septiembre 30, 2008

Una Lección de Calidad Institucional para Argentina y para Cristina Kirchner



Hace dos días atrás, los diarios decían que había un clamor mundial implorándole al Congreso de los Estados Unidos aprobar el plan de rescate de bancos; incluso el presidente George W. Bush decía que la economía de la nación estaba en grave riesgo, y ayer anunció un acuerdo bipartidario para aprobar el plan en el Congreso.

Pero los congresistas han hecho oídos sordos al clamor y han rechazado el proyecto de Bush por una votación de 205 votos a favor contra 228. El Congreso y especialmente la Cámara de Representantes han demostrado una independencia absoluta de cualquier cabildero, y no se han dejado intimidad por los argumentos fatalistas. Sorprende que son más los republicanos que los demócratas quienes han rechazado el plan (70% y 40% respectivamente) considerando que George W Bush es republicano y que por lo general los banqueros pertenecen en su mayoría a ese partido.

Como habitante de una república bananera como Argentina, donde las instituciones son un juguete que el poder ejecutivo maneja a su antojo, y el soborno es el requisito común en cualquier área del gobierno para llevar a cabo un trámite, esta presteza que demuestran las instituciones políticas asombra mucho.

Cristina Kirchner hablaba no hace mucho tiempo de calidad institucional, precisamente ella que ha dañado todos los mecanismos legales para el equilibrio de poderes para someter al poder judicial a sus intereses, mediante la presión, persecución, intimidación a los jueces. Pero no ha sido menos generosa tampoco con los miembros de la oposición en el Congreso y con los gobiernos provinciales que no se han sometido a su voluntad.
El congreso argentino no es capaz de rechazar un plan como este de Bush si Cristina Kirchner lo pidiese. No me extrañaría que lo aprobasen con un decreto de necesidad y urgencia para burlar la autoridad del Congreso.

septiembre 29, 2008

El largo viaje de la emulación del resentimiento



Por Mariano Grondona


Si uno recorre los escritos de nuestros padres fundadores, de un Alberdi o de un Sarmiento, observará que en ellos reaparece de continuo un sentimiento de admiración por los países de punta de su tiempo, particularmente por los Estados Unidos. El progreso arrollador que experimentó la Argentina a partir de las últimas décadas del siglo XIX, haciéndola ascender de la retaguardia a la vanguardia de América latina y colocándola hacia el Primer Centenario entre las diez naciones con el producto por habitante más alto del orbe, se dio en etapas que tomaron el nombre de tres generaciones.

La primera de ellas fue la llamada Generación del 38, que tuvo como nombres emblemáticos a Esteban Echeverría, Alberdi, Sarmiento, Mitre y otros jóvenes exiliados por la dictadura de Rosas, quienes concibieron otro modelo de país cuya realización ellos y otros comenzaron a concretar a través de una segunda generación, la de la Organización Nacional, cuyo contrato fundacional fue la Constitución de 1853, proclamada bajo la presidencia de Urquiza, nuestro primer presidente constitucional y también el primero de una serie de presidentes como Mitre, Sarmiento y Avellaneda que, además de poner a la Argentina en el mapa de las naciones de avanzada, tuvieron como rasgo común no buscar su propia reelección inmediata.


La emulación

Este proceso de los grandes presidentes iniciales remató en el general Roca, emblema a su vez de la tercera generación de los fundadores, la llamada Generación del 80, bajo cuyo impulso la Argentina pasó a ocupar uno de los lugares más destacados de su época no sólo por su espectacular avance económico, sino también porque, a partir de la reforma electoral de 1912 del presidente Roque Sáenz Peña, la Argentina se colocó entre las primeras democracias del siglo XX.

El verbo "emular" está ligado al latín aemulus , "émulo", "el que trata de imitar o igualar a otro" y que, como "imitar", es un desarrollo del prefijo im- . Pero "emular" e "imitar" no son idénticos porque "emular", según el diccionario, es "imitar las acciones de otro, procurando igualarlo e incluso excederlo ". Más allá de la imitación, pues, la emulación conlleva la intención de sobrepasar al otro, al elegido como modelo, como si el imitado y el imitador compitieran en una vibrante carrera.

Este era el sentido que Alberdi y Sarmiento tenían en vista al admirar a los países de punta, y particularmente a los Estados Unidos, que les servían de ejemplo en la carrera que la Argentina estaba emprendiendo para colocarse ella también, a su debido tiempo, a la cabeza de las naciones.

En algún momento, sin embargo, ese brioso corcel que había empezado la carrera con tanto ímpetu "se cansó en la partida", como diría el Martín Fierro , y fue perdiendo de vista a sus modelos mientras iniciaba un largo proceso de declinación del que todavía no ha salido. ¿Cuándo se inició este sorprendente proceso? Su manifiestación más evidente fue, piensan algunos, el populismo del Perón inicial. Pero hasta los que exaltamos con dolorosa nostalgia a la Argentina conservadora que nos dio el primer gran empujón, tendríamos que reconocer que, así como la primera fase de la gran expansión argentina habría que atribuírsela a los íconos de la Argentina conservadora, a un Roca, un Pellegrini o un Sáenz Peña, el pecado original de lo que sucedió después hay que atribuírselo al error capital de esa misma Argentina conservadora en su fase final: el golpe militar de 1930. En este año terrible, la Argentina perdió de vista los grandes principios de la Constitución y del progreso que la habían movilizado. Después de todo, tampoco el peronismo inicial habría sido posible sino sobre la huella que cavó el golpe del 30.

Según la mitología griega, Pandora, la primera mujer, fue la esposa de un dios que le había prohibido abrir una caja que guardaba cerca de él. Llevada por su curiosidad, Pandora abrió la misteriosa caja sin advertir que contenía nada menos que los males del mundo. De la misma manera, la ligereza conservadora de los años treinta abrió sin advertirlo nuestra propia caja de Pandora. Después del 30, los males paralelos de la inestabilidad institucional, la discordia interior y el populismo se volcaron sobre nosotros, empujándonos de la vanguardia a la retaguardia de las naciones.


El resentimiento

Una vez que la Argentina empezó a alejarse de sus modelos, brotaron en ella los primeros signos del resentimiento. Quizá los Montoneros fueron su expresión más audaz. "Resentido" es el que siente doblemente, el que re-siente , un dolor insoportable ante el progreso del rival. En su magistral estudio sobre el resentimiento, Max Scheler sostiene que su primera víctima es el propio resentido porque, al no poder admitir como un hecho que su rival lo superó, deforma la visión de la realidad para echarle la culpa a ese rival sin caer en la cuenta de la verdadera razón por la cual perdió. De este modo, el resentido se queda sin lo que para él sería lo más valioso: el conocimiento de su propio error, que es la única manera de superarlo. Desviar las culpas propias hacia el éxito ajeno es la característica habitual del resentido. A partir de la difusión de esta ponzoña espiritual, algunos argentinos empezaron a culpar a los Estados Unidos, ese gran exitoso, por nuestras falencias.

La serie de discursos que acaba de pronunciar la presidenta Kirchner en su visita a Nueva York no ha sido por cierto la única manifestación de nuestro resentimiento hacia los Estados Unidos, pero sí la más reciente.

Cuando Cristina se refirió, con abierta ironía y con apenas oculta satisfacción al efecto jazz que según ella experimentan hoy los norteamericanos, cuando afirmó además que "el Primer Mundo sucumbe como una burbuja" y cuando alegó que son los norteamericanos y no nosotros los que necesitan un "Plan B" para cambiar de modelo, mostró claramente la distorsión de su mirada porque, después de todo, somos nosotros más aún que ellos quienes suscitan fuertes dudas en el mundo por nuestra inflación, por nuestro grado de corrupción, por el aumento vertical de nuestra pobreza y por los poco creíbles esfuerzos que realiza el Gobierno para ocultar todo esto. La Presidenta está poniendo de manifiesto gracias a su locuacidad que, lejos de mirar la pantalla de lo real, los Kirchner están viendo otra película.

Esta patética malversación de los hechos podría cimentar empero nuestra esperanza porque es evidente que, no sólo enfrente del oficialismo kirchnerista sino hasta en su propio seno, está madurando una nueva generación que, cuando le llegue el turno no lejano de tomar el timón, podría superar la larga declinación argentina, poniéndola otra vez en el rumbo de sus grandes ideales no olvidados, como hicieron las generaciones de la segunda mitad del siglo XIX y de las primeras décadas del siglo XX que venimos de recordar, justamente incentivadas por la inmensa distorsión que las precedió. Después de la gran lección por el absurdo que dio Rosas, ¿no hizo eclosión acaso nuestro primer florecimiento? ¿Está prohibido pensar entonces que el nuevo absurdo que hoy encarnan los Kirchner podría ser la tierra abonada de un segundo florecimiento?

Fuente: La Nación

septiembre 28, 2008

Entrevista a Jesús Huerta de Soto


Jesús Huerta de Soto es Catedrático de Economía Política en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, máximo representante en España de la Escuela austríaca de Economía, así como uno de sus más valiosos miembros en creatividad, vehemencia y contribución científica a nivel internacional. Es autor de varios libros entre los que destacan Socialismo, cálculo económico y Función empresarial, Dinero, Crédito Bancario y Ciclos Económicos, La Escuela Austríaca o Estudios de Economía Política.




Este video fue producido en enero de 2008.

septiembre 25, 2008

No tienen la información



Los gobiernos socialistas creen que pueden conseguir la felicidad para los ciudadanos por medio de políticas públicas. Creen firmemente que el Estado sabe y puede procurar la felicidad de los individuos por medio de organismos creados para ese fin, y desvalorizan completamente la capacidad razonadora de ellos. Lo que se ignora es que para que el Estado pueda conseguir ese anhelo de felicidad debería constar con una cantidad de información tan grande que sería imposible procesar e incluso de conseguir. Ludwig Von Mises y Fiedrich A von Hayek, ya hablaron de este grave inconveniente que tiene el socialismo; Mises lo llamó "La Imposibilidad del Cálculo Socialista". En realidad esta obra de Mises se refiere a la Economía en un estado socialista, no exactamente a la felicidad de cada individuo y lo que este valora como felicidad.

Buscando en la Web acerca de este dilema socialista encontré este post en el sitio www.uruguayinforme.com, donde se refiere a esta cuestión y específicamente al proyecto de constitución socialista para Ecuador, impulsada por su presidente Rafael Correa.

No tienen La Información
Otro problema del intervencionismo
por Leonardo Girondella Mora

Se vive en una época en la que se destaca el poder de la información, de la enorme cantidad de ella que existe, de la imposibilidad de recolectarla, de los esfuerzos que se hacen por organizarla y de la habilidad que es necesaria para sintetizarla.

Datos de Grupo Reforma (29 julio 2008) son indicativos de la cuantía de la información existente sólo en Internet: Google catalogó hace tres años más de 8 mil millones de páginas —un competidor suyo reciente afirma que ha catalogado 120 mil millones.

Y eso es sólo Internet. Faltan las bibliotecas públicas y privadas, las investigaciones propiedad de particulares, los archivos personales —pero por encima de todo, falta algo más, la información sobre las personas y lo que ellas tienen en su mente. Tanta es la información que simplemente no puede esperarse que ella sea posible de centralizar en un lugar y sistematizada.

Todo lo que puede reconocerse es que la información está dispersa en millones y millones de personas —cada una de ellas posee información que es parcial y que peor aún no podría ser sujeta de convertirse en información verbal o escrita que pudiera ser capturada. Esta realidad tiene profundas implicaciones, que la Escuela Austriaca de Economía ha explorado.
Por mi parte, quiero tratar un tema concreto, el de la posibilidad de un gobierno cualquiera que se ponga como meta hacer felices a los ciudadanos. No es una meta poco mencionada y en realidad los gobiernos pueden jugar un papel central en el logro de la felicidad personal —pero el lograrla es en buena parte un problema de información.

Hay dos maneras diferentes de intentar lograr la felicidad de las personas —una de ellas es dejara que las personas lo intenten por ellas mismas con sus acciones personales y para lo que un gobierno se dedicaría sólo a facilitar las condiciones más propicias para ese logro personal de felicidad. La otra pondría a la autoridad como la responsable del logro directo de la felicidad de cada quien.

Si se optara por esta última opción, la de la autoridad responsable por hacer felices a sus ciudadanos de manera directa, se presentará un problema informativo —el de conocer primero lo que la felicidad consiste para cada uno de los ciudadanos: cada ciudadano tendría que alimentar un banco de datos con lo que constituye su felicidad y reportar cambios que se tengan en esa felicidad cada vez que ellos ocurran.

Desde luego, el problema es complejo. La felicidad es un concepto muy subjetivo y cambiante, limitada por aspectos circunstanciales e imposible de poner en palabras con toda su sutileza. No podría existir el banco de datos que un gobierno necesitaría para hacer felices a los ciudadanos de acuerdo con los deseos de cada uno de ellos, por lo que un gobierno que intente esto sólo podrá hacer una cosa: definir el gobernante lo que él piensa que es la felicidad e imponer esa definición en el resto.

Claramente, lo que el gobernante haga imponiendo una definición de felicidad en el resto significará una disparidad entre esa idea de felicidad y lo que la persona piense que esa felicidad es para cada quien. En conclusión, no hay manera de que un gobierno haga una buena tarea haciendo felices a sus ciudadanos de manera directa —de tratar de hacerlo, el régimen se convertiría en uno totalitario, de imposición sobre el ciudadano. Un ejemplo reciente de esta mentalidad es la constitución propuesta en Ecuador por su presidente —Correa piensa que el gobierno todo lo puede hacer por medio de un sistema nacional a cargo del gobierno:

Art. 340.- El sistema nacional de inclusión y equidad social es el conjunto articulado y coordinado de sistemas, instituciones, políticas, normas, programas y servicios que aseguran el ejercicio, garantía y exigibilidad de los derechos reconocidos en la Constitución y el cumplimiento de los objetivos del régimen de desarrollo. El sistema se articulará al Plan Nacional de Desarrollo y al sistema nacional descentralizado de planificación participativa; se guiará por los principios de universalidad, igualdad, equidad, progresividad, interculturalidad, solidaridad y no discriminación; y funcionará bajo los criterios de calidad, eficiencia, eficacia, transparencia, responsabilidad y participación. El sistema se compone de los ámbitos de la educación, salud, seguridad social, gestión de riesgos, cultura física y deporte, hábitat y vivienda, cultura, comunicación e información, disfrute del tiempo libre, ciencia y tecnología, población, seguridad humana y transporte.

Art. 341.- El Estado generará las condiciones para la protección integral de sus habitantes a lo largo de sus vidas...
La única avenida posible para un gobierno es dejar que la responsabilidad del logro de la felicidad sea una responsabilidad personal —todo lo que un gobierno puede hacer es aplicar leyes iguales para todos que dejen la suficiente libertad para que los ciudadanos se esfuercen en lograrla por ellos mismos y sin imposiciones.

Un detalle aún más específico de este problema de información imposible de tener es el de la regulación económica —el intervencionismo estatal que, por ejemplo, controla precios, supone que el gobierno tiene la información suficiente para hacerlo de manera efectiva. La realidad es que esa información tampoco puede ser centralizada, pues ella está dispersa en millones de personas que tienen porciones de ella y la usan para tomar decisiones cuya información tampoco es sujeta de centralización y síntesis.

La idea que quiero señalar de manera explícita es la de la imposibilidad de centralizar información de suficiente calidad y exactitud como para poder planear las acciones de las personas dentro de una sociedad —sin esa información, la planeación central que un gobierno intente producirá acciones erróneas de efectos desastrosos, o bien producirá un gobierno totalitario que imponga sus decisiones a los ciudadanos.

Con información enorme, dispersa e imposible de centralizar, la única posibilidad es la de un sistema social de libertad igual para todos, en el que cada persona aproveche su porción de conocimiento para el logro de su felicidad. Las personas podrán acceder a la información que ellas vean en el ambiente —como los precios de los bienes, pero también las acciones de las personas, los sucesos y otras cosas que pueden entenderse como señales útiles para la persona y su felicidad.

En los terrenos de la moral se ha señalado que la planeación central de una nación lleva implícita una falta grave, la soberbia del gobernante que cree saber más que el resto de los ciudadanos y decreta precios, regulaciones y otras disposiciones más que persiguen hacer el bien en los demás, pero que ignoran que también ellos tienen capacidades y saben. Lo que he añadido es la correspondencia entre esa soberbia y la imposibilidad física de contar con la información necesaria que necesita el intervencionismo estatal.

septiembre 22, 2008

Educación y Des-Educación



Autor: Alberto Benegas Lynch (h)

El tema que ahora abordamos es seguramente el más importante de cuantos se puedan analizar puesto que todos derivan de él. La premisa sobre la que trabajamos es que todos los seres humanos son únicos e irrepetibles y que , por tanto, el sistema mejor para el proceso de enseñanza consiste en la relación un profesor-un alumno al efecto de descubrir las potencialidades exclusivas de cada candidato.

Desafortunadamente, por el momento, este sistema resulta sumamente oneroso y, en consecuencia, se amortizan las erogaciones con la educación en grupo. Pero de allí no se sigue que todos deban ser tratados como una producción en serie o como una masa amorfa e indistinguible. Es en esta línea de pensamiento que destacamos la importancia de la competencia y de las ofertas muy diferentes para atender los muy distintos requerimientos.

Más aún, la relevancia de prestar atención a cada uno queda subrayado con que últimamente se ha puesto en evidencia en forma reiterada que los llamados tests de coeficientes intelectuales carecen de sentido en cuanto al establecimiento de un pretendido ranking de inteligencias ya que todos los humanos somos inteligentes para muy diversas materias (es la contracara de lo que ha dicho Einstein -que, dicho sea al pasar, como es sabido, fue calificado en el colegio con un IQ muy bajo- “todos somos ignorantes, solo que en temas distintos”).

A diferencia de lo que ocurría antaño, hoy en día, en prácticamente todos los países, se alude a la “educación pública” y a la “privada”. Ambas clasificaciones son falsas. En el primer caso es para ocultar la desagradable expresión de “educación estatal” (puesto que la educación que se ofrece en el ámbito privado es también para el público), tan bochornosa como la prensa estatal o la literatura estatal. En el segundo caso, allí donde existen ministerios o secretarías de educación y otras reparticiones igualmente absurdas cuya misión es imponer pautas, programas o textos, la llamada educación privada no es propiamente tal. En esa esfera solo es posible decidir la edificación del campus, el color de los uniformes y temas análogos, pero el producto que allí se expende proviene de las resoluciones de la burocracia, ergo la institución es de facto estatal aunque de jure aparezca como privada.

Las entidades estatales de educación se financian con impuestos de la misma manera que ocurre con todas las actividades gubernamentales. Todos pagamos impuestos, incluyendo los que nunca vieron una planilla fiscal, lo hacen vía las reducciones operadas en sus salarios como consecuencia de las mermas en las tasas de capitalización debidas a las erogaciones tributarias de los que desembolsan recursos directamente al fisco. Pensemos entonces en los más pobres, tan pobres que no pueden afrontar el costo de oportunidad de enviar a sus hijos a estudiar porque los padres los necesitan para sobrevivir. Esas personas, de hecho, están financiando los estudios de los más pudientes. Una enorme injusticia por cierto. Y quienes con gran esfuerzo pueden enviar a sus hijos a estudiar, si hacen un análisis tributario correcto, están forzados a enviarlos a instituciones estatales al efecto de evitar la doble matrícula y doble costo de la enseñanza.

Contemporáneamente se han propuesto los vouchers o créditos educativos que son de gran utilidad para mostrar el non sequitur: es decir, del hecho de que se afirme que se debe forzar el financiamiento de la educación de otras personas no se desprende que deban existir instituciones educativas estatales ya que se recurre a este mecanismo en el que el aparato estatal entrega recursos detraídos por medio de tributos para que cada uno de los que tienen bajos recursos ingrese a la asociación privada de educación que estime pertinente. Pero una vez comprendido este punto debe aplicarse el mismo análisis fiscal que hemos hecho más arriba, a lo que cabe agregar (debido a los mecanismos de selección a que suele recurrirse en estos casos) que resulta también en una flagrante injusticia que los menos dotados intelectualmente para aplicar a las ofertas existentes sean compelidos a financiar a los más preparados.

Por otra parte, igual que el resto de las empresas estatales, son alarmantes los guarismos que surgen del costo por año por alumno en las entidades educativas estatales respecto de las consideradas privadas debido a la diferente gestión impulsada por los respectivos incentivos. Incluso en muchos de estos cálculos no se computa el capital inmovilizado del campus ya que suelen tomarse solamente los gastos corrientes.

Se suele alegar el “derecho a la educación” sin percibir que a todo derecho corresponde una obligación. La propiedad de alguien que la ha obtenido legítimamente significa la obligación universal de otros de respetar esa posesión, pero si se pretende disponer de algo que no se ha adquirido y se otorgara el “derecho” a mantenerlo, esto significaría que se ha lesionado el derecho de otro a quien se obliga a ceder esa propiedad con lo que en verdad se ha establecido un pseudoderecho.

También se suele esgrimir “la igualdad de oportunidades”, lo cual implica necesariamente desconocer el precepto de la igualdad ante la ley. Si se apuntara a otorgar aquella igualdad a un jugador deficiente en tennis en un partido con un campeón, se deberá obligar a este último a que, por ejemplo, juegue con una sola pierna con lo que se habrá conculcado su derecho. En la vida, las diferencias entre las personas resultan en distintas oportunidades. De lo que se trata es que todos tengan más oportunidades pero no iguales. Esto resulta posible lograrlo si no se desconoce la igualdad ante la ley para imponer en cambio la igualdad mediante la ley.

En otros casos se argumenta que la educación sería lo que técnicamente se conoce como un “bien público”, lo cual, independientemente de las objeciones a esta figura, ni siquiera calza en esa categoría puesto que la educación no sigue los principios de no-rivalidad y no-exclusión.

En otro orden de cosas, la politización en materia educativa arruina la adecuada trasmisión de conocimientos y en no pocas ocasiones se imponen ideas trasnochadas desde el vértice del poder según los caprichos de los funcionarios de turno. El necesario clima de excelencia tiene lugar en donde hay puertas y ventanas abiertas de par en par por las que entra todo el oxígeno disponible en ámbitos competitivos en los que se ofrecen las más variadas posibilidades insertas en mecanismos flexibles al cambio y la actualización, según sean las teorías rivales existentes. No es factible ni coherente educar para la formación de seres libres en base a la coacción.

Por último, la educación es un delicado proceso en el que los profesores pueden incentivar al alimento intelectual pero el educando debe ser receptivo: la mente es como una puerta en la que el picaporte está ubicado del lado de adentro...por más que se golpee si no se abre no hay conocimiento posible. Los incentivos necesarios operan en contextos donde hay arreglos libres y voluntarios entre padres y educadores o entre éstos y los propios interesados, lo cual, desde luego, incluye las becas y las portentosas obras filantrópicas para la capacitación realizadas con recursos propios. Lo contrario es des-educar y entrenar ignorantes y resentidos.

De allí es que el home-schooling tenga tanto éxito y, como apunta The Economist, oficiales de admisión de universidades de prestigio quedan tan impresionados con el buen nivel de preparación, con los modales refinados y las adecuadas vestimentas de los candidatos entrenados en este sistema, para no decir nada de los problemas que se evitan de drogas, sexo y violencia frecuentemente presentes en casas de estudio estatales.

Y no es que en las instituciones privadas no hayan problemas, se trata de que cada uno pueda elegir y cambiar sin verse compelido a financiar actividades que no comparte y que voluntariamente no está dispuesto a sostener. Pero para las necesarias salvaguardas y para que sea operativa la flexibilidad en los autocorrectores es indispensable, insistimos, que los centros de estudios privados sean realmente privados y evitar otro canal por el que se pierde independencia del aparato estatal: los subsidios bochornosos como los que señala Richard Pipes en cuanto a que universidades como las de Columbia, Harvard y Princeton llegaron a recibir respectivamente el 50%, el 38% y el 32,4% de sus presupuestos totales del gobierno federal.

Por todo lo dicho es que Ludwig von Mises ha escrito que “ En realidad hay solo una solución: el estado, el gobierno, las leyes no deben ocuparse de los colegios ni de la educación. Los fondos públicos no deben ser utilizados para esos fines. La crianza y la instrucción de la juventud debe dejarse enteramente en manos de los padres y de las asociaciones e instituciones privadas”.

Fuente: http://independent.typepad.com/elindependent/2008/07/educacin-y-des.html

Los países en vías de extinsión

El periodista Carlos Mira, columnista del diario digital Economía Para Todos , dice que la tradicional clasificación de países en: desarrollo, vias de desarrollo y, subdesarrollados, no es aplicable a la Nación Argentina. Según él debería haber una cuarta: Países en Via de Extinsión; e inclucuye en esta categoría a Argentina, Bolivia y Venezuela.

Según Carlos Mira, Venezuela y Bolivia son dictaduras impuestas por el narco-terrorismo que después exportarán sus revoluciones al resto del continente, tal como lo hizo Cuba en los años 70. Los vínculos de los Kirchner con Evo Morales y Hugo Chávez, más los casos de corrupción que se han ido descubriendo últimamente como el de las valijas secuestradas a Antonini Wilson en el aeropuerto de Buenos Aires, los asesinatos ocurridos en la misma ciudad, ponen al kirchnerismo en una díficil situación, y hacen sospechar que tienen vínculos con el narcotráfico. La historia los juzgará dice Mira. El daño que le están causando a la Nación en la comunidad de naciones es de un daño sin igual, y llevará daños repararlo.

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septiembre 20, 2008

Primera oración para el credo chavista-bolivariano

Broma a Fidel Castro

Esta es una broma que le hizo Radio Miami a Fidel Castro engañándole con una conversación con Hugo Chávez. El tema fue tratado fue el de la valija de Antonini Wilson caputrada en Aeroparque Jorge Newbery en Buenos Aires. Castro cuando se enteró de la broma insultó al locutor.

septiembre 18, 2008

¿Por qué llaman liberalismo al Capitalismo de Estado?



En estos dias de turbulencia financiera en los mercados mundiales por los préstamos hipotecarios, donde los gobiernos y bancos centrales intervienen en los mercados inviertendo sumas gigantezcas, se pide más intervención y control estatal a través de la prensa, de la clase política, de los empresarios, y de diferentes sectores de la comunidad. No se dice que esta crisis es el resultado de una larga y abusiva intervención del estado en el mercado. En Estados Unidos, centro de la tempestad financiera, existen organismos estatales creados para regular los mercados, que deberían haber evitado este colapso, pero como siempre, los organismos públicos hicieron gala de su ineficiencia. Y ahora, a los problemas causados por el intervencionismo estatal en los mercados pretenden solucionarlos con más intervencionismo. El alcoholismo lo solucionarán consumiendo más alcohol.

Jorge Valin, economista, miembro del Instituto Juan de Mariana, y columnista de Libertal Digital lo explica mejor en el artículo que está más abajo.



¿Por qué llaman liberalismo al "capitalismo de Estado"?


La mediocridad intelectual de muchos periodistas está confundiendo los términos, llamando liberalismo a un sistema que es en realidad su opuesto. Comprueben si no la ignorancia patente de Alfredo Abián e Iñaki Gabilondo.

Jorge Valín


En 1907 Theodore Newton Vail –presidente de la compañía telefónica AT&T– escribió que el servicio de telefonía no podía ser eficiente en un sistema de libre mercado y tenía que convertirse en un monopolio. El Gobierno americano escuchó a Vail y acabó reduciendo la competencia drásticamente para transferir los clientes a AT&T. ¿Cree que Vail era un liberal por ser un gran empresario? Más bien fue un precursor del capitalismo de Estado, economía del fascismo o socialismo para ricos; una ideología que años después triunfaría en la Italia de Mussolini y en los Estados Unidos de Roosevelt. Como estamos viendo estos días, los gobiernos, desde Bush hasta Zapatero, están reforzando otra vez esta unión entre el Estado y las grandes empresas con sus rescates y ayudas.

La mediocridad intelectual de muchos periodistas está confundiendo los términos, llamando liberalismo a un sistema que es en realidad su opuesto. Comprueben si no la ignorancia patente de Alfredo Abián e Iñaki Gabilondo. Estas voces, de forma populista, asocian empresarios con liberales y economía norteamericana con liberalismo. La verdad es que es difícil encontrar un empresario liberal, y más si pertenece a una gran compañía o las representa.

Por ejemplo, fíjense en Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). El empresario se quedó a gusto diciendo que "se puede poner un paréntesis a la economía libre de mercado" para que el Estado le salve el cuello. ¿Cree que un liberal diría una salvajada así? Díaz Ferrán es una persona que ha forjado su fortuna a través del amiguismo con los políticos. En su línea, ahora busca establecer relaciones con el Gobierno actual, algo que también hizo con el Gobierno Aznar. Al igual que hiciera Vail, su interés no es que ni el mercado ni la sociedad sean libres de la coacción del Gobierno, sino forrarse a costa del pagador de impuestos.

También oímos que el cierre de algunas empresas norteamericanas y los rescates de otras son un símbolo del fracaso del liberalismo. ¿De qué liberalismo hablan? La realidad es que pocos países son tan intervencionistas como Estados Unidos en el mercado financiero. Tienen un órgano regulador por cada mercado y, a diferencia de los españoles (afortunadamente para nosotros), tienen un nivel de hiperactividad casi enfermizo.

De hecho, las operaciones financieras de los bancos quebrados fueron autorizadas por el Gobierno o incluso creadas e impulsadas por este. Fannie Mae, por ejemplo, nació por iniciativa de Franklin Delano Roosevelt durante la Gran Depresión para que no se hundiera el sector de la vivienda. Es la misma excusa que emplea ahora Zapatero para su plan de rescates y ayudas (como todos ya sabíamos, su mentalidad va 80 años atrasada). El Gobierno americano creó empresas de este tipo a través de la Government Sponsored Enterprise (GSE) cuya función es expandir el crédito hacia sectores estratégicos con precios por debajo al valor de mercado. A poco que se piense, la medida parece bastante más socialista que liberal.

Fue el GSE quien creó en Estados Unidos el mercado secundario de hipotecas, ese que ahora parece ser la raíz de todo mal. En 2001 el entonces presidente de la Congressional Budget Office, Dan L. Crippen, dijo que "la deuda y titulación de hipotecas del GSE es más valorada por los inversores que los activos similares del sector privado por la garantía que ofrece el Gobierno". La clavó. El Gobierno creó esos activos basura y gracias a esa confianza expandió este tipo de negocio a la economía mundial, que ha explotado varios años después como bombas de relojería. Sus empresas han sido las primeras en hundirse, arrastrando al resto.

Fannie y Freddie, además, tenían un trato especial: recibían líneas de financiación del Tesoro americano. ¡Fíjense qué casualidad: es lo que pide el lobby de la CEOE y Zapatero está haciendo con los créditos del ICO a los constructores! Por si aún le queda alguna duda que el sistema norteamericano no tiene nada que ver con el liberalismo, Fannie y Freddie tenían todo su negocio totalmente supervisado y regulado: volumen de préstamos, cantidades mínimas de capital, activos totales que podían adquirir, etc. ¿Un sector dominado por el Estado de esta forma se le puede llamar liberal? No es un fallo de mercado, sino de Estado y de una forma más amplia del sistema establecido: el capitalismo de Estado.

Todo este lío ideológico se debe a que mucha gente considera liberales a escuelas que realmente no lo son o fundamentan la economía en errores intelectuales básicos. De hecho, la única escuela económica que realmente ha luchado activamente contra el capitalismo de Estado es la Escuela Austriaca. Ésta considera que un sistema no se puede considerar capitalista en el momento que el Gobierno interviene en los factores productivos. Todo sistema donde el Gobierno aplica su extorsión a la economía privada es socialista en un grado u otro.

Esto no significa necesariamente que la Escuela Austriaca tenga una línea de pensamiento anarquista. Ludwing von Mises, por ejemplo, en su libro Burocracia consideraba la justicia, la seguridad nacional y ciudadana factores que estaban fuera de la capacidad de los medios de producción privados.

La solución no es que el Estado tome más fuerza de la que ya tiene, tal y como pretende el establishment empresarial y mediático. A ellos les iría bien, ya que sacarían más dinero a nuestra costa. Como hemos visto, esto es curar al borracho dándole más alcohol. La única solución es abolir el capitalismo de Estado y este socialismo para ricos. Si no hay ningún mal en que cierre la charcutería de la esquina por sus desorbitados precios, o que las tiendas de ropa realicen descuentos de hasta el 70% en sus productos, ¿por qué ha de serlo que las grandes empresas financieras e inmobiliarias lo hagan también? Evitar mediante la intervención estatal este proceso de liquidación y abaratamiento de precios nos obliga a pagar las pérdidas de las empresas "salvadas" para que sobrevivan o puedan vender sus productos y servicios más caros. Y encima es la manera perfecta de incrementar las probabilidades que en el futuro nos estalle otra crisis

Fuente: Libertad Digital

Ese raro gordo bonachón, por Jaime Bayly


Lima, Perú (Agencia Paco Urondo, por Diario Correo) Eran los primeros días del 2002, invierno en Key Biscayne, si podemos llamar invierno a unos días espléndidos, a pleno sol.

Yo vivía en una casa en la calle Caribbean, una casa amarilla, de un piso, una de las más antiguas de la isla. Estaba obsesionado con escribir una novela que titulé El huracán lleva tu nombre. Me pasaba la noche escribiendo, escuchando los maullidos de los gatos y los chispazos de las regaderas que se encendían automáticamente. Cuando me daba hambre, subía a la bicicleta y pedaleaba hasta el Seven Eleven.

Una noche, bajando de la bicicleta en el Seven Eleven, un hombre alto y obeso me dijo:

-¿Qué ha sido de tu vida, que ya no te veo en televisión?

Le conté que me había retirado de la televisión de Miami, dado que mi último programa había sido cancelado, los ejecutivos de esa cadena acusándome de ser demasiado intelectual y marica para los mexicanos de California.

El hombre apretó un botón que desactivó la alarma de su Mercedes del año, deportivo, color gris. Sentí que, al apretar ese botón, había experimentado una alegría rotunda, definitiva, una forma de alegría que siempre me sería esquiva.

Para mi sorpresa, me preguntó dónde vivía.

-En Caribbean road, cerca del Sonesta -le dije.

-Yo tengo un hotel al lado del Sonesta -me dijo.

-¿El Silver Sands? -pregunté.

-Es mío -dijo.

-Hombre, te felicito -dije.

-Te invito mañana para que veas unas cabañas frente al mar que te pueden interesar -me dijo.

Sacó su billetera y me dio su tarjeta.

-Llámame -me dijo-. Tienes que ver las cabañas frente al mar. Son del carajo. Enrique Iglesias viene de vez en cuando con sus amigas.

Luego subió a su auto. Miré la tarjeta. Decía: Guido Antonini Wilson.

Al día siguiente, lo llamé. No tenía ganas de verlo, pero me intrigaba conocer las cabañas en las que Enrique Iglesias hacía travesuras. Lo traté de Guido, un nombre extraño en cualquier caso. Me dijo que pasaría a buscarme al final de la tarde.

El señor Antonini vino a buscarme en un auto distinto del que había usado la noche anterior. Era un Mercedes grande, cuatro puertas, azul oscuro. Al subir, sentí ese olor a nuevo que conservan los autos recién salidos del concesionario.

Llegando al hotel, me condujo a su oficina. Se sentó en un escritorio y me dijo que ese hotel era de su mujer, de la familia de su mujer, pero que él lo administraba como si fuera suyo y yo era bienvenido cuando quisiera. No me quedó claro (esas cosas nunca quedan claras) si me estaba diciendo que no me cobraría en caso de que me quedase en su hotel.

Poco después caminamos hasta las cabañas con vista al mar. Quedé horrorizado con la decoración.

-Son perfectas para escribir -mentí.

Antes de irnos, le pregunté cuál era la cabaña en la que Enrique se escondía con sus amigas. Me llevó a la cabaña africana, atigrada, con pieles de animales y colmillos de elefantes, y dijo, señalando la cama:

-Aquí ha culeado Enrique Iglesias.

Luego añadió:

-Cuando quieras, puedes venir.

-Muchas gracias -dije.

-Para mí será un honor recibirte -dijo.

No quedó claro si el honor al que aludía me exoneraba de pagar por la cabaña.

Al subir a su auto, pensé que me llevaría a casa. Me equivoqué. Guido me dijo que su mujer estaba ansiosa por conocerme. No me preguntó si yo sentía ansias recíprocas.

Vivía en un departamento del Grand Bay, con todos los lujos previsibles. Recorrimos medio departamento sin que su mujer diese señales de vida. Al pasar por la cocina, una empleada dijo que la señora estaba en la lavandería. En efecto, allí mismo estaba. La señora Jacqueline era agradable y distinguida, aunque no necesariamente guapa. Me saludó con afecto distante, como quien saluda a alguien que inspira, a la vez, curiosidad y temor.

-No me pierdo tus programas -me dijo.

No sentí que estuviera ansiosa por conocerme. Sentí que estaba ansiosa por seguir ordenando la ropa con la maniática minuciosidad de una millonaria aburrida.

Guido me llevó a su biblioteca. Digo que era una biblioteca porque así la llamó él, no porque hubiese libros. Se sentó en su escritorio, me ofreció un trago, le dije que no bebía alcohol, puso cara de espanto, me invitó agua mineral y se sirvió un whisky.

Por fin hablamos de política.

Me dijo que Chávez era una desgracia, que había instaurado un régimen autoritario y corrupto, que los amigotes de Chávez estaban haciéndose muy ricos, que no se podía hacer dinero a no ser que fueras socio del régimen. Me contó que era amigo de Carlos Andrés Pérez, que hablaban a menudo, que Carlos Andrés estaba en Santo Domingo, pero venía con frecuencia a Miami. Le dije que conocía a Carlos Andrés, que lo había entrevistado el año 97 o 98. Cogió el teléfono, llamó a Carlos Andrés y le dijo que estaba conmigo. Me dio sus saludos. Le dijo que cuando viniera a Miami, teníamos que juntarnos los tres para hablar de política. Hablaron de cosas que no entendí y cortó.

Mi amigo Guido se sirvió otro trago y me dijo:

-Chávez no va a durar. Va a caer pronto. Lo vamos a tumbar.

Le dije que eso sería difícil, dado que los militares lo apoyaban y muchos de sus compañeros de promoción ocupaban puestos claves.

-Acuérdate de mí -insistió-. A Chávez lo tumbamos. Va a terminar en la cárcel.

Pensé que estaba fanfarroneando, que quería hacer alarde de su poder y sus conexiones.

Poco después me llevó a la cochera del edificio y me mostró su colección de autos de lujo: Hummers, Ferraris, Lamborghinis, Mercedes.

-Cuando quieras, te presto uno de estos para que lleves a tus hijas a Orlando -me sorprendió.

Yo le había contado que en pocos días llegarían mis hijas y nos iríamos a Disney.

-Muchas gracias, pero no me animo -le dije.

-Anda en la Hummer -insistió.

-¿Y si choco? -le dije.

-No pasa nada -dijo-. Todos están asegurados.

-Pero el seguro no te cubre si yo manejo -dije.

-No vas a chocar -dijo-. Y si chocas, decimos que yo estaba manejando.

Tras esa exhibición de su riqueza, el señor Antonini me llevó a mi vieja casa amarilla, construida en 1953.

-Llámame cuando lleguen tus hijas -me dijo.

Una semana después, mis hijas llegaron y les conté que había conocido a un extraño magnate venezolano que me había enseñado su colección de autos de lujo y me había ofrecido uno de ellos para irnos a Disney.

-No voy a llamarlo -dije.

-¡Estás loco! -me dijeron-. ¡Llámalo!

-¿Y si es un millonario tramposo perseguido por la justicia?

-¡No importa! ¡Llámalo!

A pesar de mis temores, lo llamé. No contestó. Dejé un mensaje. No llamó de vuelta. Llamé dos o tres veces más. Dejé mensajes. No llamó.

Unos meses después, en abril, leí que le habían dado un golpe a Chávez. Me acordé de mi amigo Guido, de sus enfáticas palabras:

-Chávez no va a durar. Lo vamos a tumbar.

Lo llamé para preguntarle qué estaba pasando en Caracas. No contestó.

No volví a verlo más, hasta una mañana, cinco años después, en que abrí un periódico en Buenos Aires y vi la foto de ese raro gordo bonachón, acusado de ser el hombre de la valija, el misterioso pasajero que llegó en un vuelo privado desde Caracas y quiso introducir ilegalmente un maletín con ochocientos mil dólares en efectivo.

Lo primero que pensé fue: Suerte que no me prestó su Hummer para ir a Disney.

Lo siguiente que me dije fue: ¿Pero este gordo no estaba conspirando contra Chávez?

Luego me imaginé a su esposa ordenando la ropa minuciosamente en la lavandería del apartamento de lujo, odiándolo en silencio.

28 de Enero de 2008 (Agencia Paco Urondo)

Fuente: http://pacourondo.blogspot.com

septiembre 17, 2008

septiembre 16, 2008

Bolivia: La rebelion por la libertad ha comenzado



Ayer, en Santiago de Chile hubo una reunión cumbre de presidentes de naciones miembros de Unasur con el objeto de tratar el problema de Bolivia. No tengo ninguna duda de que la denuncia formulada por Evo Morales acerca de que los Estados Unidos de América tienen un plan para derrocarlo es carente de seriedad. Tampoco creo que los presidentes de las naciones miembros de este club llamado Unasur tenga derecho a entrometerse en los asuntos de un estado extranjero y mucho menos declarar que no van "a permitir" ciertos hechos políticos que pueden sucederse. Lo que ignoran los presidentes de las restantes naciones es que Evo Morales carece de legitimidad de ejercicio pese a tener legitimidad de origen.

El causante del conflicto es Evo Morales, su prepotencia, su racísmo anti-blancos, y su ignorancia. Lo bueno es que tiene una feroz resistencia por parte de un sector importante de la comunidad que lucha por su libertad y en contra de esta tiranía y está dispuesta a seguir luchando hasta derrocarlo. Creo que el pueblo tiene derecho a derrocar a su gobernante cuando esté es conveniente al interés común; pero está visto que en Bolivia hay un estado pero dos naciones, dos naciones que tienen puntos de vista, cultura y anelos diferentes; diferencias insalvables que hacen imposible vivir juntos. Lo que creo que debe suceder es que la parte oriental del Bolivia, lo que se llama la "medialuna", los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Cochabamba, y Chuquisaca formen un estado independiente, totalmente separado de la parte occidental donde están situados pueblos aymaras, que quieren vivir en un estado socialista, arcaico y primitivo, tal como lo quiere Evo Morales.

Las comunidad de naciones debe reconocer el derecho de los pueblos a darse su autogobierno, también debe reconocer el derecho a vivir libres de tiranos; por lo tanto es menester reconocerles el derecho de sesesionarse si fuere necesario. Después de todo, las mismas naciones que hoy dicen apoyar la libertad y la democracia, se independizaron de España y la tiranía de sus reyes.


Este es un artículo publicado por Eneas Biglione en el sitio http://www.hacer.org/

El conflicto en Bolivia se ha profundizado repentinamente. Tras la decisión mayoritaria en favor de las autonomías en cinco de los nueve departamentos que conforman el país, y los resultados del referéndum revocatorio que reafirmó con una transparencia cuestionable al actual presidente y al mismo tiempo confirmó en sus cargos a cinco de los prefectos opositores al oficialismo, la sociedad civil boliviana no pudo contenerse mas.La administración Morales, la misma que pese a prometer "un gobierno sin muertos" ya lleva en sus manos la sangre de demasiadas personas, ha seguido haciendo oídos sordos a los pedidos de diálogo, ha ignorado las autonomías departamentales, ha intentado imponer una vez más su Constitución Política del Estado (CPE), ha incumplido con la devolución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y ha desilusionado a buena parte de la gente con los recientes cambios efectuados en su gabinete de ministros. Por los motivos enumerados, miles de ciudadanos bolivianos, hartos de la dramática situación que atraviesa el país, han salido a las calles de Santa Cruz, Tarija, Pando, Beni y Chuquisaca, a expresar su descontento. El gobierno por su parte, se ha limitado a enviarles a las fuerzas armadas y policiales con el objeto de reprimirlos.En Santa Cruz, la gente manifestó su insatisfacción "armada" de vinagre, barbijos, pañuelos, agua, piedras, palos y hondas, con el objeto de combatir los gases lacrimógenos y la represión violenta del oficialismo, al tiempo que repicaban las campanas de la catedral local. Pero pese a la violencia aplicada por las fuerzas militares y policiales que responden a los caprichos del poder ejecutivo, los lugareños han logrado tomar valientemente el control de una buena cantidad de instituciones gubernamentales, ONGs que trabajan para el MAS y algunos medios de comunicación oficialistas. La jornada culminó con la custodia de los aeropuertos Viru Viru y El Trompillo, con el objeto de evitar una mayor militarización, y con la entrega a las autoridades locales de los fusiles lanzagranadas, cascos y escudos arrebatados a los militares, que superados ampliamente por el pueblo de Santa Cruz, decidieron huir de la zona.En Tarija se repitió una escena similar a la descripta. Pero además, la autoridad departamental ordenó cerrar las válvulas de gas de la compañía Transierra, que bombea gas natural a Brasil y Argentina. La sociedad civil chapaca logró también tomar el control de múltiples instituciones gubernamentales. En el Beni, los locales ocuparon los aeropuertos, como medida preventiva ante una militarización inminente.En Santa Cruz, Pando, Beni, Tarija y Chuquisaca, las familias deben enfrentar la escasez de gas natural y los problemas esporádicos del servicio de telefonía celular. Los distintos bancos, colegios y negocios, se encuentran cerrados por cuestiones de seguridad.Morales ha descartado la posibilidad de declarar estado de sitio, ha decretado el bloqueo de las distintas regiones que conforman la medialuna y ha ordenado el retiro inmediato de Bolivia a Philip Goldberg, embajador de los Estados Unidos de América, acusándolo de conspirar contra la democracia local. Esta injustificada decisión presidencial ha provocado que los Estados Unidos, aplicando una política de reciprocidad y en base a lo establecido por la Convención de Viena, decidan la expulsión de Mario Gustavo Guzmán Saldaña, embajador de Bolivia en Washington DC.Hugo Chávez, Daniel Ortega, Luis Ignacio Da Silva y José Miguel Insulza han salido en diversos medios internacionales a manifestar su apoyo incondicional a Morales, su socio y aliado ideológico en materia de socialismo del siglo XXI, minimizando su responsabilidad y echándole la culpan una vez más a la oligarquía boliviana y a la "perversa influencia" de la embajada de los Estados Unidos.En lugar de aceptar sus errores y sentarse a dialogar, de apoyar el debate constructivo por el bien de Bolivia toda, nos han venido con el mismo discurso de siempre. De lo que no hay dudas, es que el pasado 9 de septiembre, la sociedad civil boliviana ha dado el primer paso para la recuperación de su libertad. El contexto regional no parece ser el más favorable, pero el creciente arribo de venezolanos, cubanos y armamento de todo tipo a Bolivia, indican que no tiene sentido dejar que siga pasando el tiempo. Como reza la conocida máxima de Edmund Burke "para que el mal triunfe, solo hace falta que los hombres buenos no hagan nada al respecto".


Eneas Biglione


Septiembre, 2008

septiembre 14, 2008

La era de los dinosaurios

Los dinosaurios han renacido y han vuelto para reinar en América. En Argentina están por doquier: presidencia de la Nación, gobernaturas de provincias, cámaras legislativas y puestos en el gabinete. En el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos hay uno que aterroriza a la gente.



Fuente: Diario La Nación

La violencia no la alimenta la "Oligarquía"

En la verborragia de los presidentes Evo Morales y Hugo Chávez hay una permanente instigación a la violencia: amenazas a los adversarios, odio a los Estados Unidos, insultos a los presidentes de otros países, uso de fuerzas de choque contra instituciones que ellos consideran enemigas. Sin embargo cuando los hechos de violencia se consuman culpan a la oligarquía por los hechos.

En el video que se puede ver a continuación muestra como doce (algunos medios dicen dieciséis) personas han sido asesinadas por ráfagas de ametralladoras. Los asesinados son partidarios del presidente Evo Morales, pero las metralletas que usaron los atacantes fueron capturadas a las milicias pro Morales y provistas por Hugo Chávez.



En que quedan las permamentes acusaciones a los Estados Unidos por su intervencionismo en los asuntos de los países americanos, después de ver este video donde el Sr Chávez con una absoluta falta de pudor dice esto. Qué derecho tiene él de intervenir en la política de una nación extranjera. Por qué el se atribuye un derecho que le niega a otro estado extranjero. Nadie tiene derecho a entrometerce en un asunto ajeno, esto es un problema de bolivianos y sólo debe ser resuelto por ellos.

Mientras tanto Evo Morales y los prefectos de los cinco departamentos que rechazan la constitución socialista que Morales quiere imponer se reunen para encontrar una salida a la crisis, cuando esta a la vista que con Evo Morales es imposible dialogar. El señor Morales quiere guerra.

Mientras tanto, en los departamentos opositores a Morales comienza a producirse una escasez de gas y naftas por los sabotajes a las refinerías de gas y petróleo, como represalia de Morales a las demandas de autonomia de los departamentos.

septiembre 13, 2008

Vendedor de buzones





Hugo Chávez ignora las consecuencias nefastas que una sanción del gobierno de los Estados Unidos contra el de Venezuela provocaría. Un corte en el suministro de petróleo por parte de Venezuela solo causaría una disminución menor al 10% del petróleo que los Estados Unidos necesitan; pero para Venezuela, las ventas de petróleo a ese país representan el 75% por ciento de sus exportaciones. En una relación comercial el cliente es el rey.


La gente que trabaja en marketing y tiene estudios en ese campo aprendió desde muy pronto en su vida un principio que tiene serias consecuencias: el consumidor es el rey todopoderoso en un mercado libre con competencia. Todo se subordina a complacerlo y tratar de persuadirlo de comprar el bien que se produce.

Eso es lo que intentan hacer todos los productores y es parte del proceso normal de decisiones de una empresa. Por eso se hacen investigaciones de mercado, publicidad, diseño de empaques, todo trata de agradar al cliente del producto, el que decide la compra.

Unos lo hacen muy claramente, otros menos, pero todos lo hacen. Hay quienes tratan de engañar al cliente, pero también hay otros que son honestos. De una manera u otra saben que el que domina el proceso de un mercado es el cliente. El que compra y selecciona una marca sobre otras.

Esa es la vida normal en las empresas, incluso en las que atienden mercados industriales y venden a otras empresas. Es un principio que domina y que tiene consecuencias, como los programas de calidad, de productividad, de atención al cliente.

Lo curioso del asunto es que este principio es realmente uno de naturaleza filosófica, cosa que estoy seguro tiene sin cuidado a la inmensa mayoría de los empresarios.

Y ese principio filosófico tiene raíces que son profundas. Está enraizado en la noción de un ser humano que es libre, piensa y puede tomar decisiones que están determinadas por el deseo personal de mejorar la situación presente.
Estas son las mismas ideas sobre las que se basa la Escuela Austriaca de Economía y que resultaría de gran utilidad para quien estudia administración, marketing, finanzas y similares.

Más aún, la idea de un consumidor libre lleva dentro de ella otra idea lógica, la de un ser humano libre. Si soy libre para comprar una Heineken entre diversas cervezas, no hay por qué no ser libre para otras cosas, como leer, estudiar, orar, viajar, producir.

La misma libertad que se tiene para comprar Heineken, la tengo para votar, escribir, abrir negocios, lo que yo quiera y aplicable a todos.

El que está vendiendo Kellog´s o Mole Doña María, está fundamentado en el mismo principio que el que hace una campaña electoral, o trabaja en misiones religiosas. Todos ellos toman por supuesto que las personas son libres y tienen capacidad para elegir. Esto me parece admirable y digno de señalar abiertamente... aunque quizá sea tan obvio que cause algún bostezo en el lector.

Puede ser obvio, pero debe ser señalado porque existe sólo una persona entre todas que no comparte esa idea de la libertad personal. Cree en ella el que hace el marketing de Nissan, el sacerdote que da un sermón el domingo, la universidad que quiere atraer alumnos, el escritor que publica una novela.

Todos tomamos como dada la idea de que el resto son libres. Todos, menos uno, el gobernante.

El marco mental del gobernante no es el de la libertad, sino el de la imposición. El que vende Heineken debe hacer a su producto atractivo, darlo a buen precio, distribuirlo bien, tener calidad constante. El gobernante no piensa así. Para él, los humanos son sujetos de sus decisiones.

Por eso sus leyes, procesos, permisos, instalaciones, reglamentos, son de muy baja calidad. El gobernante no depende de nuestras decisiones libres y por eso no se esfuerza en tratarnos como nos tratan quienes producen otros bienes y servicios.

Los gobernantes no tienen incentivos para hacer bien las cosas porque para ellos no somos libres, al contrario. Somos esos quienes deben obedecer por la fuerza lo que ellos dispongan.

La estructura mental es diametralmente opuesta entre quien vende un Renault o da un servicio bancario y quien emite una ley, o cobra un impuesto. Esas dos mentalidades no pueden ser más contrarias.

Están sustentadas en principios antagónicos. Es innegable y puede ser usado para especular lo que sería un monopolio estatal cualquiera y varias empresas similares, por ejemplo, explotando petróleo y produciendo sus derivados.

Ya tenemos elementos para concluir con razonable certeza cómo sería administrada esa industria dependiendo de si ella está en manos de gobernantes o en manos de quienes manejan otras empresas. A mi ya se me acabó el espacio para sacar esas conclusiones, pero usted las puede sacar sin problemas.

Artículo relacionado: http://www.economiaparatodos.com.ar/ver_nota.php?nota=2254

La Filosofía de la Libertad

septiembre 11, 2008

MITOS PROGRESISTAS EN ONCOLOGÍA (3)




MITO progre No 3: El cáncer es más común entre individuos depresivos o estresados, y en general entre quienes no expresan sus sentimientos.
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Marcelo J. Fleischer
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Mariana L. Moyano
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Ante ciertos fenómenos atemorizantes y no del todo comprendidos, con frecuencia recurrimos a alguna de aquellas explicaciones ampliamente difundidas y aceptadas, pero carentes de un mínimo respaldo científico. Si bien la fantasía de haber hallado por fin un culpable, como forma de lidiar con situaciones frustrantes, es tan humana como la búsqueda de soluciones reales, no corresponde al médico alimentar esa clase de fantasías; y no sólo por buenas razones morales (en tanto hacerlo equivale a engañar al paciente): es que hay prejuicios capaces de hundir el ánimo bajo el tremendo peso de una culpa infundada, dispersando así las energías del paciente justo cuando necesita enfrentar todo tipo de dificultades prácticas y emocionales.

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Hasta la fecha no se ha demostrado una relación causa-efecto entre factores psicológicos y el desarrollo de algún tipo de cáncer. Rigurosos estudios de monitoreo de grandes grupos de individuos integrados por ex-prisioneros de guerra o padres de niños enfermos de cáncer, no lograron validar la hipótesis de la influencia psíquica en el origen del cáncer*.

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Ciertamente, los prejuicios y la sensación de culpa no son buenos consejeros. Quien es responsable de aconsejar al paciente debe asumir también la responsabilidad de contestar honestamente a sus preguntas, y si es necesario de incentivarlo a realizar estudios o tratamientos mediante la exposición de argumentos oportunos. Lo contrario es lisa y llanamente falta de respeto, por el paciente y por todos aquellos que trabajan para expandir los límites del conocimiento médico.

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Si bien con frecuencia no somos responsables de las enfermedades que padecemos, inevitablemente decidimos qué hacer bajo las circunstancias que nos tocan en suerte. Cualesquiera sean esas circunstancias, requiere coraje y determinación tanto asumirlas como superarlas. Entregarse a la culpa es una alternativa que no mejora el ánimo ni la suerte.
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* Bibliografía:

-Protheroe D et al. Stressful life events and difficulties and onset of breast cancer: a case-control study. British Medical Journal 1999;319:1027-1030

-JOHANSEN, Brit. J. Cancer, 75: 144, 1997

-KEEHN RJ. AM. J. Epiderm. 111: 1942, 1980 Cancer; 77: 1089, 1996

septiembre 09, 2008

No a la guerra...contra el clima


Por Gorka Etxebarría

La lucha contra la pobreza ha pasado a un segundo plano porque el problema más acuciante para la Humanidad es, según gente como Tony Blair o José Luis Rodríguez Zapatero, el calentamiento global. El clima se está convirtiendo en un infierno que ni Dante hubiera imaginado a causa de la acción humana, nos dicen; y añaden: para corregir el rumbo, lo que hay que hacer es reducir las emisiones de CO2. Hablan menos, mucho menos, del coste de todo ello; y de la viabilidad y eficacia de sus propuestas...

Bjorn Lomborg no se propone en estas páginas poner en tela de juicio la tesis del calentamiento global antropogénico, pues la suscribe, sino sentar las bases de un debate serio sobre los efectos del mismo y sobre lo mucho que podría hacerse si no estuvieran tan extendidas las ideas de los ecologistas radicales.

Para Lomborg, empeñarse en gastar 180.000 millones de dólares al año –cerca del 0'5% del PIB mundial– en esta batalla es un despilfarro. Con esa fabulosa suma –añade– podría mejorarse sustancialmente la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Pero es que, además, sostiene que el calentamiento no es tan perjudicial como se dice, y que puede incluso resultar beneficioso. En este punto, recuerda que el frío se cobra muchísimas más vidas que el calor, y que un incremento de las temperaturas podría salvar la vida, cada año, a más de dos millones de personas en Europa, EEUU, China y la India. Con Kioto, en cambo, podríamos salvar, cada año, a unas 4.000 personas residentes en ciertos países en desarrollo... y sacrificar a otras 80.000, así como una cantidad astronómica de dinero.

Lomborg aboga por no obsesionarse con el termómetro y prestar más atención a males verdaderamente acuciantes, como el sida, la desnutrición, la malaria, la falta de acceso de millones y millones de personas al agua potable o las trabas al comercio internacional, que impiden a los países pobres dejar de serlo. Olvidarse de los problemas fundamentales de, por ejemplo, el África Negra para no perder detalle de las emisiones de CO2 es peor que confundir a los gigantes con molinos de viento, porque quienes pagan los consecuencias son, precisamente, los habitantes de las zonas más deprimidas del planeta.

Un ecologista como Al Gore podría argüir que los problemas que menciona Lomborg son, efectivamente, de primera categoría, pero que el del calentamiento del planeta es, con todo, prioritario porque las inundaciones que desencadenará el aumento de las temperaturas matarán a más gente que el hambre. Ahora bien, Lomborg refuta este tipo de argumentos apocalípticos con gran facilidad. Para empezar, apunta que la idea de que el incremento del nivel del mar provocaría el deshielo de los polos es falaz, porque el hielo, al derretirse, no hace sino desplazar su propia masa. La labor de desmontaje de Lomborg afecta también a los mantras ecologistas sobre la extinción de los osos polares y los pingüinos y el derretimiento del Kilimanjaro.

En frío es, probablemente, el libro sobre ecología más importante de los últimos años. Nuestros políticos deberían tenerlo en la mesilla y repasarlo todas las noches: así no se dejarían embaucar tan fácilmente por los telepredicadores ecoalarmistas, esos brujos modernos que no hacen sino atemorizarnos y que serían capaces de llevarnos a la más terrible de las miserias con tal de dominarnos.

Bjorn Lomborg, En frío, Espasa, Madrid, 2008, 284 páginas.

Hugo Chávez y Fidel Castro contra Internet



El amigo de Fidel Castro va a establecer un sistema de control de Internet similar al chino y que recuerda en muchos aspectos al cubano, si bien no llega (al menos por el momento) a los extremos existentes en la mayor de las Antillas.
Antonio José Chinchetru
Libertad Digital


Hugo Chávez da un nuevo paso en su estrategia de recortes de libertades. Su próxima víctima: internet. Al caudillo venezolano no debe de gustarle que sus compatriotas puedan comunicarse libremente entre sí o con el exterior a través de la red o que utilicen esta tanto para informarse como para informar al resto del mundo. El amigo de Fidel Castro va a establecer un sistema de control similar al chino y que recuerda en muchos aspectos al cubano, si bien no llega (al menos por el momento) a los extremos existentes en la mayor de las Antillas.

La Asamblea Nacional, en manos de los partidarios de Chávez, prepara una Ley de Telecomunicaciones que establece la creación de un punto de acceso propiedad del Estado a través del cual estarán obligados a conectarse los diferentes proveedores de internet. Esto permitiría al Gobierno impedir que los internautas venezolanos accedieran a aquellos sitios web que el Ejecutivo decidiera que deben ser bloqueados. Pero aún hay más. Al pasar todas las comunicaciones online a través de esa interconexión, los lacayos del caudillo bolivariano podrían vigilar hasta los contenidos de los correos electrónicos o las conversaciones a través de chats.
En un lugar donde las televisiones están cada vez más sometidas al control del poder político o bajo la amenaza de intervención de este (en este mismo proyecto de ley se incrementa de 23 a 57 los motivos por los que se puede sancionar a una emisora), Internet cobra un especial valor a la hora de difundir información y opinión crítica con el Gobierno. Por ese motivo resulta tan importante para Chávez someterla a un control lo más férreo posible. De hecho, cuando se ponga en marcha el punto de acceso previsto en la norma, el presidente venezolano tendría capacidad para desconectar al país de Internet casi de forma completa.

Pero este sistema de control no sólo le será útil a Chávez, sino también a los hermanos Fidel y Raúl Castro. En junio de este año se daba a conocer que se tenderá un cable de fibra óptica de gran capacidad entre Cuba y Venezuela para "dar servicios de internet" a la Isla. La excusa no podía ser otra que el embargo de Estados Unidos, que según el gobierno de La Habana impide que los cubanos accedan a la red. Lo que este argumento oculta es que poco antes de que los caudillos caribeños anunciaran esto, el Gobierno de Washington había ofrecido al cubano conexión a la red para la Isla.

Pero la opción venezolana es más cómoda para la dictadura de los hermanos Castro. Mientras que Estados Unidos reclamaba que el régimen cubano comience a levantar restricciones, Hugo Chávez no deja de mostrar su admiración por la dictadura comunista. Además, al pasar por Venezuela, el filtrado de este último país se pondría al servicio del castrismo y permitiría una operación de maquillaje consistente en eliminar la necesidad de permiso gubernamental para conectarse a la red. De que los cubanos no vieran nada "inconveniente" procedente del exterior ya se encargarían los filtros establecidos tanto en su propio país como en su vecino bolivariano.


FUENTE: http://www.libertaddigital.com/index.php?action=desaopi&cpn=45195

septiembre 05, 2008

MITOS PROGRESISTAS EN ONCOLOGÍA (2)


¿EL CÁNCER?:
UN INVENTO NEOLIBERAL


MITO PROGRE No 2:

En el pasado
el cáncer no era tan común.

Marcelo J. Fleischer

Mariana L. Moyano





Existen buenas razones para dudarlo, y son las mismas que explican esa percepción tan extendida:
  • Aumenta la detección precoz de los tipos de cáncer más frecuentes y de las lesiones que a menudo los preceden (preneoplásicas), principalmente debido a una mayor conciencia, en la población general, de los factores de riesgo, y a la creciente disponibilidad de métodos de “screening” (para detección precoz en individuos que integran poblaciones determinadas, como por ejemplo mujeres de cuarenta años o más, sin antecedentes familiares directos de cáncer mamario, a quienes se aconseja realizar una mamografía por año).
  • Estudios más eficaces, incruentos y accesibles permiten identificar muchos casos de cáncer que solían permanecer sin un diagnóstico cierto.


  • Aumentan las chances de curación para los pacientes oncológicos, fundamentalmente gracias al diagnóstico en estadíos más tempranos de la enfermedad, y en segundo lugar como resultado de tratamientos más efectivos y disponibles para más pacientes.
  • La expectativa de vida de la población general continúa en aumento para las nuevas generaciones.
  • Pacientes, familiares de pacientes y médicos tienden a ser más honestos y abiertos respecto al cáncer: ocultar la enfermedad ya no es la actitud habitual.
En definitiva, lo que aumenta no es la prevalencia sino el conocimiento de los casos de cáncer, así como el tiempo de exposición a primeros tumores (por mayor expectativa de vida y detección de lesiones preneoplásicas) y segundos tumores (por supervivencia más prolongada entre los pacientes oncológicos).
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Por otra parte, en tanto continúe mejorando el conocimiento de los diversos factores cancerígenos, y extendiéndose el desarrollo y la práctica de medidas preventivas eficaces, es razonable pronosticar una importante caída en la incidencia del cáncer en general.

septiembre 04, 2008

El anarco-comunismo no es verdaderamente libertario.


Anarco-comunismo

Por Murray Newton Rothbard
Traducido por Albert Esplugas Boter
Fuente: Liberalismo.org
El artículo original fue publicado el 1 de enero de 1970 en The Libertarian Forum.
Ahora que la Nueva Izquierda ha abandonado su anterior postura no-ideológica ancha y flexible, dos ideologías han sido adoptadas como guía teorética por los Nuevos Izquierdistas: el marxismo-estalinismo, y el anarco-comunismo. El marxismo-estalinismo desafortunadamente ha conquistado el SDS, pero el anarco-comunismo está seduciendo a muchos izquierdistas que demandan una alternativa a la tiranía burocrática y estatista que ha marcado el camino estalinista. Y muchos libertarios, en busca de líneas de acción y aliados para emprenderlas, se han sentido atraídos por un credo anarquista que aparentemente exalta la voluntariedad y reivindica la abolición del Estado coercitivo. Es lamentable, sin embargo, desatender y perder de vista los propios principios en el afán por encontrar aliados para acciones tácticas específicas. El anarco-comunismo, ya sea en su forma Bakunin-Kropotkin original o en su actual variedad irracionalista y “post-escasez”, es el polo opuesto de los genuinos principios libertarios.
Si hay algo, por ejemplo, que el anarco-comunismo odia y desprecia más que el Estado son los derechos de propiedad privada; en realidad, la principal razón por la que los anarco-comunistas se oponen al Estado es porque creen fervientemente que es la fuente y el custodio de la propiedad privada y que, por tanto, la abolición de la propiedad pasa por la destrucción del aparato estatal. No comprenden que el Estado siempre ha sido el mayor enemigo e invasor de los derechos de propiedad. Asimismo, menospreciando y repudiando el libre mercado, la economía de las ganancias y las pérdidas, la propiedad privada y la afluencia material – lo uno siendo corolario de lo otro – los anarco-comunistas erróneamente identifican el anarquismo con la vida comunal, con el intercambio tribal y con otros aspectos de nuestra emergente cultura juvenil de drogas y “rock and roll”.
Lo único bueno que puede decirse del anarco-comunismo es que, en contraste con el estalinismo, su forma de comunismo sería, se supone, voluntaria. Presumiblemente nadie sería obligado a integrarse en las comunas, y aquellos que quisieran continuar viviendo individualmente y emprender actividades de mercado, podrían hacerlo sin ser molestados. ¿O sí serían molestados? Los anarco-comunistas siempre han sido extremadamente vagos y nebulosos acerca de los rasgos característicos de su proyectada sociedad anarquista. Muchos de ellos han planteado la idea profundamente anti-liberal de que la revolución anarco-comunista tendrá que confiscar y abolir toda la propiedad privada, para alejar a cada uno de su vinculación psicológica a su propiedad particular. Además, es difícil de olvidar el hecho de que cuando los anarquistas españoles (anarco-comunistas del tipo Bakunin-Kropotkin) tomaron amplias regiones de España durante la Guerra Civil de la década de los 30, confiscaron y destruyeron todo el dinero de su territorio y con presteza decretaron la pena de muerte por el uso del dinero. Nada de esto transmite confianza acerca de la buenas y voluntaristas intenciones del anarco-comunismo.
En todos los otros aspectos el anarco-comunismo va desde lo desafortunado a lo absurdo. Filosóficamente esta doctrina es un avasallador asalto a la individualidad y a la razón. El deseo individual por la propiedad privada, la inclinación del hombre por superarse, por especializarse, por acumular ganancias e ingresos, son despreciadas por todas las ramas del comunismo. En lugar de eso se supone que cada uno debe vivir en comunas, compartiendo sus escasas pertenencias con sus compañeros y cuidándose de no adelantar en nada a sus hermanos comunitarios. En la raíz de todas las formas de comunismo, forzado o voluntario, reside un profundo odio por la excelencia humana, una negación de la superioridad natural o intelectual de unos hombres sobre los demás, y un afán por rebajar a cada individuo al nivel de una hormiga del montón comunal. En el nombre de un “humanismo” vacío, un irracional y profundamente anti-humano igualitarismo sustraería a cada individuo su particular y preciosa humanidad. Además, el anarco-comunismo desdeña la razón y sus corolarios, los propósitos a largo plazo, la previsión, el esfuerzo y el logro personal; en vez de eso exalta las emociones irracionales, los antojos y caprichos, todo ello en el nombre de la “libertad”. La “libertad” del anarco-comunismo no tiene nada que ver con la genuina libertaria ausencia de invasión o abuso interpersonal; es, en cambio, una “libertad” que significa ser esclavo de la sinrazón, del antojo irreflexivo, del capricho infantil. Social y filosóficamente, el anarco-comunismo es una desgracia.
Económicamente, el anarco-comunismo es absurdo. El anarco-comunista pretende abolir el dinero, los precios y el empleo, y propone conducir una economía moderna meramente a través de un registro automático de “necesidades” ubicado en algún banco de datos central. Nadie que tenga la más mínima noción de economía puede entretenerse con esta teoría un solo segundo. Hace cincuenta años Ludwig von Mises demostró que una economía planificada y sin dinero no puede operar más allá de un nivel sumamente primitivo. Explicó que los precios de mercado son indispensables para una asignación racional de todos nuestros recursos escasos – trabajo, tierra y bienes capitales – en las áreas y parcelas donde son más deseadas por los consumidores y donde pueden rendir con la mayor eficiencia. Los socialistas concedieron la validez del desafío de Mises, e intentaron – en vano – concebir un sistema de precios de mercado, racional, en el contexto de una economía socialista planificada. Los rusos, después de intentar una aproximación a la economía comunista sin dinero en su “Comunismo de Guerra” tras la Revolución Bolchevique, reaccionaron con horror al ver que la economía rusa se precipitaba al desastre. Ni siquiera Stalin intentó nunca revivirlo, y desde la Segunda Guerra Mundial, los países del Este de Europa han presenciado un total abandono de este ideal comunista y un rápido giro hacia el libre mercado, un sistema de precios libre, test de ganancias y pérdidas y la promoción de la afluencia del consumidor. No es casualidad que hayan sido precisamente los economistas de los países comunistas los que han liderado la huída del comunismo, el socialismo y la planificación central, hacía el libre mercado. No es ningún crimen ser un ignorante en economía, que es, después de todo, una disciplina especializada que además la mayoría de gente considera una “ciencia deprimente”. Pero es una total irresponsabilidad tener una sonora y vociferante opinión sobre materias económicas mientras se permanece en semejante estado de ignorancia. Y esta clase de ignorancia agresiva es inherente al credo anarco-comunista.
El mismo comentario puede hacerse en relación con la generalizada creencia, sostenida por muchos Nuevos Izquierdistas y por todos los anarco-comunistas, de que ya no hay ninguna necesidad de preocuparse por la economía o la producción porque estamos viviendo en un mundo que supuestamente ha superado la escasez, y donde por tanto no tienen cabida estos problemas. Pero, aunque nuestro estado de escasez sea claramente menos precario que el del hombre de las cavernas, todavía vivimos en un mundo de apremiante escasez económica. ¿Cómo sabremos cuándo el mundo ha alcanzado un estadio “post-escaso”? Simplemente, cuando todos los bienes y servicios que podamos desear sean tan superabundantes que sus precios caigan hasta cero; en suma, cuando podamos adquirir todos los bienes como si estuviéramos en el Jardín del Edén, sin esfuerzo, sin trabajo, sin emplear ningún recurso escaso.
El espíritu anti-racionalista del anarco-comunismo fue expresado por Norman O. Brown, uno de los gurús de la nueva “contra-cultura”: “El gran economista von Mises intentó refutar el socialismo demostrando que, al abolir el intercambio, el socialismo hacía el cálculo económico... y por tanto la racionalidad económica, imposible. Pero si von Mises está en lo cierto, entonces lo que descubrió no es una refutación... sino una justificación psicoanalítica del socialismo... Es una de las tristes ironías de la vida intelectual contemporánea que la réplica de los economistas socialistas a los argumentos de Mises intentara mostrar que el socialismo no era incompatible con ‘el cálculo económico racional’, esto es, que sí incorpora el principio inhumano de la economización” (Life Against Death, Random House, 1959, pág. 238-39).
El hecho de que el abandono de la racionalidad y la economía en favor de la “libertad” y el capricho conducirá al quebranto de la producción moderna y la civilización y nos devolverá al barbarismo no amansa a nuestros anarco-comunistas y otros exponentes de la contra-cultura. Pero lo que parece que no aciertan a comprender es que el resultado de esta vuelta al primitivismo será la inanición y la muerte de la mayoría de la humanidad y una precaria subsistencia para los restantes. De llevarse a cabo su propuesta, se darán cuenta de que es difícil vivir felices y “sin represión” mientras se muere de hambre. Todo lo cual nos remite a la sabiduría del gran filósofo español Ortega y Gasset: “En los motines que la escasez provoca suelen las masas populares buscar pan, y el medio que emplean suele ser destruir las panaderías. Esto puede servir como símbolo del comportamiento que en más vastas y sutiles proporciones usan las masas actuales frente a la civilización que las nutre (...) La civilización no está ahí, no se sostiene a sí misma. Es artificio (...) Si usted quiere aprovecharse de la ventajas de la civilización, pero no se preocupa usted de sostener la civilización... se ha fastidiado usted. En un dos por tres se queda usted sin civilización. ¡Un descuido, y cuando mira usted en derredor todo se ha volatilizado! Como si hubiesen recogido unos tapices que tapaban la pura Naturaleza, reaparece repristinada la selva primitiva. La selva siempre es primitiva. Y viceversa. Todo lo primitivo es selva.” (Ortega y Gasset, The Revolt of the Masses, New York, W.W. Norton, 1932, pág. 97)

septiembre 02, 2008

Hugo Chávez arremete contra la libertad de prensa



El Presidente Hugo Chávez ha arremetido esta noche, en una acto de grado de la Misión Cultura, contra los medios de comunicación de la "oligarquía pitiyanqui" que, según él, mienten sobre lo que pasa en el país.

Chávez se ha referido a las armas que el Imperio utiliza contra Venezuela y ha señalado a los diarios impresos, entre los que ha destacado "El Universal" y "El Nacional", los canales de TV, los grandes canales internacionales, las emisoras de radio y, por primera vez, ha señalado a las "como se llama las páginas, las ventanas, el Internet".

Para Chávez todo eso son instrumentos de la oligarquía y ha afirmado que "cada día tendrán menos libertades" para engañar y manipular al pueblo. Sin embargo no se ha referido a ninguna medida concreta.

Las palabras de Chávez contra los medios se producen el mismo día en que un reporte de William Peña en el diario Tal Cual revelaba que la nueva Ley de Telecomunicaciones, que está pendiente de aprobar en la Asamblea Nacional, otorga poderes absolutos al presidente de la República, para que, ante cualquier eventualidad que ponga en riesgo la estabilidad de la nación, suspenda la transmisión de las telecomunicaciones, incluido Internet y hasta los SMS.


Fuente: Chávez y la oligarquía pitiyanqui
Por noticias24


Enviado por Eneas Biglione de Fundación Hacer