Este es un articulo publicado por José Piñera, ex ministro de Economía de Chile el el sitio http://www.libremente.org/
Las “cumbres” de presidentes –como la que “sufrirán” los santiaguinos en estos días– son pretenciosas, congestionadoras, caras, contaminadoras, calentadoras del planeta… y completamente inútiles. Y en este caso habrá que soportar además la verborrea del comandante Chávez, sin que ningún presidente tenga el coraje de enfrentarlo y denunciarlo como un dictador, un populista y un coimeador de países pobres.
En contraste, tres buenas noticias sobre Perú. Primero, esta mañana la Casa de Representantes de EE.UU. aprobó por 285 votos contra 132 el TLC entre ambos países. Lo celebré con mi buen amigo Felipe Ortiz de Zevallos, el Embajador de lujo que tiene Perú en Washington y artífice de este triunfo. Ahora sólo falta la aprobación del Senado (Obama a favor, Edwards en contra, y Madame Hillary todavía está “calculando” si le conviene votar a favor o en contra).
Segundo, el prestigioso periodista Jaime de Althaus recién publicó su interesante libro “La Revolución Capitalista en el Perú”. Estoy convencido de que el valioso y pionero discurso liberal de Mario Vargas Llosa en su campaña presidencial de 1989, las reformas estructurales de la primera presidencia de Alberto Fujimori, y la consolidación bajo Toledo/Kuzcinsky han puesto claramente a Perú en la vía del desarrollo.
Y finalmente este extraordinario artículo del Presidente Alan García, titulado “El síndrome del perro del hortelano“. Propongo que sea lectura obligatoria –y en voz alta– en la “cumbre”.
Algunos párrafos me recordaron mi discurso de 1981 de anuncio de la Ley Constitucional Minera, cuando abogué por explotar nuestras riquezas naturales, asegurando sólidos derechos de propiedad, y transformarla en capital humano, en educación de calidad, la verdadera “llave del tesoro” para todos.
Pues bien, Chile ahora produce casi 6 millones de toneladas de cobre, en vez del millón que producía cuando fui Ministro de Minería en 1981, y las empresas mineras privadas –que no existirían sin esa ley– pagan en impuestos a la renta más que el presupuesto del Ministerio de Educación.
Conclusión: Si además del TLC, el Presidente García transforma estas ideas en políticas públicas, sería un gran triunfo para Perú , y el emergente polo Chile-Perú de desarrollo sería un ejemplo para todo el continente mucho más trascendente que aquel experimento condenado al desastre del tirano venezolano.
1 comentario:
gracias Roark!
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