una creciente decepción en sectores de la comunidad que esperaban reformas profundas al régimen, sin embargo las reformas no han llegado debido a la inestabilidad política de la isla.
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