"El socialismo, es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia, y la prédica a la envidia.
Su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria".
Mi experiencia con la ozonoterapia
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A propósito de este reportaje, quiero contar que hace 35 años, en 1989,
debido a mi miopía avanzada, glaucoma, vista cansada y principio de
cataratas, de l...
Hace 5 días.
3 comentarios:
Hace unos años en una clase de filosía en pleno secundario, estábamos viendo Marx y esas cosas, y como siempre me pareció una estupidez todo eso, se me ocurrió decir que el socialismo se basa en que "si yo no puedo ser rico, voy a molestar para que nadie lo sea", lo que me valió una baja nota, en pleno colegio religioso donde Marx es más opio que la religión.
Después, alguien se le ocurrió citar a otro alguien diciendo que "el socialismo es una gran teoría que no puede ser llevada a la prácitca, y el capitalismo es pura práctica incapaz de hacerse teoría", pero nuevamente le recordé los ejemplos de Castro (en ese entonces Chavez era inexistente) y de Mao, lo que terminó con la poco interesante discusión que había nacido.
Además de ser la práctica constante de la envidia y el resentimiento, el socialismo es la fanatización de la lobotomía frontal.
Muy buen blog, voy a agregarlo a los links que recomiendo "leer antes de morir"
Gracias FXerox. Igualmente a mi me pasó eso. Nunca entendí el comunismo ni tampoco la religión. He nacido individualista. Siempre supe que la tu mente es la única salvación que tienes. Ni la sociedad, ni un dios te puede salvar. Como dice mi admirada Ayn Rand, el hombre no posee garras, ni colmillos. Su única defensa es su pensamiento, sin embargo se nos ha enseñado que el bien está en otro lado: en la sociedad, en Dios, en cielo, es decir en un lugar fuera de alcance. Toda nuestra enseñanza ha sido diseñada para anular el pensamiento. Asi es cuando se nos decía: no hagas eso, deber callarte, obedece.+
La izquierda atea sin embargo es la mejor practicante de esa enseñanza. Su doctrina, aunque está enfrentada a la religión, es realmente producto de ella.
Me parece que la frase pertenece a Winston Churchill.
Saludos
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