Conviene insistir en que la caridad y la beneficencia significan la entrega voluntaria de recursos propios a otros. Por esto es que “estado benefactor” constituye una contradicción en términos y la absurda pretensión de degradar un concepto de tanta trascendencia como la filantropía.Suecia ha sido considerada como el caso en el que el “estado benefactor” ha tenido éxito y, por tanto, se dice que allí ha triunfado la economía mixta: el funcionamiento en forma conjunta del intervencionismo gubernamental y el mercado. Sin embargo, esta visión es incorrecta.
La dupla Gunnar y Alva Myrdal ha sido probablemente la mayor instigación, el incentivo mayor y el apoyo más vigoroso para el socialismo en Suecia y, por tanto, de la estatización de la economía. Como suele ocurrir en estos casos en donde “la preferencia revelada” muestra otros vericuetos, Gunnar Myrdal, quien, entre otras cosas, patrocinaba la socialización de la medicina, murió en 1987 en un sanatorio privado de Estocolmo. La tan mentada socialización de la medicina ha creado graves problemas en la salud de la población, especialmente la más necesitada que se ve forzada a financiar estructuras burocráticas que no responden a los más elementales niveles de exigencia médica. Quienes obtienen ingresos más altos se atienden en el sistema privado sueco o lo hacen en el extranjero. La medicina “gratuita” constituye una ilusión óptica en la que largas filas para ser atendidos hacen que muchas situaciones se tornen irreversibles antes de que el médico pueda atender el caso.
Como señala Eric Brodin, en Suecia el 60% del salario de un obrero industrial se le retiene compulsivamente. El impuesto al valor agregado es el más alto del mundo (23%) y la progresividad en el impuesto bloquea la movilidad social, al tiempo que, al afectar las tasas de capitalización, hace que los salarios e ingresos en términos reales disminuyan. Como también apunta Brodin en un meduloso trabajo publicado en “The Freeman”, la economía subterránea se hace cada vez más vigorosa y necesaria debido a los embates fiscales a la producción. Como consecuencia de la muy nutrida legislación laboral, el ausentismo se ubica, en promedio, en el 20% y los costos laborales son consecuentemente muy altos. Una tercera parte de la fuerza laboral sueca trabaja para el estado, lo cual contribuye a que el 64% del producto bruto nacional sea consumido en gastos que alimentan la máquina burocrática. Como otra tercera parte está formada por jubilados, la producción resulta una pesada carga sobre el resto de la población que está permanentemente acosado por el estado. El déficit fiscal está fuera de control desde hace años y el desempleo, como escribe Sven Rydenfelt, es desde hace décadas el 15%, lo cual contrasta con las mentirosas estadísticas oficiales. El propio Cut Nycolyn, presidente de la Asociación de Empleadores de Suecia ha dicho que “ya es hora de que comprendamos que todo nuestro sistema está severamente amenazado”. Un ex sindicalista se ha referido a los atropellos que ocurren en el sistema imperante de agremiación forzosa.
Los padres que pueden afrontar los costos, envían a sus hijos a estudiar al exterior debido a la carga de resentimiento y los desvalores que se transmiten en el sistema educativo sueco, todo lo cual fue inaugurado por Olof Palme en los años 60.
El marco institucional es decadente debido a la atrabiliaria concepción de que una ley puede promulgarse con cualquier contenido y operar en cualquier sentido sin basarse en elementales nociones del estado de derecho, lo cual hace que se desarrollen sistemas paralelos que, en gran medida, permiten que la gente sobreviva.
El Reverendo Dr. Paul Marx ha señalado las gravísimas consecuencias que produce la legislación sueca sobre la familia debido a la permanente intromisión gubernamental. Es, además, el país donde hay mayor índice de suicidios, abortos y drogadicción de Europa. La consecuencia de todo ello puede también verse en la configuración de la población sueca en la que se observan caídas drásticas en la tasa de nacimientos, la fuga de matrimonios jóvenes hacia otros países y por ello se ha convertido en el país que tiene, en promedio, la población de edad más avanzada del mundo.
___* Vicepresidente-Investigador Senior de la Fundación Friedrich A. von Hayek de Argentina.
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